Messi y Ronaldo se dan la mano (2-2)

Las estrellas arrastran a sus equipos a un duelo sin vencedor, aunque el Barça tuvo tres ocasiones al final para hundir al Madrid

JOAN DOMÈNECH / Barcelona

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Tantas veces resumidos los pulsos Barça-Madrid en la fotografía de su principal estrella, el enésimo clásico se limitó a un duelo de eficacia de los astros. Marcó dos Messi y marcó dos Cristiano para dejar el partido sin vencedor, aunque el Barça sigue una semana más disfrutando de ocho puntos de ventaja sobre el Madrid. Los blancos mantuvieron en vilo al Camp Nou, que no pudo entregarse tanto a los cánticos como habría deseado porque el juego del equipo no fue lo suficientemente fluido para que la jarana fuera constante. En realidad, el mejor Barça se retrasó hasta los últimos cinco minutos y dispuso de tres ocasiones para hundir al Madrid en la miseria.

El arreón final dejó un regusto amargo al cuadro azulgrana y cuando ya había olvidado los momentos de angustia vividos, sobre todo en el primer tiempo, Montoya chutó al palo, pero mucho antes, en la fase inicial, se había estrellado también Benzema dos minutos después de que Cristiano lanzara el reto a Messi. Como en los duelos del oeste, a cada disparo de uno replicó el otro. Inmediatamente Leo restañó las heridas con un balsámico empate y, tras una falta que Ronaldo estrelló en la barrera, Messi superó la blanca para batir a Casillas. Sin que se hubiera disipado el humo, el portugués replicó ante Valdés. Los que murieron en el cara a cara fueron los porteros.

Golpe fallido

Pero los dos equipos salieron vivos de un vibrante pulso y pudieron marcharse conformes de ánimo. Ninguno fue sustancialmente mejor que el otro como para merecer el premio de los tres puntos. Los dos perdieron una gran oportunidad de dar un golpe. La racanería de Mourinho mantiene atado al Madrid, del mismo modo que el Barça penó su candidez y ese espíritu siempre alegre y distendido al enfrentarse a su peor enemigo como en las dos pérdidas que motivaron los goles enemigos.

Demasiado vistos unos y otros, la sorpresa que ofreció Vilanova no tuvo consecuencias. El técnico se inventó un nuevo central en la figura de Adriano. La cuarta pareja de Mascherano, descartado Song un día en el que se necesitaban genes defensivos y un futbolista que no se despiste allí donde juegue, sea de extremo o de lateral. Nadie hay más polivalente que Adriano, al que solo le falta ejercer de mediocentro. Todo se andará. La prematura lesión de Alves eliminó al último defensa teóricamente titular y acentuó la zozobra de la última línea.

Cesc e Iniesta

Menos sorprendente fue que Vilanova no se atreviera a dejar en la cuneta a Cesc por la entrada de Iniesta. El técnico mantuvo a los dos, sin que ninguno de ellos ocupara la plaza de extremo izquierdo. Iniesta se escapó de esa condena, pero el equipo le necesitaba mucho más por dentro para tejer el juego ante el extravío inicial de Xavi, que se turbó ante tanto apelotonamiento de futbolistas.

Sin su mejor brújula, el Barça navegó sin norte. Cometió 11 faltas en el primer tiempo; en Sevilla apenas hizo tres en 90 minutos, en una prueba de que carecía de control en el juego y denunciaba el mal posicionamiento general. Salió el equipo sin pausa, tal vez imbuido por las grandes expectactivas que bajaban desde la grada y el Madrid se frotó la manos. Aún más se las frotó cuando se adelantó y luego, mientras mantuvo el empate. Por un día, los blancos se parecieron al Barça por su paciencia para construir el juego con pases, más largos que los azulgranas, demasiado puntillosos y prolijos, pero pases al fin y al cabo.

Puntadas con hilo

Y, sin embargo, hasta que no cosió con paciencia, el Barça no se reencontró a sí mismo. Tardó, pero poco a poco empezó a dar puntadas con hilo, sobre todo cuando entró Alexis al campo y estiró a la zaga del Madrid justo después del golazo de Messi en el 2-1. Aunque Ronaldo despertara de su letargo. El error que provocó el segundo empate forma parte del riesgo que asume el Barça.

Alexis devolvió la figura del extremo profundo y agrietó la sólida defensa blanca, desnudando las carencias de Arbeloa y destemplando al inestable Pepe. Messi, Xavi e Iniesta disfrutaron por fin de metros cuadrados para combinar. Demasiado tarde para que Tito se convirtiera en el primer entrenador en ligar siete triunfos consecutivos.

Ficha técnica

2 - Barcelona: Valdés; Alves (Montoya, m.27), Mascherano, Adriano, Alba; Busquets, Xavi, Cesc (Alexis, m.61), Pedro, Messi e Iniesta.

2 - Real Madrid: Iker Casillas; Arbeloa, Pepe, Ramos, Marcelo; Khedira, Xabi Alonso, Di María (Essien, m.87), Özil (Kaka, m.80), Cristiano Ronaldo y Benzema (Higuaín, m.61).

Goles: 0-1, m.23: Cristiano Ronaldo. 1-1, m.30: Messi. 2-1, m.61: Messi. 2-2, m.66: Cristiano Ronaldo.

Árbitro: Delgado Ferreira (Comité Vasco). Mostró cartulina amarilla a Pedro (m.40), Xabi Alonso (m.43), Busquets (m.54), Özil (m.58), Pepe (m.78) y a Arbeloa (m.90).

Incidencias: Asistieron al encuentro 96.589 espectadores. En el palco se encontraban, entre otros, el presidente de la Generalitat, Artur Mas; el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, el director de la oficina de la ONU sobre el deporte para el Desarrollo y la Paz, Poul Hansen, y el mítico jugador de la NBA Magic Johnson. Antes del inicio del partido, el Camp Nou se vistió con un gran mosaico formado por 98.000 cartulinas con la 'senyera' catalana y la palabra 'Barça' como protagonistas. Miles de espectadores lucieron banderas independentistas en las gradas.