EL REGRESO. OTRO CIRCO DEL PORTUGUÉS

Mourinho vuelve y mete el dedo en el ojo a Vilanova

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Hacía casi nueve meses que José Mourinho no pisaba el Camp Nou. Muchos niños fueron fabricados aquel 28 de noviembre después del 5-0, la derrota más contundente de toda la carrera del entrenador portugués. En la vuelta del partido de la Champions, al estar sancionado, prefirió quedarse en el hotel que verlo desde la grada. Los«¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?» que le costaron la sanción de la UEFA eran los que ayer coreaba el Camp Nou junto al«Vete al teatro», un clásico ya en elhit paradeculé.

A diferencia de aquella noche de noviembre, de eterno recuerdo para los barcelonistas, esta vez no tuvo que escuchar el cántico de«Sal del banquillo». No se escondió y se desgañitó en su área técnica.

Después de una entrada sin sentido de Marcelo a Messi, hizo su festival de muecas, sin entender de qué se quejabaLa Pulga. No perdió la ocasión de recriminar al cuarto árbitro la actuación de los recogepelotas. Incluso se levantó indignado cuando Fernández Borbalán enseñó la amarilla a Pepe por hacer volar a Messi. Posteriormente, demostró sus dotes teatrales al imitar los gestos de lamentación de Villa.

Estalló de alegría con el 2-2 de Benzema y ya se frotaba las manos pensando que, con un equipo mucho más rodado, se llevaría el partido en la prórroga cuando de repente apareció Messi, su tormento, para sentenciar. Tras la expulsión de Marcelo, aprovechó la tangana para acercarse, de manera sibilina por la espalda, a Tito Vilanova y meterle el dedo en el ojo al segundo entrenador del Barça. Cuando este se giró, se lo quedó mirando con la sonrisa burlona. Cinismo en estado puro. Mourinho, fiel a la máxima del circo, siempre consigue el más difícil todavía. R. P.