LAS CLAVES DE JOHAN CRUYFF

Fútbol y gestos

El vestuario puede seguir peleando por todo, pero si sale gente ajena con ganas de intervenir habrá problemas

Johan Cruyff

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  El Barça fue un justo campeón. Ganar en sí ya es motivo de alegría, pero hacerlo del modo en que lo hizo es motivo de orgullo. Y más si lo reconocen los que no son de los tuyos. De regreso de Londres, tuve tiempo para ojear la prensa inglesa. Ni una excusa por la derrota del Manchester United. Ni una. Todo lo contrario. Elogios y más elogios para el vencedor, admitiendo que está un paso por delante de todos. Perdió el Manchester, ganó el Barça, pero se impuso el fútbol. Y el fútbol del Barça, por dinámico y ofensivo, llega a todos, con independencia de colores o procedencias. 

Más allá de lo futbolístico, fue un gran partido tratándose de una final ¿si no la mejor que he visto, sí una de las mejores-- hay detalles que refuerzan a todo ese grupo de ganadores. Y de esta fuerza, a base de pequeños detalles, también se alimenta una dinámica positiva. Me refiero al ratito que salióPuyol, pudiendo llevar su brazalete de capitán; me refiero al detalle conAbidal, siendo él quien levantara la copa. Pero en este capítulo también entraría la titularidad de Mascheranoo los minutos que tuvoAfellay. En ambos casos, dos caras nuevas en un vestuario que premia el rendimiento y el esfuerzo por adaptarse a un idioma futbolístico maravilloso de ver pero muy difícil de aplicar. En clave Barça,Mascheranoha hecho un auténtico máster. En clave Barça,Afellaytambién tuvo su pequeño premio por una acción que contribuyó a llegar a Wembley. Me refiero a su jugada del primer gol deMessien la ida de la semifinal en el Bernabéu. En un once tan evidente, tan talentoso como es el teórico equipo titular del Barça, tan difícil de entrar y sobre todo de encajar sin desentonar, dos más para la causa. 

La del nuevo Wembley es la cuarta Copa de Europa en 19 años. La tercera de los últimos cinco. Yo no sé cuándo lo dejaráGuardiola. Me preguntaron unos italianos acerca de sus sensaciones, de lo que les comentó no hace mucho, en referencia a que sentía que estaba más cerca del adiós, por desgaste, que no de seguir mucho tiempo. Uniendo como une siempre su futuro más inmediato a la respuesta y actitud de su grupo, los barcelonistas pueden estar tranquilos aunque la verdad es que solo él sabe su grado de erosión, más allá de su increíble cifra de títulos y récords. Respetando una decisión que es suya y solo suya, sí que tengo claro que cuando se vaya habrá que buscar a otro. Y que esta decisión será fundamental para que este ciclo de 20 años que ha cambiado la historia del club tenga o no continuidad. 

E incluso conGuardiolaal frente, el año que viene y si él quiere y se siente con fuerzas, otros más, será fundamental el apoyo incondicional no de su gente, no de sus jugadores, no de sus colaboradores, sino de los rectores del club. Un ciclo ganador no se acaba casi nunca por culpa del vestuario (jugadores o entrenador), sino por causas de fuera del mismo. Este vestuario tiene elementos de sobra para seguir peleando por todo, pero si aparece gente ajena a él con ganas de intervenir donde no debe surgirán los problemas. Viendo lo que vi en directo en Wembley -a secas, ni nuevo ni viejo- me acordé, claro, de nuestra primera Copa de Europa en el 92. Y del pasito hacia delante que se dio al confiar y dotar de total libertad enRijkaard, primero, yGuardiola, después. Y con ellos, su equipo de colaboradores. Vistos sus éxitos y su forma de conseguirlos es justo, al menos para mí, acordarme del presidente que apostó por ellos en su día, viniendo de donde se venía. El mismo presidente que la junta actual ha puesto en entredicho de formas diversas. Por actitudes y acciones como estas es por lo que temo. 

A mí no me preocupa lo más mínimo que el Madrid pueda reforzarse con este o aquel, o que se deje una pasta en ello. Por más que fiche, solo jugarán once. Si el equipo del Barça sigue como ahora, no habrá ningún problema. En cambio, estos sí pueden aparecer en caso de que alguno de arriba se crea más listo y más sabio que los de abajo. Los del vestuario.