Las claves del partido

Pudo ganar cualquiera

No fue un enorme partido, pero sí fue una final apasionante, dura, vibrante, entre dos grandes.

El Madrid sí salió esta vez en busca del título apretando de lo lindo al Barça

Sergio Ramos vuelva sobre la espalda de David Villa.

Sergio Ramos vuelva sobre la espalda de David Villa.

JOHAN CRUYFF

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El fútbol está repleto, sobre todo a la hora de juzgar lo ocurrido, de tópicos, de frases hechas. La final de Mestalla respondió a un montón de ellas. Ya saben, un tiempo para cada equipo, el que falla acaba perdiendo, más pasión que juego.....pero una cosa sí fue rotundamente cierta: esta vez los dos equipos, contrariamente al pasado sábado en el Bernabéu salieron a por el partido. No les quedaba otro remedio, claro, pero es digno de elogio que todos los protagonistas de esta final se vaciaran por completo para agradar.

1 El Barça tardó 45 minutos en enterarse

Primero, un gran elogio al Real Madrid que, contrariamente a lo ocurrido el pasado sábado, en su estadio, salió a por el partido desde el primer minuto. Cierto, en la segunda parte, incomprensiblemente, se retraso y dio la sensación de que estabva cansado, pero no fue así. En el global del partido, pues, no se puede decir que el Real Madrid no hiciese cosas para ganar el partido.

Mourinho creo dos líneas de cinco metros, especialmente la primera, que trabajó duro diez metros por delante y diez metros por detrás del Barça, atascando de jugadores una zona muy pequeña del campo, que hacía imposible que los culés pudiesen practicar su fútbol. Una cosa quedó clara: el Madrid empezó a jugar, a perseguir la final, mucho antes de que empezase el partido. El Barça tardó 45 minutos en enterarse.

2 Los barcelonistas fallaron en el remate

Tras la primera parte de control, con más pasión, fuerza física y despliegue táctico que con fútbol, el Real Madrid decidió dar un paso, o diez metros, atrás. Puede, sí, que los catalanes pensasen que ese bajón se debió al cansancio. Si hicieron esa lectura, se equivocaron. Por suerte, fue en ese instante en el que apareció Pedro, que hacía mucho tiempo que no tenía su chispa, tan vital en el juego azulgrana, y metió al Barça en una buena dinámica. Pero fue ahí, precisamente, en esa fase en la que los barcelonistas se hicieron dueños del partido. Pero, como viene siendo habitual en los últimos meses, el Barça ya no marca con la facilidad de antes. Y no me refiero a golear, a meter cinco tantos por partido. No. Hablo de decidir, de la chispa que ha desaparecido de las botas de Villa, por ejemplo, o la no culminación de las correrias de Messi.

3 Queda lo mejor de la temporada

Jugaron en el Bernabéu y alguien, no diré quién, decidió que ese partido no sirvió para nada e, incluso, que, pese a perder la Liga, el Real Madrid merecía la mayor ovación de la temporada. Bueno, es una manera de recompensar el esfuerzo de los suyos para sobrevivir a enfrentarse con diez a los mejores. Pero sí deberíamos de reconocer que allí, en Madrid, el Barça se consolidó como campeón de la Liga, que tiene materialmente en sus manos. La final copera sirvió para que el Madrid tuviese su primera recompensa a una temporada que, agrade o no su fútbol, merecía algún premio. ¿El de menor valor?, no, no, un gran premio, pues la Copa es una hermosa competición, muy vistosa y disputada. Y ahora llega la semifinal de la Champions, el duelo, la ida y la vuelta, que decidirá quien es, entre los dos grandes del fútbol español, el auténtico campeón. La Champions decidirá el reinado español.