Las claves de Johan Cruyff

Cuestión de fallos propios

En Londres ganó el que falló menos, pero es un tropiezo que tiene solución. Ahora toca centrarse en la Liga. Ya habrá tiempo para pensar en el Arsenal.

Messi forcejea con Cesc en el Arsenal-Barça del pasado miércoles en Londres.

Messi forcejea con Cesc en el Arsenal-Barça del pasado miércoles en Londres.

JOHAN CRUYFF

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La Champions de verdad, la de las eliminatorias directas (uno pasa y el otro cae), prueba mi máxima en el fútbol: este es un juego de fallos porque se juega con los pies. Y en Londres ganó el que menos falló. ¿Cuánto hacía que aValdésno le sorprendían? Ni me acuerdo. ¿Y queMessi, que ya lleva 40 goles y 20 asistencias, se quedara a cero pudiendo marcar -lo marcó, vale, pero no valió- al menos uno...? El gol que encajaValdésy los goles que no marcóMessison un hecho, pero no la única explicación a la derrota en el Emirates.

El fútbol es un juego de fallos, ciertamente, pero normalmente esos fallos no tiene incidencia en 9 de 10 partidos. Pero en uno, sí. Y fue ante el Arsenal. Por ejemplo, en el segundo gol deArshavin.Tú ya sabes que, además de buenos, son rápidos. Y que dominan el arte de la contra. Un pase largo, al espacio, y te pueden romper no una línea, sino dos. ¿Manera de defenderlo? Utilizar el fuera de juego. Lo que para muchos es únicamente un arma defensiva, para mí es defensiva y ofensiva a la vez. Ofensiva, porque estrecha el campo; defensiva, porque sin ir al corte, sin buscar una falta, anulas la jugada. Pero todos han de ir a una. Todos han de estar atentos.

Es un paso, dos a lo sumo, medio metro hacia delante, no hacia atrás, que deben de dar los defensas. Puede ser uno, pueden ser dos o pueden ser tres, pero todos coordinados, midiendo con un ojo dónde está el rival más avanzado y controlando con el otro quién le puede lanzar el balón largo. Y anticiparse a esa acción. Si falla uno, si se despista uno, lo pagan todos. Exactamente lo que ocurrió en esa jugada: balón largo deCescparaNasri,y la línea del fuera de juego la rompió no el que estaba más cerca del delantero francés sino el que estaba más alejado.

Pequeñas diferencias

Cuando se enfrentan dos equipos de calidad, que saben tocar, que pueden jugar en corto y en largo, las diferencias son pequeñas. Para el espectador es el gordo de la lotería. Para los técnicos, un duelo que va más allá de las pizarras y que evoluciona a medida que pasan los minutos. De salida, el Barça juega con tres medios, uno defensivo (Busquets), dos de libres (Xavi eIniesta) y enlazando con todos ellos un delantero con libertad (Messi). De salida, el Arsenal también juega con tres medios, pero dos son defensivos (SongyWilshere) y uno con libertad por delante (Cesc). En fase defensiva, incrementan efectivos en la medular con un delantero (Van Persie), tres medios (Nasri, WalcottyCesc) y dos más atrás (otra vez SongyWilshere).

¿Por eso lo pasó mal el Barça al arrancar el partido? Para mí, no. Y yo no hablaría de robos de balón por su parte (las dos ocasiones tempranas deVan Persie:la que atajóValdésy la que desbaratóAbidal), sino de pérdidas de balón propias. La pasaron mal, no hay más. Porque superada esa fase inicial, ellos mantuvieron el dibujo y pasaron a correr tras el balón en cuanto el Barça afinó en el pase. Fue tan evidente la mejora propia que, con ella,Songflirteó con la expulsión porque pasó a llegar siempre tarde. Y sus compañeros, igual.

Podía haber rematado el Barça al Arsenal en el primer tiempo, ciertamente, pero no lo hizo. Y avanzado el segundo tiempo, buen movimiento deWenger. FueraSong,el menos pelotero de todos, y dentroArshavin.Buscaba un gol y se encontró con otro extra. Premio y pedrea a la vez.

En su guión no constaba sorprender como lo hizoVan PersieaValdés,pero sí buscar la contra que se dio en el 2-1. Y fue cuando el Barça parecía apuntalar la posesión introduciendo un centrocampista más (Keita) a costa de un delantero (Villa). Y sin profundidad, el control que sueles ejercer pierde presión porque esta ya no está encaminada a buscar al tipo que, solo con su presencia, fija más atrás a la defensa rival.

Tiempo para todo

Entre la ida y la vuelta de estos octavos hay tres semanas. En medio, con el de ayer, hasta cuatro partidos de Liga. Yo no me preocuparía por si estará o noPuyolpara la vuelta o si el Arsenal saldrá así o asá. En los próximos días el equipo inglés, como mucho, dará trabajo a los ojeadores. Los demás se centrarán en lo que vale e importa ahora, la Liga. Y 10 meses de temporada dan para 38 (Liga) + 13 (Champions) + 9 (Copa) partidos: 60 partidos si llegas a las dos finales dan para bajar un poquito en un momento u otro. Y, visto lo visto

-8 títulos ganados de 10 posibles- las consecuencias reales son mínimas habiendo pasado ya por otros momentos sin triunfos.