Higgins y Laprovittola lideran el golpe del Barça en Madrid

El Barça dio un golpe encima de la mesa con su victoria en Madrid. Llegaron los madridistas como líderes al primer clásico del año, invictos en su cancha, seguros de sus fuerzas y el equipo azulgrana hizo saltar por los aires esas buenas sensaciones con un triunfo incontestable (78-87), en el que Higgins y Laprovittola se arrogaron el protagonismo.

Fue una demostración de talento espectacular la de los dos exteriores azulgranas en el último periodo, en el que anotaron 23 de los 25 puntos del equipo, lo que unido al dominio en el rebote ayudó al conjunto de Jasikevicius a asaltar el liderato blanco. La victoria, llegó además para los azulgranas sin Mirotic, relegado muchos minutos en el banquillo con tres faltas, lo que concede más mérito aún a la conquista.

"No hay mejor forma de empezar el año, y marcar el tono", explicó sonriente Higgins. "En este tipo de partidos, hay que cuidar los detalles, dominar el rebote y tiene un gran peso la motivación y creo que nosotros la tuvimos" añadió. "Cory ha vuelto, ya tenia buena pinta esta temporada, per creo que aún tiene una marcha más", lo elogió Jasikevicius, que admitió, en un golpe de sinceridad: "Iba a cambiarlo en el último cuarto, cuando cogió ese rebote , metió un triple y ya no hubo forma". También se mostró feliz por el grupo. "Creo mucho en este equipo, aunque hay que demostrarlo en la pista y para hacer algo grande, tenemos que ganar consistencia".

El equilibrio presidió el primer tiempo en un pulso de poder a poder. Que el Madrid lo cerrara en ventaja fue cuestión de esa habilidad que tiene Llull para anotar canastas inverosímiles. Con un triple desde el medio de campo dejó a los blancos por delante (44-42), después de ir 16 minutos a remolque. Pero sí que se apreció un cambio de tendencia del primer al segundo parcial. Los dos equipos estuvieron desatados en el primer cuarto a nivel ofensivo y el Barça sacó partido en unas circunstancias que suelen favorecer a los madridistas: un ritmo desbocado de intercambio de canastas gracias a su mejor porcentaje desde el triple, con una buena aportación de Mirotic y también a un protagonismo claro de Vesely, muy entonado.

Tavares, intimidante

El Madrid consiguió aguantarse con las acciones de Tavares y Musa y creció en confianza conforma avanzaba el encuentro para revertir la tendencia del clásico. El equipo de Chus Mateo pasó a dominar a través de un juego más físico en defensa y un mayor control del rebote y el Barça cayó en uno de sus habituales baches ofensivos, lo que dejó la iniciativa en su rival. Tan solo sumó nueve puntos en siete minutos el cuadro azulgrana, perjudicado también por el bajón de rendimiento del banquillo, y el Madrid tomó las primeras ventajas bajo la dirección de Llull, mucho más incisivo y directo en sus acciones que Williams Goss.

Las sensaciones se mantuvieron muy positivas en el Madrid, que regresó al partido, en la reanudación, con un parcial de 13-3 en los primeros cinco minutos (57-52), en los que el Barça buscó de forma reiterada el triple de Mirotic, pero sin acierto, lo que lo llevó al banquillo. Tavares dio algunos de los mejores minutos a los madridistas con su dominio dentro de la zona. La producción azulgrana llegó de la mano de Sanli y Da Silva, que también trabajó bien el rebote ofensivo, ganándole la mano a Yabusele. Ambos recuperaron la pegada del equipo azulgrana que también creció en defensa para firmar un parcial de 0-10,  para cerrar con ventaja visitante el tercer periodo (57-62).

A partir de ese instante, el encuentro se convirtió en un recital de Higgins y Laprovittola, letales en todas sus acciones, autores de 23 puntos consecutivos (14 y 9 respectivamente) con penetraciones y lanzamientos exteriores, frente a los que no encontró la respuesta la defensa del Madrid, ambos protagonistas indiscutibles de un golpe que debe suponer una inyección tremenda de confianza para que el Barça siga creciendo en la temporada.