El Tenerife trunca el sueño del Manresa y gana su segunda Champions

Las gradas del Bilbao Arena retumbaron mientras el Lenovo Tenerife se convertía en campeón de la Champions. Es la segunda vez que el equipo canario gana el título europeo, firmando una temporada brillante para el club. La victoria isleña truncó el sueño del Baxi Manresa, que no pudo completar la fiesta en una cita en la que estuvo acompañado por unos 5.000 aficionados.

El Tenerife saltó a la pista con la seguridad de quien ya ha reinado en Europa. Pero le esperaba enfrente un equipo que no les permitió tener, de inicio, la superioridad que esperaban. Con Moneke como máximo anotador -con 12 puntos en el primer cuarto-, los de Pedro Martínez demostraron tener el temperamento y efectividad que les faltó el viernes. Y plantó cara al conjunto que no logró vencer la semana pasada en la ACB, poniendo un marcador muy ajustado. Les faltó, sin embargo, solidez defensiva, cosa que compensaron con faltas.

Un Baxi Manresa de subidón afronta una final histórica ante el Tenerife

La intensidad del partido no cesó en ningún momento, y durante el primer tiempo, no hubo un ganador claro. Aunque los de Vidorreta dieron siempre sensación de sencillez, Moneke continuó sellando un partido casi perfecto junto a un Dani Pérez que sobrepasaba la defensa sin dificultades. Las gradas del Bilbao Arena resonaban con el "Un día de partido" clásico del Camp Nou. Y dieron a su equipo el impulso que necesitaban para cerrar el primer tiempo con un ajustado 50-49.

Superioridad del Tenerife

En el segundo tiempo el Manresa no supo frenar las transiciones del Tenerife y se pusieron fácilmente con un 0-6 favorable tras el descanso. Y empeoraría. Mientras en la primera mitad la máxima distancia fue de siete puntos, con el 9-16 y el 25-32, el club canario adquirió una renta de 10, poniéndose 56-66 en el tercer cuarto.

Y aunque los jugadores no bajaron los brazos, el acierto del primer tiempo se desvaneció, anotando solo seis puntos en seis minutos. Ni la antideportiva a Shermadini ni el triple posterior cambió el ritmo del partido. El acierto del equipo de Txus Vidorreta contrastaba con la mala dinámica en la que había entrado el conjunto catalán. El parcial de 17-33 en el tercer cuarto modificó absolutamente el partido y les obligaba a una remontada apresurada.

A nueve minutos para el final, el Manresa estaba 15 puntos por debajo. Y la supremacía del Tenerife adquiría cada vez más fuerza. La dificultad para anotar del bloque de Pedro Martínez, que ni con cuatro rebotes ofensivos consecutivos lograron reducir distancias, contrastaba con la facilidad que continuaban teniendo los canarios.

Los jugadores del banquillo, con la elástica amarilla, se levantaban y sonreían en cada canasta. Su segunda Champions estaba cada vez más cerca. El Manresa buscó el triple desde cada centímetro de la pista pero sin éxito. A dos minutos del final, incluso los 5.000 manresanos cambiaron los incesables gritos por caras de desconsuelo.

"Somos un club humilde con una gran historia. Creemos que no todo es ganar o perder. Claro que queremos ganar siempre. Nos hubiera gustado por nuestra gente. Esto es parte del deporte. Y cuando se pierde hay que aceptar la derrota y aprender", aseguró Pedro Martínez al finalizar el partido.