Baloncesto

La inagotable pasión de Nuria Martínez

A sus 38 años, tras dos de parón para ser madre, la base de Mataró vuelve a a disfrutar en las canchas y peleará por el ascenso del Barça CBS a Primera

Nuria Martínez Barça baloncesto

Nuria Martínez Barça baloncesto / Álvaro Monge

Luis Mendiola

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La vida se ha convertido en los últimos tiempos en un no parar para Nuria Martínez (Mataró, 1984), una de las jugadoras más reconocidas del baloncesto español, protagonista durante 20 años de una carrera de ensueño (Perfumerias Salamanca, Ros Casares Valencia, Uni Girona) Italia, Rusia, Turquía o la NBA femenina (dos temporadas en Minnesota Lynx).

Después de dos años de parón para ser madre de la pequeña Gala y compaginar esta nueva vida con su trabajo en una compañía de seguros (Catalana de Occidente), ha vuelto a engancharse a su gran pasión por este deporte. Empezó la temporada en las filas del Sant Adrià, que compite en Liga femenina 2 (la tercera categoría del básquet español), “casi como un hobby para matar el gusanillo, para coger sensaciones y recuperar el físico”, cuenta por teléfono a este diario mientras se dirige en coche del trabajo al entrenamiento en el pabellón Juan Carlos Navarro de Sant Feliu.

Pero su espíritu competitivo no pudo resistirse en este pasado mes de enero cuando la llamaron del Barça CBS, donde empieza a despuntar Lucía Navarro, la hija de 'La Bomba', para que las ayudara en el camino del ascenso a Primera. El equipo azulgrana es líder de Liga Challenge, con cuatro victorias de ventaja sobre el segundo, y a solo dos del ascenso directo, tras su victoria del pasado domingo ante el Alcobendas en un Palau con 4.000 espectadores en las gradas, partido que ella no pudo jugar porque era un aplazado del calendario y aún no estaba inscrita. “Ha sido todo fortuito, ni me lo esperaba. Pero cuando me explicaron los objetivos que tenían, que eran de nivel, no pude decir que no. Era también volver a mis orígenes, al Barça donde empecé como profesional y no deja de tener un valor”, explica.

La adicción a competir

Nuria Martínez, que ha competido con la selección española en los Juegos de Atenas 2004 y Pekín 2008 y ha ganado medallas en Europeos y Mundiales, reconoce que se ha dejado llevar por su espíritu competitivo. “La atmósfera que se crea en un deporte de élite es adictiva. Soy muy competitiva y muy exigente. La tensión, la pasión, los nervios en el estómago... Todo esto te motiva. Es algo que tendré siempre”, admite aunque reconoce que eso no quiere decir que en caso de lograr el ascenso, se plantee seguir. “Ya iremos viendo en el día a día. No sé ni si a nivel familiar será posible. Ahora trabajo, soy madre, juego a baloncesto. Sinceramente ya veremos. No sé ni si a nivel físico estaré bien”, cuenta.

“Durante la semana apenas tengo tiempo, se me va de las manos y el poco que tengo se lo dedico a la niña y a mi familia y lo que me queda es para descansar y aprovecharlo al máximo”, señala como uno de los problemas aunque reconoce que su pareja, Alfons, le ayuda mucho en la conciliación familiar. “Pero cuando me siento en el sofá, caigo redonda. No paramos de empezar series y no acabar ninguna”, desvela. Por otro, admite, que aunque la vida de los deportistas no para de estirarse (Laia Palau, con 42 años, sigue en el Uni Girona; Rafa Martínez, con 40 en el Baxi Manresa), acusa su reciente maternidad. “El cuerpo te cambia y mucho. Esa es la parte más difícil. La cabeza va más rápida y el cuerpo se ha tenido que readaptar a esa nueva exigencia”.

Pese a ese triple rol que desempeña en su día a día, Nuria Martínez, no se ve como una referencia en el nuevo escenario de empoderamiento de la mujer. “Es solo cuestión de organizarse bien”, afirma con modestia. “Sinceramente creo que hay muchas más mujeres que están haciendo cosas más importantes que lo que hago, aunque es verdad que fui de las primeras en abrir camino a nivel profesional en el baloncesto, en salir por Europa a buscarme la vida cuando era muy joven y no era tan normal”, resume y deja un interrogante en el aire sobre su futuro si se produce el ascenso a Primera. “Gala aún no es consciente, pero me encanta que esté en los partidos. Me haría ilusión que me viera jugar, claro, pero no sé si es un deseo realista”.

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