Los 'play-offs' de la Euroliga
Brandon Davies, en una nueva dimensión
El pívot ha emergido como el factor determinante para darle ventaja al Barça en la eliminatoria frente al Zenit
Los azulgranas juegan este viernes en San Petersburgo con la opción de sellar su pase a la 'final four'
Luis Mendiola
Periodista
Hay partidos y eliminatorias que marcan la trayectoria de un jugador y lo llevan a otra dimensión. Es el caso de Brandon Davies, cuya aportación colosal en números y liderazgo se hace imprescindible para entender la ventaja del FC Barcelona en la eliminatoria de cuartos de la Euroliga frente al Zenit (2-1).
El equipo de Jasikevicius afrontará este viernes el cuarto encuentro en San Petersburgo (19h, DAZN) con la opción de sellar su clasificación para la ‘final four’ gracias al pívot estadounidense, de 2,08, con pasaporte ugandés (Filadelfia, 1991) que, a sus 29 años, vive un momento pletórico de juego y ha conseguido tirar de un equipo azulgrana que ha llegado con dudas a esta fase decisiva de la temporada.
Solo hay que echar un vistazo a los números de Davies en estos ‘play-offs’ (20,7 puntos, 8,3 rebotes y 28,7 de valoración) para entender que se ha convertido en la pieza clave de una eliminatoria en la que el Zenit, dirigido por Xavi Pascual, le está poniendo las cosas muy complicadas a los barcelonistas, después de ganar el primer partido en el Palau.
“Cada partido frente al Zenit ha sido muy complicado”, admitió tras la victoria azulgrana en el Sibur Arena. “Ahora el próximo paso es intentar recuperarnos lo mejor posible y estar listo para otro encuentro complicado, porque fue una durísima batalla. No podemos mirar más allá”.
El 'Rambo' azulgrana
Durante toda la temporada su protagonismo ha ido creciendo al lado de Jasikevicius, el técnico que ya lo tuvo en el Zalgiris, donde se ganó un puesto en el cinco ideal de la temporada y fue clave para que el cuadro lituano alcanzara la ‘final four’ del 2018. Y en esta eliminatoria frente a Zenit, en la que Mirotic (9,7 puntos, 3 rebotes) y Calathes (6 puntos, 5 asistencias) están por debajo de lo esperado, ha dado un paso adelante en las filas barcelonistas.
“Intento jugar duro, hacer todo lo que puedo para ayudar a mi equipo gane. Y espero seguir en esa dinámica, igual que espero que lo hagan mis compañeros”, explica Davies sobre el momento dulce que atraviesa. “Me estoy sintiendo muy bien pero, al mismo tiempo, sigue quedándonos mucho trabajo por delante si queremos conseguir eliminarlos en su propia cancha”.
En esta serie, el pívot está haciendo honor al apodo de ‘Rambo’ con el que lo bautizó un miembro del cuerpo técnico y que ha calado en el vestuario, tanto por la cinta con la que sale a jugar, como por su intensidad en la cancha. “Es un nombre que me hace gracia y con el que me identifico”.
Una historia de lucha
Su historia, en cierta forma, responde a esa capacidad de lucha constante. Fue adaptado cuando tenía solo dos días de vida. Su madre, Linda Kathleen, una mujer blanca, viajó desde Utah a Filadelfia para completar los trámites de la adopción y criarlo en la localidad de Provo, muy cerca de Salt Lake donde pasó su infancia. De su madre biológica, que entonces tenía 16 años, solo conoce el nombre pero nunca ha sabido nada más.
Davies explica de su madre de adopción que es una “supermujer” que lo ha dado todo por sus dos hermanos, también adoptados, y que nunca se rinde. Admite que la imagen de la familia es “graciosa” cuando van todos juntos por la calle por la diferencia de estatura. “La gente nos mira, pero me encanta mi familia”.
La influencia de la religión mormona en Salt Lake también ha marcado al jugador azulgrana, que mantiene sus creencias y asegura que ha encontrado un buen lugar en Barcelona para seguir practicándolas. En Provo fue donde conoció a su mujer, Lenzie Quist, con la que tiene tres hijos, el último nacido hace apenas dos semanas en Barcelona. Al margen del consejo de Jasikevicius, admite que fue su esposa que le ayudó a decidirse por el Barça, cuando tenía también ofertas del Madrid encima de la mesa.
Davies empezó a jugar al fútbol, en el Utah Rangers FC, pero acabó por aburrirse, porque empezó a crecer y perdió rapidez y acabó por jugar de portero. Así dio el salto al baloncesto, un deporte que le llevó a abrir, aunque con contratos mínimos, las puertas de la NBA (Clippers, Sixers, Nets), lo que le impulsó a dar el salvo a Europa. El Elan Chalon, en Francia, el Varese (Italia) y el Monaco le ayudaron a ganar experiencia, hasta que el Zalgiris de Jasikevicius le dio protagonismo y le abrió las puertas del Barça, donde camina disparado hacia el estrellato.
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