El Barça prolonga su estado de gracia ante el Zalgiris

El Zalgiris Kaunas, uno de los equipos que mejor baloncesto practican en Europa, quedó minimizado en su visita al Palau por un Barça enganchado a la ola de optimismo en la que navega con su victoria en la Copa (86-62) Higgins, con 19 puntos en 20 minutos, y Oriola, con 19 puntos y 7 rebotes, sobresalieron en la espléndida actuación colectiva de los azulgranas, que sumaron su 18ª victoria y se mantienen firmes al frente de la Euroliga.

A pesar del triunfo en la Copa, el equipo azulgrana venía de una derrota en la última jornada de la Euroliga, la que encajó en la visita del Efes al Palau, de la que quería resarcirse, decidido a conservar su primera posición en la clasificación. Y las sensaciones del Barça resultaron excelentes en su vuelta a la competición europea. Apenas acusó el equipo azulgrana la ausencia del base francés Leo Westermann, con molestias en un tobillo ya que Bolmaro y Hanga le dieron un relevo más que solvente a Calathes, que sigue en el papel de brújula del equipo.

Intercambio de golpes

El Zalgiris es un equipo que no especula y el primer cuarto se jugó a ritmo de vértigo. Dos equipos de gatillo fácil, con espléndidos anotadores, en un momento de forma espectacular (el Zalgiris también acaba de ganar la Copa de su país) se dedicaron a intercambiar golpes con espléndidos porcentajes. Si la puesta en escena azulgrana resultó buena, con Higgins al frente de las operaciones en un momento de gracia impresionante, la del cuadro lituano resultó igual de solvente, con cuatro triples sin fallo (24-24, m. 10).

Lo intentó el Barça, que abrió algún margen mínimo, pero no consiguió despegarse hasta que elevó su tono defensivo. Oriola siempre tiene un papel fundamental para subir la intensidad del grupo. Pero Abrines también realiza un trabajo impagable, que hace ganar enteros a la actividad defensiva del equipo azulgrana. Ya no es solo un especialista en ataque el mallorquín, más completo cada día que pasa. Su marcaje sobre Grigonis fue de manual.

Dudas lituanas

Blindado en su defensa, el Barça dejó al Zalgiris en 13 puntos en el segundo periodo, casi la mitad de los que habían sumado en el primero. Mientras, el cuadro barcelonista siguió enganchado al acierto de Higgins, imparable en cada acción ofensiva, en la línea que le valió el MVP de la Copa. Consiguó explotar, además, el cuadro de Jasikevicius los escasos resquicios que mostraron los lituanos en defensa. Así generó las primeras dudas en el disciplinado conjunto entrenado por Martin Schiller y también abrió las primeras brechas por encima de la decena de puntos para irse al vestuario con espléndidas sensaciones (48-37) y la única preocupación de los ocho rebotes ofensivos concedidos al cuadro báltico.

Esa espléndida actitud no solo la mantuvo el Barça en la reanudación, sino que consiguió llevarla a nuevos niveles de eficacia que hicieron estallar al técnico de Zalgiris en un tiempo muerto, recriminando a sus jugadores su falta de competitividad. No conseguía el equipo lituano encontrar vías fáciles de anotación (solo sumó 10 puntos en el tercer cuarto) y el Barça, en cambio, consiguió sumar una y otra vez atesorando una renta con la que afrontó ya el último periodo con una enorme tranquilidad (71-47) y llevó al técnico visitante Martin Schiller a apostar por sus suplentes en los últimos 10 minutos, consciente ya de que era una batalla perdida.