COPA DEL REY 2021

El Madrid se mete en semifinales de una Copa descafeinada

El equipo de Laso se impone a Valencia Basket y jugará la primera semifinal ante Lenovo Tenerife, que ganó ante San Pablo Burgos

El Barça, ante Unicaja, y el Joventut frente a Baskonia debutan este viernes con sus partidos de cuartos de final

Real Madrid Valencia Basket

Real Madrid Valencia Basket / Juan Carlos Hidalgo / EFE

Alejandro García

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A pesar de los ingentes esfuerzos organizativos para darle normalidad, con espectaculares presentaciones, juegos de luz y la megafonía al máximo volumen; la primera jornada de la Copa del Rey 2021 resultó un poco fría. No solo por la ausencia de público, también porque  los dos primeros partidos de cuartos de final no se decidieron en momentos plenos de emoción. Las canastas decisivas, las diferencias ajustadas y la tensión deportiva tendrán que esperar a los próximos tres días, después de las victorias en el día inaugural del Madrid ante Valencia Basket (85-74) y del Lenovo Tenerife, con más claridad de la que al final reflejó el resultado (87-76), frente al Heredia San Pablo Burgos.

Este viernes llega el turno del debut, por el otro lado del cuadro, para los equipos catalanes: primero saltará a la pista el Joventut, en un complicado duelo ante Baskonia (18.30 h), y después jugará un Barça que tiene que refrendar su favoritismo en el torneo ante Unicaja Málaga (21.30 h). 

Espectáculo contenido

Ya se sabía que, sin espectadores, al torneo generador de espectáculo por antonomasia del baloncesto español le faltaba su esencia, el gran atractivo de la animosidad en las gradas. Apenas un grupúsculo de seis veteranos con sus bufandas del San Pablo Burgos, espaciados en todo lo ancho de cinco filas y que entonaban algún cántico aislado con la intermitencia desmotivada propia de la soledad, fueron el único vestigio de lo que era la Copa antes de la pandemia. Al resto del apenas centenar de invitados que salpicaban la grada del pabellón madrileño (con capacidad para más de 17.000 espectadores) les delataban sus elegantes vestimentas de oficina, impropias para expresar con la vehemencia requerida la pasión que ha ensalzado históricamente el torneo. Con todo y con esto, algún improperio contra el trío arbitral se llegó a escuchar en el turno vespertino. Ya con la noche sobre el antiguo Palacio de los Deportes, el ruido ambiental se redujo a la animosidad de los banquillos. Tan cerca del trofeo y, a la vez, tan lejos de todo lo que da sentido al formato de la Copa. 

Después de la victoria tinerfeña sobre el San Pablo, el gran duelo del día entre Real Madrid y Valencia Basket no deparó mucho más que una tensión soterrada, una emoción sepultada por la decena de puntos de ventaja de los que disfrutó con regularidad el equipo de Laso, finalmente triunfador por 11 puntos.     

Solvencia madridista

Gracias a los buenos minutos que produjo para el Madrid la sociedad Alocén-Carroll, el equipo de Pablo Laso fue buena parte del del primer cuarto con más de 10 puntos de ventaja. El base aragonés manejó el inicio de partido a su antojo, repartiendo asistencias y penetrando con idoneidad en las líneas enemigas.  

Con el paso de los minutos ganó importancia la intensidad defensiva del Madrid, complementada por las variantes ofensivas capitalizadas por los puntos del argentino Deck,  para aumentar las diferencias en el marcador, ya en los 15 puntos de ventaja para los blancos al descanso. 

El tercer cuarto fue el despertar de un Valencia Basket, liderado por la anotación de Van Rossom, que consiguió poner en cuestión la ventaja de los blancos. Volvió el partido a estar varios minutos por debajo de los diez puntos de diferencia, entre el crecimiento defensivo valencianista y los problemas madridistas para mantener el caudal anotador, pero el liderazgo de Kalinic para los taronja no fue suficiente y los blancos llegaron casi con la ventaja intacta al último minuto y cerraron el partido sin más problemas.