BALONCESTO

El Uni Girona, gloria después de perderlo todo

El primer aniversario del temporal que inundó el pabellón de Fontajau regala una histórica clasificación para los cuartos de la Euroliga femenina, una heroicidad inédita en el baloncesto catalán

Las jugadoras del Uni Girona, felices tras su éxito europeo.

Las jugadoras del Uni Girona, felices tras su éxito europeo.

Jordi Roura

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"Hace justo un año, el Ter entró en Fontajau y el Uni Girona lo perdió todo. Todo. Excepto las ganas de seguir luchando", escribía este sábado por la mañana el presidente del club, Cayetano Pérez, en las redes sociales. Había sido una noche larga, muy larga, pegado al teléfono, sin poder dormir. Casi como la de aquel nefasto 23 de enero de 2020, cuando el temporal Gloria, de repente, provocó una terrible inundación en el pabellón que casi se lleva por delante el club. Eso sí, con una diferencia abismal: un año después el final fue feliz y esas ganas de luchar, de seguir adelante a pesar de todo, habían logrado la recompensa en forma de billete para los cuartos de final de la Euroliga femenina. Una gesta para el baloncesto catalán, la conseguida el viernes por la noche en un agónico partido ante el Schio italiano.

En la última jornada de la liguilla previa, y con un todopoderoso Ekaterinburg ruso ya clasificado, los dos equipos se jugaban el segundo billete. Al Spar Girona le valía una derrota por hasta cuatro puntos, los que tenía a favor del partido de ida en Fontajau). Fue por los pelos. Con un gancho fallado por la mejor jugadora local, Achonwa (28 puntos), sobre la bocina. Pero el 77-74 sirvió. Esta vez sí, la gloria sonreía al equipo de Girona.

Los daños provocados por el temporal al club en Fontajau se valoraron entre 200.000 y 300.000 euros. Súmese la cantidad que tuvo que abonar el Ayuntamiento (133.000) por el nuevo parqué, instalado la semana pasada, después de dos suelos provisionales con los que la instalación salió del paso durante meses. Y luego aún llegó la pandemia, que de forma abrupta interrumpió la temporada pasada, y que complica sobremanera, más allá de sus estragos en la salud, la supervivencia de los clubs modestos.

Imagen del pabellón de Fontajau, hace un año.

Imagen del pabellón de Fontajau, hace un año. / Diari de Girona

Sin posibilidad de llevar público a Fontajau, y con enorme dificultad para encontrar patrocinios, aun así, el director deportivo Pere Puig, el mago de los despachos, consiguió formar un equipo de ensueño. Convenció a Sonja Vasic, una de las mejores jugadoras de Europa, para que siguiera; mantuvo la incombustible Laia Palau, 41 años, capitana de la selección y palmarés inacabable; y ha visto explosionar jugadoras como María Araújo, que pide a gritos estar en verano en esos Juegos que, quién sabe, quizás se celebran en Tokio. El regreso de la base norteamericana Chelsea Gray fue la guinda del pastel.

Poco a poco

La clasificación para la Euroliga en una eliminatoria previa ante el Sepsi se logró con Éric Surís en el banquillo, el técnico que había conseguido la segunda Liga para las gerundenses en 2019. Pero el 1 de noviembre saltaba la sorpresa. El club decidió que se necesitaba un cambio en el banquillo y optó por el relevo, con la llegada del veterano Alfred Julbe, exentrenador ACB de equipos como el Joventut, el Valvi Girona, el Zaragoza o el Cáceres, y que no trabajaba des de su salida del Limoges a finales de 2019. Julbe sólo ha perdido tres partidos (Perfumerías Avenida en liga y Ekaterinburgo en Euroliga) en esta etapa en Fontajau, escenario que conoce bien y que estrenó con el Valvi en 1993. Precisamente el equipo charro será el rival del Uni en cuartos, a doble partido, entre el 14 y el 20 de marzo.

“Aún estamos arrastrando un poco las consecuencias del temporal, y encima nos ha enganchado la covid-19. Lo vamos rehaciendo todo, poco a poco, como podemos. No hemos tenido ayuda ni subvenciones de ninguna institución, todo sale del presupuesto del club. Sufrimos, pero seguimos adelante”, confesaba ayer Cayetano Pérez, poco antes de recibir a sus heroínas en Fontajau, de regreso de la batalla de Schio. La que ha consagrado a este Uni, campeón de liga en 2015 y 2019, entre los ocho mejores equipos del baloncesto femenino europeo, al mismo nivel de Ekaterinburg, Perfumerías Avenida, Galatasaray, Sopron, Asvel o Fenerbahce.