El Barça sobrevive a sus errores y gana en Vitoria

La vuelta de Mirotic ayudó al Barça a sobrevivir frente al Baskonia de un partido loco, que los azulgranas dominaron durante 30 minutos, que pareció que se le escapaba por una inesperada desconexión en el último cuarto, pero que a base de fe logró amarrar, sellándole con un tapón de Mirotic a Peters en la última acción (71-72).

El Barça aún está aprendiendo cuándo correr y cuándo pararse. A veces le cuesta leer el juego, especialmente en un día gris de Calathes y Heurtel. Eso le lleva a lastrar su juego y a verse penalizado más de la cuenta en partidos que controla desde el inicio, como el del Buesa Arena y que  emborrona con pérdidas de balón o despistes defensivos.

 Dispuso de una máxima ventaja de hasta ocho puntos el Barça  (31-38, m. 19) ya en el primer tiempo, un margen suficiente para asentarse y marcar el ritmo que más le convenía. Pero siempre deja aire para que respire su rival. Mirotic apareció con ganas en su vuelta al torneo después de tres encuentros de ausencia por el positivo de coronavirus. Y los exteriores cuando encontraron posiciones cómodas, demostraron que son capaces de hacer daño. Pero hubo más obsesión por buscar las acciones en la zona, que la línea de triple, especialmente desde las esquinas poco utilizadas.

El Baskonia no se amilanó pese a la buena puesta en escena azulgrana. Es un bloque forjado para la pelea constante, para ejercer la superviviencia con jugadores con una ADN rebelde como Pierria Henry o Zoran Dragic. Pero con recursos suficientes en el banquillo para generar respuestas. Como Youssoupha Fall, un gigante de 2,21, que se adueñó de la zona, y se convirtió en una pesadilla para la defensa azulgrana, machacando cada balón que llegaba a sus manos y eso llevó a que el margen del Barça desapareciera prácticamente al descanso (37-39).

Parcial de locura

Esa dinámica de intercambios de golpes y desgaste defensivo, pudo cambiarla el Barça en la reanudación gracias a unos buenos minutos de Mirotic, que pareció activar a sus compañeros. La intensidad del ala-pívot nacionalizado, su pelea en el rebote y su acierto ofensivo, dejó algunos de los mejores minutos azulgranas en el partido y volvió a abrir un margen interesante en el tercer cuarto (48-56, m. 27). Pero las constantes vitales del equipo de Jasikevicius volvieron a caer de forma alarmante cuando la estrella se dio un respiro en el banquillo. Calathes y Heurtel se vieron incapaces de darle ritmo y consistencia al juego, y permitieron a los vitorianos entrar con opciones en el marcador (56-58. m. 30) en un último cuarto que cambió la dinámica del encuentro.

El Baskonia se disparó en su confianza, construyendo un parcial espectacular de 21-2 (del 48-56 en el tercer cuarto favorable a los azulgranas, a 69-58 a falta de cuatro minutos para los vitorianos)  Y el Barça entró en una desconexión más que preocupante, de la que consiguió salir a fuerza de no bajar la cabeza.

El protagonismo de Mirotic y Abrines resultó decisivo para rescatar al Barça, pero también ayudó la inconsistencia del rival, que dilapidó una ventaja de 11 puntos en ese tramo final. «Ha sido un partido extraño, del que hay que aprender», fue la lectura de  Jasikevicius sobre una jornada que vuelve a arrojar algunas dudas sobre la consistencia del proyecto que lidera.