Abrines impulsa al Barça

El estreno oficial del Barça de Sarunas Jasikevicius terminó con victoria (68-72) ante el verdugo de la final de la Liga, pero con una sensación agridulce después de perder dos veces una sólida ventaja ante Baskonia para terminar ganando, en un final demasiado igualado, la primera semifinal de la Supercopa en Tenerife. 

Antes, una secuencia de 16 puntos seguidos de Álex Abrines, sin fallar ningún tiro de los cinco triples y los siete tiros de campo que había intentado hasta ese momento, parecía haber noqueado a un Baskonia que se vio de cara al último cuarto con 15 puntos de desventaja, pero que casi consiguió remontar por segunda vez. “No recuerdo en mi vida un partido en el que tuviera tantos tiros abiertos”, confesó el barcelonista tras la victoria.

En el primer cuarto, el Barça había hecho una exhibición defensiva, pero la ventaja se esfumó ante la laboriosidad de los vascos y el rendimiento defensivo del Barça, con mejores intenciones que resultados palpables ante un rival duro y correoso. 

Buen inicio

Ya desde el inicio del partido, la apuesta era una defensa agresiva y pegajosa que acumuló buenos minutos en los que frustró al ataque baskonistas, constantemente sin ventajas. A la vez, la maestría en la dirección de juego de Calathes (desacertado en el tiro) empezó a hacer fluir los puntos para los de Jasikevicius, que acumularon un parcial de 16-0, maquillado tras unos minutos de desconexión que provocaron el primer cabreo oficial del técnico lituano.

La pelea de Mirotic, algunas canastas de bella factura de Davis y la aportación de Hanga desde el banquillo mantuvieron la ventaja barcelonista en torno a la decena de puntos. Pero las desconexiones defensivas permitieron a Baskonia seguir vivo el partido, sustentado en el trabajo colectivo y en los puntos de Alec Peters. 

Aparición magistral

El inicio de la segunda parte confirmó la buena tendencia del Baskonia y volvió la igualdad al partido. Entonces apareció entonces Álex Abrines, con cinco triples seguidos, sin fallo, para devolver la iniciativa en el marcador y en la anotación a un Barça impulsado desde el banquillo para ponerse el mono de trabajo y volver a marcar diferencias en la defensa. 

Pese a afrontar el cuarto decisivo con la mayor ventaja del choque, el Barcelona se dejó remontar por Baskonia hasta tener que afrontar un final ajustado. La intensidad defensiva y el acierto en el tiro cambiaron de bando, Pierriá Henry terminó en modo estrella y complicó el final del Barça más de lo esperado.