LA COPA DEL REY DE BALONCESTO

Barça: de la ilusión a la frustración

La prematura eliminación en la Copa frente al Valencia deja en entredicho el ambicioso proyecto del equipo azulgrana en su primer examen exigente

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Luis Mendiola

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Con muchas dudas y  una importante pérdida de confianza abandona el Barça la Copa del Rey de Málaga a las primeras de cambio. El ambicioso proyecto construido esta temporada en torno a la llegada de una estrella como Nikola Mirotic, bajo el férreo control de Pesic, ha pasado de la ilusión inicial a un estado de frustración general con la prematura eliminación frente al Valencia, muy lejos del ambicioso objetivo que se intuía: el asalto  a una tercera corona consecutiva.

La derrota en los cuartos de final de la Copa es dura para el barcelonismo por varios motivos.  Por un lado, hace evidente la vulnerabilidad del Barça en el primer examen exigente de esta temporada y genera dudas cara al futuro. Demuestra una excesiva dependencia del liderazgo de Mirotic, máximo anotador y reboteador del equipo, en una plantilla   suficientemente larga para que eso no suceda. También deja claramente señalados a jugadores que deberían ser importantes y  que no acaban de entrar en la dinámica azulgrana, caso de Higgins, Davies o Kuric que aparecen y desaparecen sin más y, además, alimenta el debate sobre el entrenador, que no está exento de algunas críticas.

La dinámica del vestuario

¿Puede cuestionarse el trabajo de Pesic? Dos años después de su llegada, nadie duda de que el Barça vuelve a ser competitivo, un  equipo bien entrenado, con alternativas  después de una travesía por el desierto que lo llevó en 2018 a ser colista de la Euroliga. Los dos títulos de Copa con una plantilla inferior en calidad a la actual demuestran la valía del técnico serbio, un referente en Europa.

Ahora bien, eso no esconde la infrautilización que hace del vestuario, con jugadores como Pustovyi, Roland Smits o Pau Ribas que cuentan poco o nada en sus esquemas. Pesic se siente cómodo con rotaciones cortas, de ocho o nueve jugadores.  Es algo que nunca ha escondido y que choca con una plantilla tan larga (15 jugadores, contando al joven Bolmaro, del filial, pero en dinámica de primer equipo). Los responsables del club lo asumen como parte de su filosofía. Pero eso no ayuda en la dinámica. Es  un técnico respetado en el vestuario pero que, en ocasiones, no acaba de conectar con el grupo.

"No es un fracaso"

Frente al Valencia se hicieron evidentes algunas de las deficiencias claras que presenta el equipo azulgrana, precisamente porque el equipo de Jaume Ponsarnau ofreció una imagen espléndida, fiel a un plan de juego que aplicó de principio  a fin y que le dio la iniciativa. Su triunfo fue absolutamente merecido, pero esa misma sensación de superioridad de los valencianistas se había repetido en sus cuatro enfrentamientos anteriores.  El último, hace 10 días, lo resolvió Mirotic con una canasta  a tres segundos del final. En Málaga, solo cambió el final.

“No lo considero un fracaso”, se defendió Pesic tras la eliminación copera. “Jugamos contra un gran equipo. Nadie puede garantizar que el Baça ganará todos los partidos. Es una victoria merecida de un rival que juega un  baloncesto de un gran nivel. Ni más ni menos”.

La baja de Heurtel

El Barça se colapsó en dos fases diferentes y eso le llevó a encajar dos parciales de 0-20 en el segundo cuarto y de 0-14 en el tercero que acabaron de condenarlo. Mirotic, Delaney en algunos instantes, y Claver fueron los únicos que aparecieron en un día en el que el Barça se obsesionó con el triple.  La ausencia de jugadores capaces de generar canastas para los demás, con las bajas de Heurtel y Pangos, pesa.  Hanga ha cumplido cubriendo las ausencias. Pero no es su función. No es casualidad que en  los títulos de Copa del Barça en 2018 y 2019, Heurtel acabara como el MVP.  La vuelta del base francés debe mejorar esa situación.  

Se creía que el Barça,  líder de la Liga ACB y está en zona  de ‘play-offs’ de la Euroliga, estaba en condiciones de dar un paso adelante cuando entraran los títulos en juego. Pero el varapalo de Málaga ha pinchado el globo y  deja una realidad muy distinta. A pesar de que ya han pasado seis meses desde que se inició el curso, el Barça es aún un equipo en construcción, que cuenta con gran talento individual, pero que aún necesita trabajar mucho más en lo colectivo para ser una apuesta ganadora, aunque tiempo es lo único que no le sobra.