Mirotic alimenta el sueño del Barça de una tercera corona consecutiva

La ciudad de Málaga acogerá a partir de este jueves una Copa del Rey de baloncesto muy especial. Será especial porque los cruces harán imposible una final entre el Barcelona y el Madrid, como ha sucedido en los dos últimos años y en siete de las últimas diez ediciones, cuyos títulos se han repartido entre ambos. Será atípica porque se ha caído de los participantes un clásico, el Baskonia, ausente por segunda vez en los últimos 23 años. Y será única como pocas, ya que abre la posibilidad a cuatro de los clubs de la clase media, Tenerife, Andorra, Casademont Zaragoza y el anfitrión Unicaja, de ganarse un puesto en la final, aprovechando la ausencia en su parte del cuadro de los dos grandes del baloncesto español.

El Barcelona, el campeón de las dos últimas ediciones, desde la llegada de Pesic en febrero del 2018, alimenta sus sueños de una tercera corona consecutiva aferrado a la magia de su estrella Nikola Mirotic. "Tengo ganas de volver a Málaga, de disputar otra Copa y, sobre todo, de hacerlo vistiendo este escudo, el del Barça", ha declarado el ala-pívot, que conquistó la segunda de sus dos Copas blancas en la ciudad malagueña (2012 y 2014) antes de dar el salto a la NBA.

El equipo azulgrana se estrenará este jueves frente al Valencia (19.00 horas) en una eliminatoria de máxima tensión. Los precedentes de la temporada les son muy favorables: cuatro victorias en cuatro partidos. Pero todos se resolvieron  en los últimos instantes. En el último de Euroliga, hace ocho días en La Fonteta, el Barça remontó 15 puntos y resolvió con una acción magistral de Mirotic a tres segundos del final.    

“Tenemos que mejorar nuestra defensa y sobre todo cerrar mejor el rebote defensivo. Sin defender las transiciones ni controlar el rebote, no puedes marcar el ritmo”, avisa Pesic, que asume que el Barcelona deberá dar “un paso adelante y ofrecer su mejor imagen de la temporada” para ganar en un torneo que necesita enfocar solo el día a día.

Mirotic vs Dubljevic

En un encuentro con tintes ya de clásico, buena parte de las opciones de Barça y Valencia pasarán por el rendimiento de Mirotic en el caso de los azulgranas (20,5 puntos y 5,9 rebotes) y de Bojan Dubljevic, del lado ‘taronja’ (11,7 puntos 6,5 rebotes).

“Mirotic nos ha hecho daño. Tenemos muy buenos defensores para él pero tenemos que sumar algún detalle y hacer un buen trabajo colectivo”, reconoce  Ponsarnau, que no podrá contar con dos piezas básicas en su equipo: el base Van Rossom y el escolta Jordan Loyd, mientras el Barça descarta, de entrada, al base Thomas Heurtel. “Ellos tienen la obligación de ganar tres partidos, nosotros vamos a jugar y a ver esto dónde nos lleva. Sabemos cómo jugarles”, añadió Ponsarnau, traspasando la presión a su rival.

Defensa de Llull

El Madrid también se estrenará enfrentándose al Bilbao Basket (21.30 horas), una de las revelaciones de la temporada, después de haber superado la racha de cuatro derrotas seguidas en enero y las dudas generadas por el momento de Sergio Llul. “Los jugadores son humanos, pero lo veo bien”, dijo Pablo Laso sobre el base menorquín.

La intimidación de Tavares y la creación de Campazzo han recuperado al equipo blanco que se medirá con un rival que llega a Málaga “dispuesto a divertirse pero también a competir”, según Alex Mumbrú,  técnico del conjunto bilbaíno, en el que está sobresaliendo el alero francés Axel Bouteille, mejor triplista del campeonato (47,8% de acierto), y quinto máximo anotador (17,7 puntos).

El viernes será el turno del Iberostar Tenerife-Morabanc Andorra (19.00 horas), un duelo inédito que medirá a dos de las parejas más en forma de la ACB: Huertas y Shermadini, por parte canaria, y Hannah y Diagné, en los del Principado. Mientras el Unicaja cerrará la ronda de cuartos ante la gran sorpresa de la Liga, el Casademont Zaragoza, en otro duelo de alto voltaje (21.30 horas) que ilusiona especialmente a los anfitriones que lograron levantar el título en el 2005 y fueron finalistas en el 2009.  "Veo al equipo perfecto", declaró su técnico Luis Casimiro, que intentará acabar con la maldición del organizador, que jamás ha sido campeón.