El Maccabi también somete a un Barça a la baja

El Barça vive un momento crítico en este principio del 2020 y es incapaz de cambiar la dinámica negativa por la que atraviesa. El Maccabi la aprovechó para infligirle una nueva derrota, la tercera consecutiva en la Euroliga, la cuarta en los cinco encuentros que ha disputado en un  enero para olvidar (92-85) y que lo ha relegado a la quinta plaza de la competición europea cuando hace nada pugnaba por el liderato.

Las buenas sensaciones que acompañaban al equipo de Pesic en el inicio de temporada han desaparecido. El Barça sufre desconexiones, muestras fisuras, encadena errores defensivos y encaja demasiados puntos. No está siendo un bloque fiable en estas últimas semanas. Y eso supone una ventaja enorme para rivales con un buen lanzamiento exterior como es el caso del Maccabi, que anotó 14 triples con un 50% de acierto, que cuenta con jugadores letales como Wilbekin (18 puntos) y Dorsey (19) y es capaz de desplegarse una intensa defensa.  La palabra crisis empieza a sobrevolar el Palau y el futuro inmediato se presenta complicado con una visita este jueves a la cancha del Fenerbahçe.

Solo Mirotic

Pesic y Ribas aseguraban antes de afrontar el partido del Maccabi que se trata solo de una mala racha. Pero el Barça ha perdido gran parte de su consistencia atrás y tampoco encuentra a nadie que sea capaz de acompañar a Mirotic, el único jugador que se mantiene en sus números (22 puntos, 10 rebotes, 30 de valoración en Tel-Aviv) pero que no puede hacerlo todo. Higgins tuvo protagonismo hasta el descanso (11 puntos) pero solo anotó dos en la segunda parte. Igual que Davies. Tomic aguantó al equipo en el tercer cuarto, pero no apareció en el último. Ribas y Hanga apenas sumaron. Hay demasiadas desapariciones y jugadores que no están mostrando el nivel que se espera. Es difícil así tener opciones, aunque el Barça puso las ganas y se vació de principio a fin. Sus opciones se acabaron con un triple de Wilbekin a 33 segundos del final.

Mejoró la imagen del Barça respecto a los últimos partidos, sobre todo en intensidad y concentración, seguramente espoleado el equipo azulgrana por la necesidad y los malos resultados de los últimos días. Por momentos consiguió igualar el despliegue físico del Maccabi, que planteó un partido de máximo desgaste, con emparejamientos muy duros, en especial con Mirotic, en una cancha muy caliente como La Mano de Elias, el pabellón macabeo. Pero el cambio de actitud de los azulgranas respecto a los últimos encuentros, se resquebrajó en momentos clave.

 Cuando el cuadro israelí elevó su intensida defensiva, sobre todo a partir del descanso, el Barça vivió con la soga en el cuello. El Maccabi forzó demasiadas pérdidas en su rival (17), marcó el ritmo y además encontró siempre a alguien que asumiera la responsabilidad en ataque, especialmente Wilbekin y Dorsey, aunque Caloiaro y Hunter también lograron aparecer en el segundo tiempo para acabar con cualquier esperanza de los barcelonistas, consecuencia de un arreón final de Delaney.