Mirotic enciende a un Barça arrollador ante el Maccabi

Para las grandes noches y los partidos de máxima presión llegó Nikola Mirotic al Barça. Para días en los que hay que ganarse el respeto y  el rival exige la mejor versión para salir airosos. Para noches memorables como la que vivió este viernes frente al Maccabi, que llegaba en un momento dulce de juego al Palau y se fue con un repaso en toda regla (96-73), un aviso a navegantes sobre el enorme potencial del equipo de Pesic esta temporada.

Mirotic ejerció de estrella frente al Maccabi, con 25 puntos, 14 rebotes (su récord en la competición), 3 asistencias y 35 de valoración, demostrando su condición de ídolo en el universo barcelonista. Pero  además encontró la complicidad en ataque de varios de sus compañeros, de Cory Higgins - que atraviesa por una fase de auténtica inspiración-  de Kuric y Abrines, pero sobre todo encontró un espléndido trabajo colectivo del Barça en defensa. Así pasó el equipo azulgrana por encima del cuadro israelí infligiéndole la derrota más dura que ha sufrido hasta ahora para mantenerse como líder de la Euroliga.

Solo en algunos fases de juego muy concretas o en momentos puntuales había conseguido el Barça dar su mejor versión. Pero un día señalado, como era el del Maccabi (uno de los rivales más en forma, el mejor anotador de la competición), el cuadro de Pesic se mostró arrollador. El Barça solo permitió 27 puntos en la segunda mitad, blindando su canasta a través de la defensa con un planteamiento que desconectó por completo al conjunto israelí.   

«La defensa es lo que nos hizo ganar», se vanaglorió Pesic. «Hicimos un trabajo excelente en ese sentido. Desconectamos a sus bases, controlamos su 'pick and roll' y también el rebote», añadió. « Era un gran examen para nostros. Estábamos muy motivados y ha sido una noche increíble», apuntó Mirotic.

Bases desconectados

Juego físico, transiciones rápidas, y un gran acierto desde la línea del triple. Esas eran las señas de identidad del Maccabi que llegaba como un tiro al Palau. Solo el Armani había roto su racha este pasado martes después de seis victorias consecutivas. Pero en el Palau Blaugrana se encontró con su némesis. Un rival que igualó su intensidad de principio a fin, no le dio un segundo de respiro en defensa y además lo superó en eficacia en una segunda mitad para recordar.

La llegada al banquillo de Sfairopoulos ha recuperado la mejor versión del Maccabi. Eso y, por supuesto, la presencia de un jugador determinante como Wilbekin, un generador de juego y anotador compulsivo, el hombre encargado de  dinamizar los esquemas de los israelís. Si a eso unimos el punto de inspiración de un tirador puro como DiBartolomeo (tres triples sin fallo al descanso) puede entenderse que el club de Tel-Aviv llevara la iniciativa durante muchos minutos y se fuera al descanso en ventaja (43-46).

Detectada la vía de agua, los dos bases israelís, el Barça puso todo su empeño en desconectarlos y cuando lo consiguió y selló su propia zona, asegurando el rebote e impidiendo que llegaran balones claros a los pívots del Maccabi, empezó a escribir un triunfo que debe ser un enorme refuerzo moral.

El parcial de 31-20 en el tercer periodo ya fue demoledor, con nuevos jugadores como Oriola o Davies que se unieron a la fiesta barcelonista para estirar las diferencias  y llevarlas a márgenes escandalosos, convirtiendo así  un partido trampa en una velada memorable para el Palau.