EL MUNDIAL DE BALONCESTO

Las claves del partido de España

Sergio Llull intenta controlar un balón en el partido del debut frente a Túnez

Sergio Llull intenta controlar un balón en el partido del debut frente a Túnez / periodico

Luis Mendiola

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Pese a un rápido parcial a favor (7-0 en apenas dos minutos) España se presentó tarde al inicio del Mundial. El partido había empezado pero la cabeza de los jugadores aún estaba en los vestuarios, y Túnez encontró todas las facilidades del mundo para anotar, sobre todo cerca de canasta con un Haddadi muy activo. Sin darse apenas cuenta, el equipo de Scariolo se vio en una situación muy peligrosa:  10 puntos abajo (19-29). Scariolo optó por ortodoxia. Llevó a Llull a la posición de escolta, ordenó el juego con Colom en el base y el cambio de cara fue radical. Cuatro triples consecutivos (dos de Llull, uno de Colom, uno de Rudy) le dieron un vuelco al marcador y ejercieron de despertador para España, que dio un paso adelante en concentración y agresividad.

Cambio de actitud

La actitud con la que salió de los vestuarios cambió por completo el guion del partido. Un 18-3 de parcial para la selección se construyó a través de una mejor actitud defensiva y más control del rebote, los dos aspectos que se habían echado en falta en el primer tiempo. En algunos instantes de forma alarmante. Ese nuevo escenario permitió a España forzar pérdidas en su rival,  pasar a controlar el ritmo, dominar la pintura y lograr canastas fáciles, elementos fundamentales para disparar las ventajas por encima de la frontera de la veintena (72-47), cerrar el parcial del tercer periodo con un contundente 30-8 y construir las bases de un triunfo tremendamente contundente, que sirve para alimentar la confianza.

Defensa y triples

Las ausencias para este Mundial, ya se sabe, limitan mucho a la selección. Por eso dos aspectos serán fundamentales para que el equipo de Scariolo de la cara en el torneo: un buen trabajo defensivo y máxima eficacia en el lanzamiento exterior. Con siete pérdidas forzadas a Túnez en el tercer cuarto y mucha agresividad para cerrar los espacios en la zona, España adecuó la defensa a lo que necesitaba el partido y acabó por encontrarse muy cómodo. Con la aparición ofensiva de Llull (16 puntos, 4 de 6 en triples), que destapó su mejor versión, con la aportación de Rudy (2/3) y también de Ribas (4/5), el equipo español encontró también un notable acierto en el triple (17 de 33, un 52%) y pasó de vivir con cierto la inquietud de los primeros minutos a la exhuberancia del rotundo final.