EL ÉXITO DE UNA PIONERA

Maite Cazorla busca el 'cum laude' tras hacer historia en la NCAA

La base será la primera jugadora española en disputar la 'final four' de la Liga universitaria de EEUU

Maite Cazorla, de cara, celebra con sus compañeras de Oregón el pase a la 'final four'

Maite Cazorla, de cara, celebra con sus compañeras de Oregón el pase a la 'final four' / periodico

Luis Mendiola

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El nombre de Maite Cazorla (Las Palmas, 1997) hace tiempo que es una referencia de futuro en las canchas. Pero este fin de semana estará más presente que nunca, convertida en una pionera. Esta base canaria, de 21 años y 1,80, será la primera jugadora española en disputar la ‘final four’ de la Liga Universitaria (NCAA) de Estados Unidos, convertida además en una pieza esencial de su equipo: las Oregon Ducks, que también se estrenarán en una fase final.

Este viernes, la jugadora canaria, que afronta su último año universitario en Oregón, donde estudia psicología, saltará a la cancha del Amalie Arena, en Tampa Bay (Florida) como una de las protagonistas de la primera semifinal, la que enfrentará a Oregon y Baylor.  En el otro cruce se medirán las grandes favoritas, Notre Dame, la campeona del pasado año, con Connecticut, que establece en esta edición un récord de 12 apariciones consecutivas.  "Es muy difícil y estoy muy orgullosa. Ya que estamos aquí, ojalá ganemos", explica la jugadora de  las Oregon Ducks, equipo que cuenta, además, en su organigrama con el técnico catalán Xavi López.

Formado en la cantera de la Penya, López (Badalona, 4/4/1983), llegó a jugar durante seis temporadas en Bilbao antes de pasar a los banquillos. Su estreno lo hizo en la temporada 2012/2013 en la Universidad de Kansas State, antes de dar el salto a Oregon de la mano de Maite Cazorla, donde se valora mucho su conocimiento del baloncesto europeo, para ejercer de ayudante del técnico Kelly Graves

Hermana de Juan Pedro y Carlos Cazorla, dos jugadores que construyeron parte de su carrera en el Tau de Vitoria, en los años 90, que los incorporó cuando tenían 14 años, Maite llegó también a las pistas de baloncesto por la influencia familiar, aunque en su caso acabó trasladándose Barcelona para incorporarse al proyecto Segle XXI, un equipo de Liga femenina 2 y también un centro formativo que controla la Federació Catalana, donde pasó cuatro años, antes de dar el salto a la liga universitaria estadounidense.

La canaria es la base de las Oregon Ducks, donde está también el técnico catalán Xavi López

“El baloncesto es algo que ha mamado, lo lleva en los genes”, asegura Javi Torralba,  entrenador y responsable del Segle XXI, que tuvo a sus órdenes a Maite Cazorla y habla maravillas de la jugadora canaria.  “Es una jugadora muy especial, muy cercana y cariñosa. Una base de esas que no quedan, muy cerebral, avanzada al juego, y muy dura y grande físicamente. Que controla el tiempo de partido y que no necesita anotar, solo lo hace cuando lo necesita el equipo”, cuenta Torralba, que ha intentado seguir la trayectoria de Cazorla en su camino a la ‘final four’.

Generación del 97

La estrella de las Ducks es Sabrina Ionescu, una estadounidense de origen rumano, anotadora compulsiva, firme candidata a ser la número uno del próximo ‘draft’ de la WNBA, y que acaparó gran parte del protagonismo en el triunfo ante Mississipi (88-84) en la final regional con 31 puntos, 7 rebotes y 8 asistencias. Pero Maite Cazorla fue clave en la clasificación. La base canaria, que ejerce de titular, acabó con 11 puntos y 6 asistencias y consiguió el triple que decidió el partido a falta de 35 segundos.

Integrante de la espléndida generación del 97, con nombres importantes como Ángela Salvadores, Laia Raventós, María López Araujo o Io López, una generación que logró el oro europeo sub16 sub18 y sub20, y que fue plata en el Mundial sub17 en el 2014, Cazorla fue también pionera en dar el paso para estudiar en EEUU cuando le llegó la oportunidad. “Ahora hay más de un centenar de jugadoras que estás compitiendo en la primera división de la NCAA”, explica Torralba, que recuerda que Cazorla estuvo a punto de hacer historia en aquella final sub17. “Anotó el último triple del partido, que era la victoria, pero se lo anularon por una falta en ataque”, apunta el técnico, que asume que lo que la decidió a irse a Oregón fue la posibilidad de estudiar y seguir jugando en una universidad con un ambiente muy familiar. En Tampa tendrá oportunidad de seguir haciendo historia.