En Directo

TRIUNFO ESPECTACULAR

El Barça derriba al Madrid y gana la Copa del Rey (90-92)

El equipo de Pesic resucita a lo grande en una soberbia final y se lleva su primer título en tres años

Los jugadores del Barça posan con el trofeo tras ganar al Madrid en la final de la Copa del Rey de baloncesto.

Los jugadores del Barça posan con el trofeo tras ganar al Madrid en la final de la Copa del Rey de baloncesto. / periodico

Luis Mendiola

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Para los no iniciados, para los incrédulos, para los que dudan o los que piensan que todo está escrito de antemano, el Barça demostró que los milagros existen. Al menos en el deporte. El Barça desahuciado hace una semana, inmerso en una crisis de resultados que acabó con el técnico Sito Alonso en la guillotina, resucitó a lo grande frente al gran favorito, el Madrid y levantó el título de Copa después de una espléndida final, que tuvo un agónico desenlace (90-92) , con opción para los madridistas de llevarse el partido tras dos tiros libres fallados por Oriola, pero que los azulgranas levantaron de forma más que merecida.

En una soberbia actuación coral, el  equipo azulgrana tumbó a su gran rival y cortó una era de dominio blanco en la competición copera, que se remontaba a las últimas cuatro ediciones. La final contó con todos los ingredientes que hacen grande un partido. Apareció un Barça enorme, demostró su orgullo de campeón el Madrid, que peleó con uñas y dientes hasta el final, y el guion desembocó en un desenlace taquicárdico, con el Madrid recortando margen de triple en triple, con Thompkins como figura, y con loa azulgranas haciendo un ejercicio de resilencia.     

Tuvo que tocar fondo el Barça y ponerse en manos de Svetislav Pesic, casi de forma desesperada, para generar una catarsis que ha sacado todo lo bueno que se intuía del equipo azulgrana y que hasta ahora solo había sacado a cuentagotas.  Los jugadores azulgranas reinvindicaron, así, su enorme calidad. Y Pesic volvió a levantar la Copa 14 años después de lograr su primer título en España en su primera etapa azulgrana.

Pau Ribas, como alma del equipo, autor de 21 puntos, y Tomic Hanga, con 17 y 12 respectivamente, fueron la referencia de un Barça espléndido a nivel colectivo, inteligente en su despiegue en la cancha, intenso y solidario en el esfuerzo, en el que tuvieron su momento de protagonismo casi todos los jugadores, con Heurtel escogido como MVP de la fase final, y que volvió a levantar un título grande, lo que no  sucedía desde la Liga del 2014.

Cambio de mentalidad

Lo más positivo del nuevo Barça es el cambio de actitud. No le pierde la cara a los partidos a la menor contrariedad, como  sucedía hasta ahora. Sigue adelante, creyendo en sus fuerzas. Se vio en el primer cuarto, con una falta antideportiva de Sanders Doncic y un par de decisiones más que discutibles, que pusieron el control del ritmo en manos de los jugadores del Madrid y abrieron los primeros márgenes en el marcador para los blancos.

Los hombres de Pesic las encajaron y mantuvieron la cabeza en el partido. Hasta en tres ocasiones se escapó el equipo de Laso. Hasta en tres ocasiones recuperó terreno el equipo azulgrana en lo que se convirtió en un intenso intercambio de golpes en ataque y uno enorme desgaste físico de los dos equipos por cuidar su zona, con las fuerzas más que equilibradas, con constantes entradas y salidas en los dos banquillos para no acusar el desgaste.

Cerró el primer cuarto con ventaja el Madrid, aprovechándose sobre todo de su visita contante a la línea de tiros libres (10 de 11) gracias a las faltas pero el Barça aguantó el paso, con un excelente equilibrio entre el juego interior y exterior, y sobre todo  jugando con mucha paciencia, evitando precipitarse, madurado cada ataque hasta disponer de la mejor opción de tiro.

Heurtel y Ribas lideran

En ese cambio de imagen tiene mucho que ver la defensa. No encontró nunca el Madrid el camino hacia la canasta con facilidad. Pero también la confianza que da Pesic a sus dos bases Heurtel y Ribas. La transformación de ambos es notable, sobre todo en el caso del jugador francés, que ha completado un torneo a un nivel espectacular, lo que le ha valido el título de MVP.  Los dos mandan, leen el juego con inteligencia, las pausas, el momento que requiere un cambio de ritmo. El equipo lo nota. Hay mucho más orden en su puesta en escena frente a la espesura que se vivía en muchos de los encuentros.

Esa consistencia y disciplina que transmitió el Barça le hizo ponerse, al fin,  en ventaja por primera vez (26-28, m. 16) gracias a unos excelentes minutos de Tomic, que se adueñó de las zonas y dio un recital de movimientos de pie para atacar la canasta  blanca, aunque las tres faltas personales que acumuló antes del descanso le obligaron a protegerse en el banquillo. No importó. Bien parapetado en defensa, Ribas y Oriola le tomaron el relevo en ataque para abrir un pequeño margen favorable en el descanso (34-40).

Salida espectacular

La salida del equipo de Pesic tras el descanso aún fue más poderosa y dejó más que tocado al equipo madridista. Firmó el Barça un parcial de 1-11 en apenas tres minutos (del 34-40 al 35-51) que no solo abrió un abismo en el marcador sino también en la confianza de los dos equipos. Mientras el Madrid vivió unos minutos grogi por el golpe recibido, el Barça se sentía como único dominador, jugando los minutos de más confianzade las tres jornadas (40-58 , 25).

Con la ortodoxia del juego decantándose totalmente a favor del Barça, al Madrid solo le quedó un camino para cambiar el guion: el juego físico, la presión en toda la cancha, la vía de la adrenalina en una carrera desbocada contra el reloj que relegó a Doncic y Tavares al banquillo a favor de defensores del perfil de Taylor Rudy, que dan un plus en situaciones comprometidas.

Le funcionó a medias al Madrid. Le hizo despertar y buscar con más agresividad el aro y empezar a sumar. Rudy, Carroll y Thompkins (cinco de cinco en triples) llevaron a los madridistas a rozar la gesta. Pero el enorme esfuerzo del equipo de Laso no acabó de provocar el colapso de los barcelonistas, que contemporizaron en las últimas jugadas, confiados en que el tiempo jugara a su favor, aunque acabaron viviendo en el filo de la espada, con pérdidas y fallos en los tiros libres que dieron la última opción a su rival.  

La ficha

<strong>Real Madrid, 90 - FC Barcelona, 92</strong>