El Barça vuelve a su peor cara en Estambul

Gestos de desesperación de Bartzokas en la banda. El equipo desorientado en la cancha. La mala imagen del Barça de baloncesto es recurrente partido tras partido. Y, en general, inconsistente hasta más no poder, con alguna excepción como la del pasado domingo frente al Madrid. Pero no hay forma de corregirla. Ni nadie que ponga orden en el descontrol. Ni en el banquillo. Ni en la junta directiva, que sigue ensimismada, como si no tuviera nada que ver con la película.

Así vive el Barça, viajando por una montaña rusa de decepciones, dilapidando su prestigio como club día a día y desde esa nula disposición se convirtió en una víctima fácil del Darussafaka en su visita a Estambul (67-56), donde encajó su 16ª derrota en 26 encuentros, un balance que pone los pelos de punta.

El equipo turco, que dirige el prestigioso David Blatt, pasó por encima del Barça en un segundo cuarto para olvidar (un parcial de 32-9 que abrió las diferencias hasta los 21 puntos: 43-22) y que hizo sonrojar a más de uno. Y eso le despejó el camino hacia la victoria, que una reacción de orgullo de los barcelonistas en la segunda parte no consiguió evitar.

«Nuestra segundo cuarto fue un desastre», admitió Bartzokas, acostumbrado a la autocrítica. «Nos aceleramos. Tomamos malas decisiones, fallamos cinco o seis bandejas fáciles. Les dimos la oportunidad de tomar esa enorme ventaja que fue decisiva para el partido», explicó el técnico barcelonista, que reconoció que tuvo una reunión dura en el descanso con sus jugadores. «Nos dijimos las verdades, pero también que teníamos que seguir nuestro plan de juego . Jugamos de la forma en la que ellos quisieron». 

REACCIÓN INÚTIL

La bronca tuvo su efecto. El margen llegó a reducirse hasta los 7 puntos (54-47, m. 34), al tiempo que las constantes vitales del equipo azulgrana parecieron reactivarse. Pero el esfuerzo fue insuficiente para darle la vuelta al guion. Ninguna novedad por otra parte en una temporada que sigue siendo tan amarga como la hiel.

Solo Perperoglou (16 puntos) y Tomic (8 puntos y 9 rebotes) cumplieron con los mínimos exigibles a un equipo que se descompone y desaparece sin explicación y que fue incapaz de plantar cara a un Darussafaka más que discreto.

Sin completar una gran actuación, el equipo turco contó con un resolutivo Clyburn (15 puntos) y al prometedor Ante Zizic (10 puntos y 13 rebotes) para mantener sus opciones en el torneo.

El Barça ni siquiera fue capaz de aprovecharse de una pésima puesta en escena del cuadro turco (4 puntos en 5 minutos), enredado como está en un laberinto al que  no encuentran salida. Nadie lidera, nadie manda, nadie sabe qué hacer.

El despropósito llegó al límite para el Barça en un segundo cuarto para olvidar en el que encajó un sonrojante parcial de 32-9, que fue su condena. Algunos jugadores intentaron cambiar su suerte, caso de Perperoglou, Tomic o Claver con acciones de carácter. Otros, en cambio parecen almas en pena, como Rice o Faverani, cada vez más alejados del rol que de ellos se espera, especialmente el base estadounidense, llamado a liderar este proyecto.

Sea como fuere, todo fue en vano. Mejor que Navarro, que volvía a la  convocatoria, no participara y se evitara otro bochorno. 

Lo peor es que en esta dinámica tan negativa en la Euroliga,  la siguiente  parada será el miércoles ante el Madrid. Casi nada.

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