El Barça paga su espesura en Krasnodar

Es muy difícil, casi imposible, ganar un partido si solo se anotan dos puntos en los últimos cinco minutos y medio, como le sucedió al Barça en Krasnodar. Del minuto 34 y medio (56-59) al 40 solo llegó una canasta de Abrines, uno de los pocos, que junto a Ribas, supo descifrar el camino hacia el aro en el bando barcelonista. Ni una más.

No hubo forma que los jugadores de Xavi Pascual sumaran una canasta, o arrancaran algún tiro libre, o aprovecharan alguna de sus acciones en ventaja, como una bandeja de Doellman, en un contragolpe claro, a falta de 51 segundos (62-61) para evitar la derrota.

Y así, punto a punto, en un partido rácano a nivel ofensivo, el Lokomotiv, casi sin creérselo, fue reduciendo las mínimas ventajas del Barça, minando su confianza, y se apuntó un triunfo que le sabe a gloria (66-61) con Anthony Randolph (17 puntos) como figura.

Es el 1-0 para el Lokomotiv en un 'play-off' al mejor de cinco encuentros que este viernes tendrá la segunda entrega. Pero es también la confirmación de que el Barça necesitará mejorar mucho su imagen, actuar con mucha más determinación y agresividad para cambiar su suerte. Solo así logrará llevarse el billete que da acceso a la 'final four' de Berlín (13 a 15 de mayo) .

Tuvo el Barça en sus manos durante muchos minutos un partido espeso, de errores, de desgaste en defensa, en el que el Lokomotiv estuvo lejos de su imagen consistente en casa. Pero volvió a faltarse ese instinto asesino en la apuesta de los azulgranas, ese instinto asesino del que ha adolecido durante toda la competicón europea y que explica, mejor que nada, su balance lejos del Palau, con 9 derrotas en sus 13 desplazamientos europeos.

LESIÓN DE DORSEY

Demasiados factores entraron en juego y descompusieron el plan inicial de los barcelonistas. Desde un arbitraje de marcado tinte casero, que no aplicó el mismo rasero en uno y otro lado de la zona (22 tiros libra para el equipo ruso, ocho para los barcelonistas), a la lesión de Dorsey, un esguince de tobillo, que le impidió salir en la segunda parte; o el escaso acierto para cambiar la dinámica de jugadores claves en el Barça como Navarro (2 puntos en 13 minutos), Tomic (8 puntos y 5 rebotes en 25), Doellman (13 puntos, pero solo dos en la segunda parte) o Satoransky (2 puntos en 17 minutos).

Pero al margen de eso, al Barça también le faltó el carácter y la convicción para ser dueño de su destino. En pocas acciones buscó el aro con determinación en busca de una canasta o de forzar tiros libres que rompieran su espesura ofensiva: 21 de 43 en tiros de dos, un 48%; 5 de 20 en triples, un 25%. La inspiración fue diluyéndose en el lado del Barça, hasta ese parcial de 16-8 final que acabó siendo la firma de su condena.

«Fue un partido en el que tuvimos la sensación de que estuvo en nuestras manos y se nos escapó en los instantes finales», admitió el técnico del Barça, Xavi Pascual. «Hubo muchos nervios en los dos y en los instantes finales decidieron la derrota dos acciones fáciles en las que no logramos anotar».

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