En el Remei
Agotamiento vecinal en el barrio de Badalona donde Albiol se encaró con una ocupa: "Fue la gota que colmó el vaso"
Lastrados por viejos problemas como la vulnerabilidad social, la inseguridad o la contaminación, la asociación de vecinos del Remei reclama soluciones y más inversión
La okupa de Badalona cede ante la presión de Albiol y los vecinos tras renunciar a seguir pidiendo 3.000 euros

La vecina okupa de Badalona sale del inmueble ante la mirada de Albiol. / JORDI RIBALAYGUE


Gerardo Santos
Gerardo SantosPeriodista de información local. Durante diez años trabajé como redactor freelance para diversas publicaciones y para medios como los diarios Línia, centrado en el Barcelonès Nord.
El barrio del Remei de Badalona, uno de los más pequeños y más humildes de la ciudad, ha recibido durante el fin de semana un nivel de atención mediática poco habitual, debido a la ocupación de un inmueble en la calle de Guifré. Numerosos vecinos, arropados por el alcalde, Xavier Garcia Albiol, y por otros concejales del gobierno municipal se turnaron para hacer guardias en la puerta del edificio durante las 36 horas que se alargó la situación y exigir a la ocupante su partida, que finalmente se produjo el domingo al mediodía. El mismo alcalde se encaró con Olga, la persona que se atrincheró en la vivienda, y difundió por redes sociales su actuación, lo que atrajo aún más miradas al barrio, en el extremo sur de la ciudad.
"Los vecinos están muy enfadados", advierte la presidenta de la Asociación de Vecinos del Remei, Silvia Jordán. La representante vecinal recuerda que en el barrio ya estaban preocupados desde hace días, cuando vieron a dos personas merodeando por la zona y fijándose en el inmueble, que de hecho sufrió otra intentona de ocupación el pasado martes.
La preocupación de los vecinos por esa finca en particular responde a que el edificio estuvo ya ocupado durante ocho años: "Cuando se fueron, respiramos", recuerda Jordán. Este sábado, cuando sobre las 3 de la madrugada, los vecinos detectaron a dos personas escalando por la fachada y entrando al inmueble por el balcón, avisaron rápidamente a la Guardia Urbana de Badalona: "Los móviles de todo el barrio sonaron de repente", explica la presidenta de la asociación de vecinos. "Nada más entrar al piso, la ocupa empezó a amenazar de muerte a los vecinos que la increpaban, y estamos hablando de personas que tienen cerca de 80 años", se lamenta Jordán. "No se puede estar a favor y no se puede permitir que alguien ocupe una vivienda amenazando a los vecinos".
Un barrio "enfadado"
De hecho, en la misma finca hay dos pisos que están ocupados, según ha explicado la propia asociación vecinal en redes sociales, "aunque no molestan a nadie". Con una renta anual media por persona situada alrededor de los 10.000 euros, los problemas que aquejan al barrio del Remei cubren un amplio abanico de temáticas. Para empezar, la contaminación ambiental (investigada por el juzgado número 3 de Badalona) que la misma asociación de vecinos denuncia desde hace años, y que se plasma en el día a día de los residentes, por ejemplo, con problemas de malos olores y polución en las calles y las casas, en forma de un polvo negro que dificulta la respiración, sobre todo, de niños, ancianos y personas con problemas pulmonares.
Ahonda en la situación de los habitantes del Remei la presencia en las inmediaciones del antiguo instituto B-9, ocupado desde hace más de un año por unos dos centenares de personas, y que la asociación de vecinos describe como un foco de inseguridad. A finales de 2024, una multitudinaria pelea protagonizada por algunos de los que malviven en el B-9 acabó con un herido de arma blanca en las calles del barrio. "La zona se ha vuelto prácticamente intransitable por la inseguridad, la suciedad o los coches que queman —se lamentaba en aquel momento Silvia Jordán—. Pero lo peor es que se está normalizando la situación". Pese a que el gobierno Albiol ha intentado su desocupación en diversas ocasiones, la justicia lo ha impedido al no existir para los ocupantes alternativa habitacional una vez sean desalojados del recinto.
La situación en el Remei es fácilmente homologable a la del resto de barrios del sur de Badalona, zona que Jordán asegura se está convirtiendo "en un gueto". Un ejemplo de ello es el reciente tiroteo ocurrido en el limítrofe barrio de Sant Roc. Las acciones de las diferentes administraciones tendentes a la mejora de las condiciones sociales en la zona vivieron hace un mes y medio un nuevo revés con el entierro definitivo del Consorci Badalona Sud, ente formado por el Ayuntamiento de Badalona y la Generalitat en 2006 para impulsar la zona, pero que nunca llegó a dar frutos palpables.

Así, para la presidenta de la asociación de vecinos del barrio, el hecho que la ocupa entrase de madrugada, escalando la fachada, y amenazando con agredir físicamente a los vecinos "fue la gota que colmó el vaso" en "un barrio que está enfadado". "No se invierte en el Remei, se nos caen las casas, no sabemos qué respiramos, estamos muy cansados y no se puede parar a un barrio que está muy enfadado", advierte Jordán.
El Ayuntamiento de Badalona declara a este medio que no dispone del número de ocupaciones y desocupaciones ocurridas en el Remei. Aseguran conocer las que los vecinos comunican a la concejalía de Políticas Contra la Ocupación Ilegal, pero señalan que hay muchas que no se comunican. Pese a no facilitar la cifra concreta, fuentes municipales afirman que las ocupaciones en el barrio "vienen de lejos".
Presión vecinal
Fuentes de la Guardia Urbana de Badalona explican a EL PERIÓDICO que su trabajo durante la ocupación y consiguiente escrache vecinal consistió en un primer momento en activar el protocolo ante ocupaciones (aprobado ahora hace un año por el gobierno municipal) y, una vez los vecinos decidieron montar guardias a las puertas del inmueble, asegurar el orden público, "proteger" a las personas presentes "para que no se produjeran disturbios" y asegurar que "no se cometiese ninguna ilegalidad".
El Sindicat d'Habitatge de la Verneda Besòs, entidad a la cual pertenece la atrincherada, aseguró en sus redes sociales que los vecinos habían derribado la puerta del piso y que se habían servido de gas pimienta para agredir a la ocupante. Preguntadas acerca de ello, las fuentes policiales consultadas aseguran "desconocer" ese extremo, y declaran que más allá de las "diligencias propias de una ocupación" no se tuvo que intervenir en ningún momento por motivo de agresiones.
Tanto el alcalde Albiol como la asociación de vecinos del barrio niegan que las personas concentradas en el inmueble echasen abajo la puerta del piso o que se le agrediese a los ocupantes: "Se están escuchando muchas barbaridades que no son ciertas", se lamenta Jordán. También niega cualquier agresión más allá de la presión del escrache, e insiste en que la tarea de la asociación de vecinos fue la de "mediar" para conseguir una solución a la crisis. Confirma también las explicaciones del gobierno municipal de que a la ocupante se le ofreció en todo momento "asistencia social, comida, agua y aseo".
Más allá, la prioridad de la asociación vecinal es la de mantener la calma: "Es peligroso que esta manera de hacer presión se convierta en algo habitual", advierte Jordán, consciente de que las posturas en el Remei "se están radicalizando" en un contexto en que "fallan todos los gobiernos y nadie saca la cabeza realmente por el barrio". Las 36 horas que duró la situación acabaron con la imagen de decenas de vecinos aplaudiendo la participación de Albiol en los hechos, mientras la ocupante se marchaba del lugar. "Entre los vecinos, ven que Albiol es el único que ha venido hasta aquí a ayudarles, se sienten amparados por él", describe Jordán.
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