Tragedia en la calle del Canigó
Un año del derrumbe mortal en Badalona: 37 familias siguen fuera de sus casas a la espera de las rehabilitaciones
Nueve familias viven en pisos ofrecidos por el Ayuntamiento y el resto encontró alternativas por su cuenta
Unas 440 buscan financiación para afrontar el pago de las necesarias obras de reforma
La rehabilitación del edificio derrumbado y del adyacente de la calle Canigó de Badalona costará 730.000 euros
El Ayuntamiento de Badalona pagará parte de la rehabilitación de los pisos afectados por el derrumbe mortal

Aspecto de la fachada de los dos edificios que continúan desalojados un año después del derrumbe mortal en Badalona / JORDI OTIX


Gerardo Santos
Gerardo SantosPeriodista de información local. Durante diez años trabajé como redactor freelance para diversas publicaciones y para medios como los diarios Línia, centrado en el Barcelonès Nord.
A las puertas del primer aniversario del derrumbe parcial del número 9 de la calle Canigó de Badalona, en el que fallecieron tres personas, 37 familias siguen fuera de sus casas y cerca de 300 conviven con puntales en sus viviendas desde hace meses. No pueden entrar a sus domicilios los supervivientes del número 9, ni los del adyacente número 7, ni tampoco el vecino residente en los bajos del número 5, aunque el Ayuntamiento ha brindado pisos a nueve de las 37 familias desalojadas. El resto ha encontrado otras alternativas.
En las semanas siguientes a la tragedia, otros 20 inmuebles más (unas 400 familias, pues cada bloque consta de una veintena de viviendas) fueron desalojados, y posteriormente apuntalados en lo que se ha venido a denominar la 'illa Canigó' (ocho fincas de la calle Canigó, 11 de la calle Ausiàs March, y tres más en la calle Llefià). Un año después de aquel fatídico 6 de febrero, restan apuntalados una quincena de edificios, lo que corresponde a unas 285 familias.
Todos ellos, las cerca de 440 familias afectadas, están obligadas a acometer obras de rehabilitación en sus edificios para volver a vivir en ellos ―como es el caso del bloque derrumbado (el 9) y el adyacente (el 7)―, o para poder seguir en sus casas y deshacerse de los puntales. Así lo ha recordado el teniente de alcaldía de Badalona, Daniel Gracia, durante una atención a los medios de comunicación este martes por la mañana en el marco del primer aniversario del derrumbe. Hasta el momento, el Ayuntamiento ha entregado 16 proyectos de obra a las fincas afectadas. Quedan pendientes los de los números 109 y 111 de la calle Llefià, que tienen una estructura diferente al resto.
Los vecinos del edificio derruido saben desde julio que tendrán que desembolsar 390.000 euros en las obras, mientras que los del número 7 han de gastar 340.000. Este martes, el edil Gracia ha asegurado que cada familia afectada deberá aportar unos 25.000 euros de media para acometer la rehabilitación. En estos meses, sin embargo, los vecinos no han podido encontrar financiación, y reclaman ayuda al consistorio: "Por poco más de lo que cuesta la rehabilitación, te puedes comprar la entrada de un piso", exclama David Enri, propietario del 4º 4ª del número 7. "Ha pasado un año, la situación sigue encallada y nosotros queremos empezar las obras, pero no podemos", se lamenta.
Eran los suegros de este vecino los que residían en el piso afectado, de manera que tuvieron que mudarse a unos 200 kilómetros de distancia cuando el edificio fue desalojado. En este año, su salud ha empeorado y ya no pueden vivir solos y lejos de la familia, que sigue residiendo en el barrio del Raval de Badalona. Actualmente, pasa quince días en casa de David y otros quince en casa de otro familiar.
Enri asegura que no pide que le paguen las obras, sino un crédito que ayude a disponer de la liquidez necesaria para contratar los trabajos. Es la línea en la que trabaja el Ayuntamiento, junto a la Generalitat: "Hemos pedido que se habilite una línea de créditos blandos a través del Institut Català de Finances de la Generalitat de Catalunya", ha asegurado Gracia, quien ha detallado que los contactos con la actual 'conselleria' socialista de Territori son más fluidos que con el ejecutivo anterior.

David Enri, vecino afectado del número 7 de la calle Canigó de Badalona, adyacente al que se derrumbó en febrero de 2024 / JORDI OTIX
Gracia considera que una vez se entreguen los dos últimos proyectos de obra, el consistorio habrá "cumplido el compromiso adquirido con la ciudadanía en esta crisis", a la espera, eso sí, de que la mediación con la Generalitat para la consecución de los créditos blandos dé frutos. Así, Gracia ha insistido en que el gobierno municipal ha desembolsado cerca de un millón de euros desde que el inicio de la crisis, un monto que engloba las primeras inspecciones, el apuntalamiento, la redacción de los proyectos, el asesoramiento jurídico inmediato tras el derrumbe, los albergues para los primeros días, la compra del material necesario y la asistencia jurídica.
Tampoco se ha desencallado el proceso judicial que deberá dirimir las causas del accidente. La investigación sigue en marcha en el juzgado de instrucción 1 de Badalona. Gracia ha explicado que el Ayuntamiento ha colaborado en todo momento y que custodia en las dependencias de la Guardia Urbana restos del derrumbe, que solo serán destruidos cuando la juez de instrucción así lo determine: "Tomaremos decisiones cuando el juzgado dictamine si hay o no responsables", ha respondido Gracia a si el Ayuntamiento se plantea personarse como acusación particular.
En todo caso, las obras, asegura Gracia, se han de acometer de la manera más inmediata posible. El mal estado de los edificios hace que el reloj juegue en contra, será la salud de los puntales y de los forjados la que determine el tiempo máximo en que se puede mantener la situación. El edil ha informado de que la concejalía de Urbanismo se reúne cada quince días para hacer seguimiento de la situación. Así, si los vecinos no pudiesen afrontar las obras de reforma (tanto en los inmuebles que siguen apuntalados como en los que están desalojados), la situación se podría complicar aún más. Preguntado sobre si sería posible un escenario en que el gobierno municipal tenga que acabar precintando los pisos afectados, Gracia ha respondido que "prefiere no avanzar todavía a esa pantalla", aunque no descarta tal resolución.
Más aún, a la pregunta de si el bloque derrumbado podría no tener salvación y acabar en el suelo, el edil tampoco ha querido cerrar ningún escenario, aunque ha insistido en que "desde el primer día el mensaje que el ayuntamiento trasladó a los técnicos municipales era 'salvar el número 9, y el 7'. "Con esa premisa hemos trabajado, pero claro, si se van alargando los plazos y el edificio se va degradando con el transcurso de los años, el escenario cambiará", ha advertido.
Mientras, el recuerdo de los vecinos de los de los dos bloques que siguen fuera de sus casas, como David Enri, sigue fijado en la mañana del 6 de febrero de 2024: "Es surrealista como de la noche al día nos cambió la vida, a veces pienso que esto no está pasando ―se lamenta―, maldita la hora en que me compré el piso en 2005". Enri explica que aún le quedan 10 años por pagar de hipoteca.
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