A 15 euros cada kilo

Júbilo y chascos en una tienda efímera que vende 'cajas sorpresa' de Amazon a peso en Badalona

La empresa francesa Secret Colis ofrece lotes de productos que se compran sin saber qué hay en su interior

Comprar regalos a ciegas: llega a Barcelona la tienda efímera de paquetes perdidos de Amazon

Nicolás, cliente de la tienda efímera de 'cajas sorpresa', con la dependienta, Marilin Edelza

Nicolás, cliente de la tienda efímera de 'cajas sorpresa', con la dependienta, Marilin Edelza / ZOWY VOETEN

Gerardo Santos

Gerardo Santos

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Entrar a la tienda que la empresa francesa Secret Colis ha instalado durante esta semana en el centro comercial Montigalà de Badalona es como entrar en una casa donde se está haciendo una mudanza. Infinidad de cajas de distintos tamaños y pesos se agolpan en un habitáculo sin decoración. Apenas un gran espejo empotrado que aporta cierta sensación de amplitud entre pilas y pilas de paquetes. Todos ellos están a la venta hasta este sábado y nadie, ni siquiera la dependienta del efímero establecimiento, saben qué hay dentro.

Según explican los responsables de la tienda, las 'cajas sorpresa' llegan cerradas, directamente desde los almacenes de Amazon. Ahora bien, a diferencia de otras experiencias similares que también ha acogido este centro comercial, en este caso no se trata de paquetes perdidos, olvidados o devoluciones; sino que es la propia Amazon la que llena las cajas, las vuelve a embalar y las vende por palés a Secret Colis, aseguran. Así, ninguno de los paquetes está sellado con información alguna sobre el que pudo ser su destinatario, pero en absolutamente todos viene estampado el logotipo de la empresa de paquetería.

Aun siendo día laborable (este jueves por la mañana, cuando acudió este diario), potenciales clientes se han desplazado al establecimiento desde que ha abierto sus puertas, a las 10h de la mañana. En menos de una hora, una decena larga de personas se han interesado y la mayoría ha acabado comprando alguna 'caja sorpresa'. Abrieron este lunes y para el martes se quedaron casi sin existencias, de manera que tuvieron que pedir más palés a Amazon. Los responsables de la tienda calculan que, aproximadamente, han atendido a unas 500 personas en tres días. El sábado la cifra acumulada de clientes puede haberse doblado con creces.

Infinidad de cajas se apilan en esta tienda efímera de paquetes sorpresa que se venden a peso, en el centro comercial Montigalà de Badalona

Infinidad de cajas se apilan en esta tienda efímera de paquetes sorpresa que se venden a peso, en el centro comercial Montigalà de Badalona / ZOWY VOETEN

Todos entran formulando la misma pregunta: "¿Cómo funciona esto?". Marilin Edelza, la dependienta, responde solícita a la gran duda: "Los 100 gramos van a 1,5 euros, así que un kilo son 15 euros". Una vez comprendida la filosofía de la propuesta, los clientes se cuestionan si hay más probabilidad de conseguir buenos productos en una caja pequeña, o en una grande. Sin embargo, para esta pregunta no hay una respuesta que asegure el éxito: "Lo que cuenta, como en cualquier aspecto de la vida, es el sonido, el tacto, la experiencia, el movimiento", les contesta expresivamente Edelza, que se mueve como pez en el agua en las artes de vender.

Una de las primeras clientas del día que se hace con un paquete, Sara, es asidua. Trabaja en el mismo centro comercial, y ya tiene en su haber el contenido de dos cajas pequeñas y otra grande que se llevó días atrás. Cuando abrió los paquetes encontró prendas de ropa, fundas para dispositivos electrónicos, repelente de abejas, un pack de utensilios de cocina y un peine con plancha para el pelo. Como el resultado le convenció, Sara ha decidido volver para hacerse con el premio gordo. Escoge una caja pesada, cuyo precio sobrepasa los sesenta euros. El contenido, una cantidad ingente de vasos de plástico.

Sara, poco antes de descubrir el contenido de la caja sopresa que acababa de comprar

Sara, poco antes de descubrir el contenido de la caja sopresa que acababa de comprar / ZOWY VOETEN

La afluencia de público dentro de la tienda crea un efecto llamada y cada vez son más los que se deciden a entrar. Algunos se han acercado porque les ha llamado la atención el aspecto del establecimiento, rebosante de paquetes. Otros dicen haber visto la convocatoria en redes sociales, como Brian, que se ha llevado su paquete sorpresa para abrirlo en casa: "Me mueve el misterio y la emoción, pero ya veremos, quizá se me quita la sonrisa si lo que hay no me gusta".

Algunos, como Nicolás, ya se quedaron con las ganas en diciembre, cuando otra empresa montó un mercado de paquetes extraviados de Amazon. La proximidad con la Navidad hizo que muchos probasen suerte, esperando resolver el problema de los regalos navideños de un plumazo: "La cola llegaba hasta la puerta del centro comercial, así que preferí esperar a que lo volviesen a poner", asegura Nicolás, antes de perderse por las escaleras mecánicas escrutando el embalaje de su misteriosa compra.

Consuelo, extrayendo el paquete que contenía unas zapatillas, uno de los productos que incluía su 'caja sorpresa'

Consuelo, extrayendo el paquete que contenía unas zapatillas, uno de los productos que incluía su 'caja sorpresa' / ZOWY VOETEN

La siguiente persona que ha querido probar fortuna es Consuelo: "Soy muy de caprichos, así que he visto la caja y me he dicho 'adelante'". Además, como asegura que le gustan las sorpresas, también se ha decidido por abrir el paquete in situ. Se lleva para casa unas zapatillas, un par de artículos de joyería y un pack de cuadernos para anotar, del estilo de los que usaban los camareros hasta que llegaron las tabletas y las 'pda'. El resultado no le convence demasiado, aunque tampoco queda del todo descontenta.

También los hay que intentan hacerse con los productos más codiciados mediante malas artes. Es el caso de un potencial cliente que, tras entender el funcionamiento de la transacción, le ha propuesto a la dependienta darle dinero a cambio de que ella le diga en qué cajas hay teléfonos móviles. Marlilin, claro, ha rechazado el soborno, aduciendo que ni siquiera ella lo sabe.

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