Tras cerrar su fábrica en la calle Miquel Servet

Unos 600.000 euros, la deuda de las viejas patatas Corominas de Badalona con sus acreedores

El adeudo aflora en el contexto del concurso de acreedores en el que se halla inmersa la empresa por su insolvencia

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EL PERIÓDICO

Manuel Arenas

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Más de medio millón de euros (595.508,96 euros, concretamente) es la cantidad que debe actualmente a sus acreedores la empresa Patates Fregides Corominas SL, sociedad que gestionaba las viejas patatas Corominas de Badalona. El adeudo de unos 600.000 euros aflora en el contexto del concurso de acreedores en el que se halla inmersa la mercantil, a cuya exhaustiva documentación ha tenido acceso EL PERIÓDICO.

A la insolvencia de la estructura societaria liderada por Joan Corominas y Josep Garcia se añade, como también avanzó este diario, la indemnización de 200.000 euros a cuatro extrabajadores a raíz de que los tribunales dieran la razón a los exempleados. También el cierre de la emblemática fábrica situada en la calle Miquel Servet de la tercera ciudad más poblada de Catalunya.

Los citados 595.508,96 euros corresponden a la suma de las partidas denominadas 'crédito ordinario' (381.292,90 euros) y 'crédito subordinado' (214.216,06 euros). El primero, confirman fuentes jurídicas conocedoras del caso, hace referencia al montante que la sociedad debe principalmente a sus acreedores. El subordinado, en cambio, es ese que depende del ordinario: los intereses, los recargos de demora o las eventuales costas judiciales, por ejemplo. Para contextualizar la deuda de medio millón, cabe tener en cuenta que, en un año ordinario, la mercantil facturaba un millón de euros, tal y como ocurrió en 2022 y 2023, según certifica la documentación concursal.

Entre las deudas más cuantiosas con acreedores de las viejas Corominas predominan las retribuciones o los préstamos de los propios socios. Por ejemplo, la empresa debe 79.784,44 euros de un préstamo al socio Joan Corominas y otros 61.744,27 euros de sueldo al otro socio, Josep Garcia.

Constan, asimismo, deudas con empresas proveedoras de las viejas Corominas. A Mateo SA, por ejemplo, una empresa de aceites, las viejas Corominas le deben 47.194,78 euros. A Suministros Fast Barnaservice SLU, otros 54.460,48 euros. Y a Endesa Energia SA, 45.288,97 euros, por citar algunos de los casos más cuantiosos. Este diario ha intentado contactar sin éxito con los administradores de Patates Fregides Corominas SL para recabar su versión sobre las deudas con acreedores.

Corominas VS Corominas: claves de la pugna judicial

Más allá del actual concurso de acreedores de la mercantil Patates Fregides Corominas SL, el rumbo del emblemático aperitivo badalonés cambió en julio del pasado 2023, cuando a raíz de una sentencia judicial la marca cambió de color y de ubicación. Esta pugna se remonta a abril del 2021, cuando la facción familiar que representa Anaïs Duran Corominas, heredera —y cuarta generación de la familia— de la titularidad de la marca original registrada el año 1968, llevó a los tribunales a la otra parte en que la familia está dividida, la que representan Joan Corominas y Josep Garcia, al entender que una nueva marca Corominas que estos habían registrado en el 2017 perjudicaba a sus derechos como titulares de la marca original.

En primera instancia les dio la razón el Juzgado de lo Mercantil número 8 de Barcelona el 1 de abril del 2022, que en una sentencia a la que ha tuvo acceso este diario recriminó a los Corominas que habían registrado la nueva marca hacerlo con "mala fe". El juez llegó a esta conclusión aduciendo que el registro de la segunda marca Corominas se produjo "sin conocimiento ni consentimiento" de la titular de la misma —la madre de Anaïs Duran Corominas— y "con claro abuso de confianza", con el objetivo de lograr "previsibles beneficios" para la sociedad Patates Fregides Corominas SL.

Dichos "previsibles beneficios" los dedujo el juez especialmente de la vía de venta telemática, muy relevante por el prestigio de las patatas artesanales en todo el territorio estatal. Esta cuestión fue clave en el juicio porque, mientras los Corominas que registraron la segunda marca defendieron haberlo hecho para proteger la tienda 'online' y el dominio 'www.patatescorominas.com', el juez justificó la nulidad absoluta de la misma en que su validez hubiera supuesto la "exclusión" de los titulares de la marca original de un canal como la venta 'online', "notoriamente en auge y en constante crecimiento [económico]".

Y fue el 28 de julio del 2023 cuando la Audiencia Provincial de Barcelona ratificó en sentencia firme —no recurrida— la resolución de primera instancia tras la apelación de los Corominas que perdieron el primer pleito. En ella, el juez reafirma la "mala fe" tras el registro de la segunda marca Corominas al entender que la misma "dificulta y perjudica la explotación de la marca anterior por sus legítimos propietarios", a quienes protege criticando que la facción familiar apelante "era consciente" de que la nueva marca "era incompatible" con la primera y que, en todo caso, debió registrarse "a nombre de la titular denominativa [la madre de Anaïs Duran Corominas] o, como mínimo, con su autorización".

Además, el juez consideró asimismo relevante que, pese a usar la marca desde los años 90 sin oposición de los propietarios de la misma, quienes gestionan la empresa Patates Fregides Corominas SL lo hacían en condición de licenciatarios y no de propietarios. Este hecho lleva al juez a apreciar que los propios apelantes eran conscientes de su condición de no propietarios, ya que da por probado que habían llegado a ofrecerse, tras intentar adquirir la marca sin éxito, a "cesar en el uso y no transmitirla o cederla a un tercero".

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