Badalona, 'territorio Albiol': por qué este 28M convenció a toda la ciudad

La conquista del centro de Badalona

Albiol consiguió, por primera vez, conquistar los barrios bienestantes, tradicionalmente nacionalistas, acabando así con la hegemonía de los partidos independentistas en feudos como los barrios del Centre, Casagemes o Dalt de la Vila.

En porcentaje, el PP de Albiol ha pasado del 14% de los votos en 2019 en Casagemes al 32%. En Coll i Pujol, del 18% al 39%. En Dalt de la Vila, del 17% al 33%. Y en el barrio del Centre, del 13% al 33%. En todos estos barrios, la victoria en 2019 fue para la coalición 'La Badalona Valenta', formada por ERC y Guanyem. En las elecciones del pasado domingo, las candidaturas (esta vez se presentaron por separado) de ERC y Guanyem, lideradas por Àlex Montornès y Dolors Sabater respectivamente, se dejaron casi un 35% de los votos de media en esos tres barrios, mientras que Albiol aumentó un 18% en votos en la misma zona.

La conquista del centro no se entiende sin tener en cuenta el desencanto político de los sectores más independentistas (en estos barrios es donde más ha bajado la participación respecto a 2019). Además, aun habiendo rebajado el tono en campaña en temas referidos a la inseguridad, Albiol ha tocado una tecla movilizadora en el corazón de la ciudad, insistiendo en que "ya no hay ningún barrio en Badalona a salvo de la ocupación ilegal".

Histórico dominio en la periferia

Albiol contaba con que, si rompía la hegemonía catalanista en los barrios del centro de la ciudad, conseguiría la mayoría absoluta. Sin embargo, su victoria fue tan arrolladora en los barrios periféricos, populares y densamente poblados (70,13% en Pomar y 67% en Sant Joan de Llefià, por ejemplo), que en realidad no le hacía falta crecer ni un solo voto en el centro para alcanzar la mayoría absoluta. Si Albiol hubiese repetido en los comicios de este domingo los resultados de 2019 en las ocho demarcaciones electorales donde entonces no ganó (contando, eso sí, la crecida en votos cosechada el pasado domingo en el resto de la ciudad), habría conseguido un 53,42% de los votos en toda la ciudad y 16 concejales, manteniendo así la mayoría absoluta.

En los barrios más humildes, con las rentas más bajas de la ciudad (Sant Roc, La Pau, Artigues o La Salut), Albiol no ha dejado nunca de hacer campaña. Es aquí donde más se notan los 32 años que lleva pateando la ciudad, poniendo siempre el foco en complejos problemas sociales -como las ocupaciones- y erigiéndose en sencilla solución a los mismos.

El experto en comunicación política Miquel Urmeneta lo describe como un comportamiento "presidencialista". "Tengo la impresión de que Albiol ha estado comunicándose como si fuese el alcalde, cuando no lo era. Otros candidatos no harían nunca vídeos como los que él ha hecho, encarándose a ocupas", sostiene Urmeneta.

Del 'limpiando Badalona' al 'Badalonisme'

Ante la falta de conexión nacionalista con los barrios del centro, el artefacto político del<strong> lema 'Badalonisme'</strong> ha servido como reclamo localista (una suerte de nacionalismo amable, de baja intensidad). Además, el diseño del cartel electoral (incluyendo los colores de todas las formaciones políticas del consistorio badalonés salvo Guanyem), ha facilitado la transmisión clara del mensaje, muy repetido durante la campaña, de querer "borrar las fronteras ideológicas". "Ni de derechas ni de izquierdas", esgrimió apelando a la transversalidad Albiol en la presentación de su lema electoral, que ha insistido mucho en "no querer cambiar a nadie su ideología".

En opinión de Miquel Urmeneta, "la imagen y el liderazgo de la marca Albiol es indiscutible. El personalismo del candidato ha tenido mucho peso en una campaña muy coherente". Ninguno de los rivales políticos del próximo alcalde goza de un carisma siquiera similar al de Xavier García Albiol. El popular ha conseguido instalar la idea de que él representa a Badalona, análogamente a como hizo Jordi Pujol en su día con Catalunya y su propia figura.

Con Albiol es difícil el término medio: genera admiración y odio a partes iguales. Esa falta de grises ha sabido usarla hábilmente, instalando el mensaje de que el gobierno cuatripartito era un gobierno “contra Albiol, y no un gobierno para Badalona”.

Todo ello ha calado con éxito en un electorado que ya no tiene en cuenta el lema con que se presentó a las municipales de 2011, aquel "Limpiando Badalona". Preguntado recientemente en la televisión pública de la ciudad al respecto de aquella campaña, Albiol ofreció como respuesta una clave importante: "Si yo hablase ahora igual que hablaba hace diez años, eso querría decir que no me entero de cómo van las cosas".

La garantía de estabilidad

Albiol se ha conseguido erigir en el único político de la ciudad que puede solucionar la falta de estabilidad del consistorio, que ha conocido a cuatro alcaldes desde 2015, cosa que ha provocado que muchos temas de ciudad se hayan tirado hacia adelante. Ha sido hábil acusando al gobierno cuatripartito surgido en 2021 de la moción de censura, el "pacto de perdedores", como primer causante de inestabilidad.

Además, la situación de los servicios de la ciudad es, en muchos casos, manifiestamente mejorable. El gobierno saliente de coalición no ha logrado solventar los problemas de carácter local que indignan a los badaloneses (mantenimiento precario de instalaciones públicas, servicios municipales inoperantes o una biblioteca cerrada más de 1.000 días, por ejemplo). Sin embargo, Albiol lleva 18 meses criticando esta situación y postulándose, con éxito, como única solución al problema.

Durante la campaña, el candidato del PP ha ejercido como "pre-alcalde", un apelativo que muchos vecinos le dedicaban. Por su parte, los partidos en el Gobierno municipal han parecido una suerte de oposición prematura. El 'todos contra Albiol' ha desdibujado las alternativas políticas en liza.

El politólogo Ricard Vilaregut, que formó parte del equipo de gobierno de Dolors Sabater en 2015, sostiene que los partidos en el Gobierno municipal saliente "lo han hecho fatal". "Han querido mantener su trozo de pastel, repartiendo concejales, con lógicas de partido pequeño, casi siempre acomplejados ante la figura de Albiol", asume Vilaregut.

Un candidato icónicamente 'pop'

Una vez más, Albiol también ha dominado el terreno de las redes sociales, el cual controla a la perfección, no solo durante la campaña sino desde hace meses. Ha sabido adaptarse a los formatos de cada una de ellas y, lejos de usarlas solo para temas puramente políticos, ha sabido generar contenido adecuado para cada plataforma, lo que ha posicionado muy bien sus publicaciones prácticamente como 'icono pop' entre buena parte del electorado.

"Ha sabido escenificar correctamente su presencia en TikTok, lo que le ha permitido colarse en un segmento de población siempre difícil, los más jóvenes, alejados de los medios de comunicación tradicionales", explica MiquelUrmeneta, que durante esta campaña electoral ha analizado el uso de redes sociales de varios candidatos en el área de Barcelona. "A la vez, ha transmitido con éxito el mensaje de estar siempre al pie del cañón, con ímpetu para solucionar los problemas de la ciudad", finaliza Urmeneta.

No en vano, durante la campaña se viralizaron algunos de los vídeos que Albiol ha publicado. Por un lado, aquellos en que jóvenes badaloneses explicaban que el 28M sería la primera vez que podían votar, y que lo harían precisamente por él. Otra serie de vídeos que tuvo repercusión ha sido la de ciudadanos que se declaraban independentistas, pero que aseguraban que votarían por Albiol (con mención especial al vídeo de la señora con la estelada en el balcón, que a puro grito anunciaba su voto por el candidato popular). Por último, el vídeo en que la viuda y la hija del exalcalde socialista Joan Blanch (quien obtuvo, por cierto, la hasta la fecha primera mayoría absoluta de la historia democrática de la ciudad en 1991) mostraban su apoyo electoral para Albiol. Jóvenes, 'indepes' y socialistas, todos con Albiol.