DOS NUEVAS ESTACIONES DE METRO

La L-1 más allá de Fondo

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Manuel Arenas

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Una de las particularidades del barrio de Fondo, en Santa Coloma de Gramenet, es que tiene calles en las que nunca terminas de saber dónde acaba Santa Coloma y dónde empieza Badalona, lo cual no deja de ser una metáfora fabulosa de cuánto se parecen estas dos vértebras fundamentales de la Gran Barcelona. Históricamente, la estación de metro de Fondo -inaugurada en 1992-, final de la Línea 1 (L-1), ha servido de referencia para delimitar los confines entre ambas poblaciones, no solo territorialmente sino también en términos de transporte público: desde allí hacia Santa Coloma hay metro; hacia Badalona, solo bus.

Esa diferencia desaparecerá en caso de prosperar el proyecto de ampliación de la L-1, cuya redacción ha sido encargada formalmente por el Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat, desde Fondo hasta dos barrios de Badalona: Montigalà y Sant Crist, colindantes con el cuarto barrio -también badalonés- que se beneficiaría directamente del servicio: Lloreda

"Los barrios de Sant Crist y Montigalà son zonas de Badalona con una conexión de transporte público insuficiente, por lo que las nuevas estaciones podrían dar servicio a cerca de 30.000 personas", explica el alcalde de Badalona, Álex Pastor (PSC), que se muestra optimista sobre la futura ampliación: "Es una buena noticia para esos barrios y para toda Badalona".

Con ese mismo entusiasmo se expresa la alcaldesa de Santa Coloma, Núria Parlon (PSC), quien califica de "buena noticia" que se incremente el transporte público, "más cuando se trata de una línea de metro como la L-1". 

"No queremos ser vecinos de segunda"

Tanto Pastor como Parlon coinciden en destacar el carácter histórico de la reivindicación de la ampliación de la L-1 más allá de Fondo. "Hace ya años que se habla de la ampliación", dice Pastor; "hace muchos años que reivindicamos la conexión entre Santa Coloma y Badalona desde el barrio de Fondo", remarca Parlon. Las visiones de ambos políticos concurren con las de los vecinos de los barrios afectados por la futura ampliación.

Fidel Sánchez, presidente de la Asociación de Vecinos de Fondo desde finales de los 80, estuvo presente en la inauguración de la estación de metro de Fondo en el 92. "Ya por entonces se hablaba de alargar la línea hasta Badalona", rememora, "pero años más tarde vieron que había una parte de Barcelona sin metro y decidieron priorizar la L-9".

Con más contundencia habla al otro lado del teléfono Julio Molina, presidente de la Federació d'Associacions de Veïns de Badalona (FAVB), quien bromea con el color de la línea: "Nos preocupa que la Generalitat no esté dando prioridad a la L-1, no sabemos si porque es roja". Molina, que sí admite "contento" en las asociaciones vecinales porque "es un paso adelante", no olvida los otros proyectos de ampliación que se han quedado por el camino y el retraso en los plazos previstos: "Necesitamos más inversiones; no queremos ser vecinos de segunda".

Mejor transporte, mejor comercio

Caminando desde Fondo hasta Montigalà, barrio donde se ubicará una de las nuevas estaciones proyectadas, uno se encuentra con el Bar Restaurant Tia Rosy. Preguntada por cómo cree que afectaría el nuevo metro al barrio, su propietaria, Rosa Arriola, opina que "sería espectacular". Y lo dice "en beneficio del barrio, no de mi negocio", apunta, "pues creo que revitalizaría la zona comercial de Montigalà", donde hay un centro comercial y establecimientos de grandes marcas como Ikea o Nike adonde no llega el metro.

En consonancia con esta propietaria está Sergio Ortiz, presidente del mercado de Fondo. Ortiz considera que conectar el barrio con Badalona a través del metro sería "muy positivo; cuanta más gente tenga acceso a venir, mejor", especialmente en "momentos como éste, cuando el mercado está tan mal por la presencia de cada vez más supermercados y más competencia".

Por su parte, Antonio Salguero, vicesecretario de la Asociación de Vecinos de Lloreda -barrio ubicado en la intersección entre Montigalà y Sant Crist-, va más allá del comercio y hace referencia al factor medioambiental como beneficio ciudadano del futuro metro. "Sería una buena forma de pacificar el tráfico en esta zona de Badalona", concluye este vecino de Lloreda.

La esperanza de Can Ruti

Siscu Melgarejo, presidente de la Asociación de Vecinos de Sant Crist, argumenta que la Generalitat tiene una deuda con Badalona: "No puede ser que la cuarta ciudad de Catalunya tenga menos paradas de metro que otros grandes municipios como Santa Coloma o Sabadell", reflexión compartida por el primer edil del municipio, Álex Pastor: "Las relaciones con la Generalitat son buenas, aunque irregulares", comenta en referencia a otras demandas pendientes de la ciudad como el Centre d'Atenció Primària (CAP) de Gorg, por ejemplo.

Melgarejo, que asegura llevar sentado en el andén esperando que llegue el metro "unos 20 ó 25 años", remarca algo más en lo que están de acuerdo la gran mayoría de vecinos entrevistados para este reportaje: "No podemos quedarnos aquí, tenemos que conseguir que el metro acabe llegando al Hospital de Can Ruti".

Esta preocupación se ha puesto de manifiesto en el seno de la Taula de Mobilitat de Badalona, puesto que cada vez son más los usuarios que reclaman mejoras en la accesibilidad del transporte público al importante complejo sanitario, que al año ejecuta unas 30.000 altas hospitalarias, según datos del 2016. 

Tal y como ratifica Tomás Fernández, presidente de la Federació d'Associacions Veïnals de Santa Coloma de Gramenet (FAVGRAM), la lucha por que el metro llegue a Can Ruti es compartida entre los vecinos de Badalona y Santa Coloma, principales usuarios potenciales del centro. "La ampliación a Montigalà y Sant Crist es una noticia enorme para conectar Badalona y Santa Coloma sin necesidad de buses, pero para nosotros la gran esperanza es poder llevar un ramal de la la L-1 hasta Can Ruti; eso sería un triunfo y un avance tremendo para las ciudades".

A pesar de la ambiciosa reclamación, los vecinos son conscientes de las carencias presupuestarias de las que adolece la ampliación de la L-1 en la actualidad. "Ahora hay que ser realistas con esta primera ampliación, pero tenemos que picar piedra para que algún día el metro llegue a Can Ruti", agrega Tomás Fernández, a quien secunda Francisco López, presidente de la Asociación de Vecinos de Montigalà, que se muestra "escéptico" con la actual ampliación debido a los "muchos retrasos que hemos vivido ya".

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