A PUNTO DE NIEVE

Esquí sin límite en Zermatt

Matterhorn. La imagen de esta bella montaña acompaña al esquiador a lo largo y ancho del dominio esquiabe de Zermatt

Matterhorn. La imagen de esta bella montaña acompaña al esquiador a lo largo y ancho del dominio esquiabe de Zermatt

Sergi Mejías

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Los Alpes. La Meca del esquí en Europa. Más todavía si hablamos de Zermatt. La omnipresencia del Matterhorn (4.478 metros), un pueblo peatonal, 365 días al año de esquí y 360 kilómetros de pistas hacen de esta estación suiza uno de los destinos más preciados a la hora de pasar unos días en la nieve. Todo empezó en 1865 cuando el británico Edward Whymper holló por primera vez la cima del Matterhorn. Fue 33 años más tarde cuando entró en funcionamiento el icónico tren de Gornergrat y en 1928 se vivió la primera temporada de invierno.

Zermatt es un destino para todo el año pero es en invierno cuando vive su máximo esplendor. No son solo los 360 kilómetros de pistas esquiables con un mismo 'forfait' sino que cuenta con muchos más atractivos como la pista más larga de Europa con 25 kilómetros de descenso, el glaciar para esquiar todo el año, un panorama con más 30 montañas que superan los 3.000 metros de altura y un famoso 'après-ski' con una sugerente oferta gastronómica y vida nocturna con música en directo.

Cuatro áreas

El área esquiable, conocida como Matterhorn Ski Paradise, está dividida en cuatro zonas como son Rothorn (3.103 metros) a la que se accede con el metro alpino Sunnega, Stockhorn (3.532 metros), Gornergrat (3.089 metros) y su tren panorámico, y Klein Matterhorn (3.883 metros), la cota máxima donde también se encuentra el glaciar y el punto de acceso a la estación vecina de Cervinia (Italia) con la que forma el dominio Zermatt-Cervinia Valtournenche que brindan esos 360 kilómetros de pistas y 52 remontes. La joya de la corona es el Matterhorn glacier ride, un telecabina estrenado en septiembre de 2018 diseñado por el carrocero italiano Pininfarina (conocido por sus trabajos para Ferrari y Maserati) y con el interior de las cabinas decoradas con cristales de Swarovski.

Dispone de la pista más larga de Europa con 25 kilómetros de descenso

Apartado de zonas más concurridas como Klein Matterhorn, Zermatt esconde perlas como la pista Kumme en el área de Rothorn, muy apreciada por los esquiadores locales al igual que la zona de Findeln con muchos restaurante llenos de encanto como El Paradies, recomendado por la Guía Michelin. Disfrutar de las vistas de la subida a Gornergrat resulta imprescindible. El tren, que en 2018 cumplió su 120 aniversario, va ganando altura sin prisa pero sin pausa, siempre con el Matterhorn como telón de fondo. A su llegada, un restaurante de altura brinda la oportunidad de reponer fuerzas antes de empezar un descenso que parece no tener fin, ya sea hacia Gant para dirigirse a la zona de Rothorn o hacia Furi para desde allí ascender a Kleine Matterhorn.

Comer no es un problema en Zermatt. A lo largo del dominio esquiable toda una serie de refugios y restaurantes, a cual con más encanto, puede ser el mejor punto para disfrutar de un plato local como una 'fondue' o una 'raclette'. 

En la cota máxima de la estación se encuentra el glaciar Theodul donde se puede esquiar todo el año, de momento, y el Palacio de Hielo esculpido bajo el glaciar. Desde allí se puede pasar a Cervinia por el Plateau Rosa y esquiar en Italia. Aquí no puede faltar la foto sobre la misma línea pintada en el suelo que marca la frontera entre un país y el otro de manera que permite estar en Suiza y en Italia al mismo tiempo.

Actividades paralelas

Al finalizar la jornada de esquí, conforme se va bajando hacia el pueblo, el ambiente en los restaurantes va ganando intensidad con música en directo como reclamo para hacer un alto, o en el mismo pueblo locales como el Papperla Pub o el Harry’s Ski Bar.

Ya sin las botas de esquí, un paseo por el pueblo peatonal donde solo circulan bicis y pequeños vehículos eléctricos será la mejor manera de estirar las piernas, o visitar el Museo Matterhorn. Pista para trineos y 'curling' forman parte de la oferta de actividades paralelas al esquí, el rey del invierno en Zermatt. Porque en verano esta estación del Valais sigue en plena actividad con el senderismo y demás propuestas aunque esta es ya otra historia.

Datos de interés

Para llegar a Zermatt desde España se puede hacer el viaje por carretera o avión. Esta última es la opción más cómoda. Swiss dispone de vuelos diarios a Ginebra y Zúrich. Desde allí se sigue en tren dirección Visp donde se cambia de tren para tomar el tren cremallera hasta Zermatt. Para dormir, la oferta es de lo más completa con hoteles como el Ambassador.