ENTREVISTA

Enric Puig Punyet: «Los 'smartphones' no deberían usarse hasta los 18 años»

Vivir enganchados a internet causa problemas de los que no se habla, advierte este doctor en Filosofía. Algunos adolescentes empiezan a ver «guay» estar desconectados.

Enric Puig Punyet, la pasada semana, en Madrid. / JUAN MANUEL PRATS

Es posible vivir desconectados de internet sin quedarnos aislados del mundo? Enric Puig Punyet se hizo esta pregunta y la respuesta se la dieron los 10 testimonios que ha reunido en el libro 'La gran adicción' (Arpa). Todos residen y trabajan en grandes ciudades y mantienen intensas agendas sociales, pero se han borrado de la red y han tirado sus 'smartphones' ante los problemas que les causaba vivir permanentemente conectados. Según este doctor en Filosofía, esas amenazas se acrecientan en el caso de los menores.

En el debate de cuándo un niño debe tener móvil, ¿cuál es su postura? Coincido con los expertos que han estudiado las consecuencias negativas que acarrea el uso continuado de dispositivos digitales desde el punto de vista psicológico, neurológico y sociológico y que sostienen que no deberían usarse hasta los 18 años. Hay que tener la cabeza muy bien amueblada para manejar esos terminales, que no son tan inocuos como nos han querido vender.

¿Cuáles son esas consecuencias negativas? En el caso de los menores, la capacidad de aprendizaje se ve alterada por cómo interactúan con la información. En los 'smartphones' conectados a internet, la lectura se ofrece a través de hipervínculos que fraccionan la información. Esto es lo contrario de lo que propone un libro, donde la lectura es lineal y el lector profundiza en el mensaje que comunica el autor, desarrollando así su espíritu crítico. Esto tiene repercusiones cognitivas justo en el momento en que están aprendiendo. También hay consecuencias físicas de las que no se habla.

¿Como cuáles? ¿Sabía que el 90% de los menores de Corea del Sur, que es uno de los países más digitalizados del mundo, sufre hipermetropía? Pero pensemos también en la caligrafía. El tipo de letra que tiene cada persona condiciona su personalidad. Por eso existe la grafología. Si un chico solo teclea pantallas, perderá destreza en sus manos, y esto afectará a su psique. Igual que la dependencia del móvil afecta a su capacidad para aguantar momentos vacíos de aburrimiento, con lo importantes que son esos ratos en la vida de un adolescente, ya que ayudan a forjar su personalidad.

¿Esto no se controla en los colegios? Los centros educativos están obsesionados con las competencias digitales. Me preocupa, porque esas aptitudes humanas solo se aprenden en esas edades. El factor homogeneizador de las nuevas tecnologías se traduce en situaciones de pérdida de atención y memoria que a veces son irreversibles, y que se añaden a los problemas que ocasiona el uso adictivo de estos terminales.

¿Dónde acaba el uso y empieza el abuso? Si le digo que una persona lleva en su bolsillo un producto que consume compulsivamente 150 veces al día y que se pone ansioso si se lo deja olvidado en casa, pensará que le hablo de un adicto. Pero si le digo que ese producto es su 'smartphone', ya no lo verá tan claro. Esto es así porque ha triunfado el discurso que destaca únicamente los aspectos positivos de internet, pero no sus riesgos. En la red se impuso la lógica de Google, que potencia el uso adictivo de internet, ya que demanda que haya muchos clics y comentarios, cuantos más mejor. Cada día me recuerda más a lo que pasó con el tabaco.

¿A qué se refiere? Hace 40 años, en las películas salía gente fumando y nos parecía bien, porque no veíamos el cáncer de pulmón que ocasionan los cigarrillos. Hoy, si yo me fumo un paquete al día, sé que tiene consecuencias para mi salud, Ahora vemos a la gente consultando las redes sociales de manera compulsiva por la calle, pero no vemos los riesgos que tiene ese uso adictivo de internet. Vemos las fotos de Facebook, pero no los cuadros de depresión que provoca estar enganchado a esta red social. Es curioso que el inventor de Facebook fuera un chico con graves problemas de relaciones sociales que rayaban en el autismo. ¡Inventó una prótesis social! ¿Sabe qué ocurre cuando una persona sana usa una prótesis que no necesita? Que se le atrofia el órgano que esa prótesis trataba de suplir.

¿Qué propone? Que seamos conscientes de las consecuencias que tiene vivir permanentemente conectados. Igual que hicimos con el tabaco. Nos hemos dejado seducir por estas tecnologías sin reflexionar sobre los cambios que están provocando en nuestra vida y en nuestra forma de relacionarnos.

Dígaselo al adolescente que pide un móvil porque en su clase todos lo tienen. No crea, ya empieza a haber menores que renuncian voluntariamente al 'smartphone' porque estar conectados ha perdido el carácter subversivo que tenía antes. No quieren pertenecer a redes sociales donde de repente aparece tu abuela pidiéndote ser tu amiga. Estar desconectado empieza a verse como algo guay entre los chicos por lo que tiene de ir contra la norma. Ahora, lo subversivo es no tener móvil. Son los adolescentes los que han creado el término 'smombie' para definir al que va todo el día pegado a la pantalla del 'smartphone' como un zombie.

Más información

- ¡Alerta! Los peligros del móvil para los niños - Irene Castilla: "Mi hijo no quiere ser el pringado de la clase" - Guadalupe Romero: "Si no se hace mal uso, el móvil me parece una buena herramienta"