Herramienta fundamental

Los test de antígenos funcionan (aunque escasean)

La repetición en su uso resulta clave

Test de antígenos.

Test de antígenos. / Rober Solsona / FDV

Rafa López

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Se ha dicho de ellos que no son fiables, que no detectan asintomáticos y que dan una falsa sensación de seguridad; se ha tardado mucho en aprobar su venta sin receta, solo se dispensan en farmacias y son caros. Encima, escasean cuando más los necesitamos. Pero la utilidad de los test rápidos de antígenos está más que demostrada, sobre todo en épocas de alta incidencia, como la actual. Bien utilizados constituyen una magnífica herramienta para evitar contagios, más ahora con las reuniones navideñas.

Con los contagios de COVID-19 disparados y a las puertas de la Navidad, los autotest de antígenos son ahora más útiles que nunca, y bien utilizados constituyen, por su rapidez y facilidad de uso, una alternativa muy práctica a las PCR. Sin embargo, muchas personas creen que no son fiables, y quienes quieren usarlos ya no los encuentran en las farmacias. En este reportaje se explica cómo utilizar bien estas pruebas, que aumentan su eficacia con la repetición, y se incluyen matices relativos a la vacunación y a la variante ómicron.

¿Cómo funcionan?

En 15 minutos, y tras la introducción de un bastoncillo 2,5 centímetros en la nariz (conviene frotar las paredes de ambas fosas nasales varias veces), detectan personas susceptibles de contagiar, para lo que es necesario tener una carga viral suficiente. Cuando nos contagiamos el virus comienza a multiplicarse en nuestro cuerpo. Es preciso que esa carga viral suba a un cierto nivel para que el test de antígenos dé positivo. Las PCR son más sensibles, detectan cargas virales muy bajas, pero no siempre un positivo en PCR es contagioso; además, requieren más tiempo y su coste es unas 25 veces mayor.

¿Cuándo hacerlos?

Si vamos a reunirnos con no convivientes, justo antes del encuentro. Si creemos que nos hemos podido contagiar, debemos esperar al menos 2 o 3 días tras el contacto para que la carga viral suba a un nivel detectable. También, por supuesto, si tenemos síntomas, aunque ello no siempre significa tener una carga viral detectable. Si damos negativo con síntomas hay que repetir la prueba.

¿Hay que confirmar con PCR?

Las autoridades médicas asumen que un test de antígenos positivo debe confirmarse con una PCR, lo cual está causando una enorme sobrecarga del sistema sanitario y retrasos en la atención médica. Sin embargo, como apunta la bióloga molecular María I. Tapia, una de las mayores expertas sobre estos test en España, el valor positivo de las pruebas de antígenos que hay en el mercado, también las que hacemos en casa, tiene la misma fiabilidad que el valor positivo de una PCR. Por ello defiende que “sería mucho más eficaz, rápido y barato confirmar o descartar el positivo con otro test rápido”. Por desgracia, en España, sin confirmación oficial por PCR no se da baja laboral y el positivo no cuenta en las estadísticas.

¿Detectan la variante ómicron?

. El hecho de que la proteína espícula (S) haya mutado no influye, dado que los test reconocen como antígeno la proteína (N) de la nucleocápside del virus. 

¿Influye la vacuna?

Que algunas personas den negativo teniendo síntomas refleja que las vacunas funcionan, como ha explicado el epidemiólogo estadounidense Michael Mina, experto en test de antígenos. Gracias a la inmunidad adquirida por las vacunas podemos tener síntomas antes de ser contagiosos, como ocurre con los catarros: al estar vacunados nuestro sistema ya reconoce este coronavirus y por ello desarrolla síntomas, y si el virus supera esta primera barrera se replica más rápido después. Por lo tanto, “si eres sintomático y negativo, aunque significa que probablemente no seas contagioso en ese momento, debes ser muy cauteloso –advierte Mina–. Ponte en cuarentena si es posible y hazte la prueba de nuevo a la mañana siguiente o esa noche”.

¿Podemos confiarnos si da negativo?

Imaginemos que nos da negativo justo antes de un fin de semana con no convivientes en una casa rural. Los test rápidos “capturan” a la mayoría de las personas infecciosas en un momento dado. Por tanto, quizá nos hemos hecho el test cuando el virus aún no ha llegado a un nivel viral “contagioso” en nuestro cuerpo y podemos alcanzarlo en ese fin de semana o bien contagiarnos después. Conviene repetir el test.

¿Por qué importa que sean baratos?

En España –solo en farmacias– cuestan entre 5 y 8 euros, lo que dificulta que mucha gente se teste varias veces. En Reino Unido son gratis y en Portugal cuestan unos 2 euros en supermercados. Un estudio en el “Journal of the American Medical Association” demostró una sensibilidad muy elevada de los test de antígenos cuando se realizan de forma repetida: hacerlos un día aislado no es tan eficaz, ya que el resultado puede cambiar en cuestión de horas o al día siguiente.

En resumen, ¿debemos utilizarlos?

Sí, si los usamos bien y siendo conscientes de que no son perfectos. Nada lo es. Son una capa de protección más, junto con las vacunas, mascarillas, ventilación, distancia... Como los quesos suizos, todas estas capas tienen “agujeros”. Como dice María I. Tapia, “con los test rápidos está ocurriendo lo mismo que pasó con las mascarillas: primero dicen que no valen. Cuando se dan cuenta de que sí, y cuando más los necesitamos, no hay para todos. Mala previsión, mala gestión”.