Una arriesgada tendencia cinematográfica

Los cineastas tiñen de oscuridad las películas dirigidas a los niños

CUENTO DE NAVIDAD. Nueva y oscura versión del clásico navideño de Dickens.

CUENTO DE NAVIDAD. Nueva y oscura versión del clásico navideño de Dickens.

OLGA PEREDA
MADRID

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Si usted tiene hijos pequeños y es de los que acude al cine con frecuencia, habrá notado que la cartelera se está llenando de películas dirigidas a niños que, sin embargo, no encajan en el epígrafe de cine infantil. Más bien lo hacen en el de oscuro. Fíjese si no en las cinco fotografías de esta página, más lóbregas que joviales.

Filmes comoDonde viven los monstruosoCuento de Navidadrecogen el testigo bello y lúgubre que inicióLos mundos de Coraline. Y suma y sigue. El 1 de enero se estrena otra película de animación,Número 9, que está en las antípodas del cine infantil. Meses más tarde, el gótico Tim Burton nos presentará su particularAlicia en el país de las maravillas.

¿Se acabaron los cuentos de princesas? Todo parece indicar que sí. Que hay una generación de cineastas que se han cargado de un plumazo la ñoñería a la vieja usanza de Disney. Y eso es algo que aplauden con entusiasmo los expertos. «Ya está bien de considerar a todos los niños unos minusválidos», afirma Mario Torrecillas, guionista, autor de cuentos infantiles y crítico de cine. Torrecillas añade que tantoLos mundos de Coraline (Henry Selick) comoDonde viven los monstruos(Spike Jonze) son películas «maravillosas pero nada fáciles». La primera habla de una niña que descubre debajo de su casa un mundo subterráneo donde sus padres tienen botones cosidos en los ojos. La segunda, una adaptación de un clásico de la literatura infantil, pone el acento en la soledad, la nostalgia, la ira y el miedo. Son temas duros, por eso, advierte Torrecillas, ambas películas no son aptas para todos los chavales, sino para los que tienen a partir de 10 años.

SIN BURBUJAS / Lo mismo opina el cineasta y dibujante de cómics Borja Crespo, que da una calurosa bienvenida a la nueva ola de cine supuestamente dirigido a niños. «Echaba de menos mala leche en las pantallas, estaba todo demasiadolight», destaca. Sin embargo, insiste en que no todos los menores son capaces de ver historias tan oscuras. «Son películas para niños grandes y listos, para críos que tienen inquietudes y no viven encerrados en burbujas», destaca el cineasta.

Crespo, de 39 años, no tiene hijos, pero si los tuviera no dudaría en llevarlos a una sala a ver, por ejemplo,Donde viven los monstruos. ¿Y no cree que lo pasarían mal, que tendrían miedo? «Más miedo dabaPsicosis», responde. Y añade con sorna: «Yo, de pequeño, donde lo pasé mal era en las iglesias. Pero no en los cines».

Torrecillas, de 38 años, sí tiene hijos, una niña, pero solo tiene cinco meses, demasiado pequeña como para llevarla a ningún lado. Mucho menos al cine. Cuando sea más grande sí que lo hará. Y acompañada de su padre, claro. «No es malo que un chaval pase un poco de miedo mientras está sentado en la butaca. A los niños les gusta el miedo. Eso es algo que ha pasado siempre. En una película comoLos mundos de Coraline habrá cosas que no entiendan, pero no pasa nada. Para eso están los padres, para acompañarlos y explicarles todo», subraya Torrecillas, autor dePetits dibuixos animats, un DVD de seis cortos creados por un centenar de niños de entre 6 y 12 años.

Los padres, efectivamente, juegan un papel importante en este tipo de arriesgadas apuestas cinematográficas. Crespo acaba de publicar junto a Chema GarcíaCortocuentos(Astiberri), un cómic que tiene de infantil lo mismo que las películas de esta información. Nada. Las historias deCortocuentosson tan estupendas como duras, pero su autor afirma que «muchos lectores optan por leerlas acompañados de sus hijos». Los críos se fijan más en unas cosas. Los padres, en otras. Resultado: todos contentos.

NAZIS DESINTEGRADOS / Otro nombre propio del mundo del cine, el director Nacho Vigalondo hace hincapié en lo «fascinante» que resulta una película que no delimita de antemano su tipo de público. El autor deLos cronocrímenessubraya que la singularidad de películas comoDonde viven los monstruos,Los mundos de CoralineoCuento de Navidadreside en que pueden ser vistas tanto por adultos como por chavales. «Los críos pueden pasar miedo,

pero, ¿dónde está el problema? Es fascinante. Nuestra generación también pasó miedo con los nazis desintegrados deEl arca perdida».

Vigalondo achaca el alud de películas infantiles no infantiles a una cuestión de casualidad. Sin embargo, tanto Borja Crespo como Mario Torrecillas señalan a una nueva generación de directores que se han revelado «contra la dictadura» de Disney. Cineastas que, evidentemente, no se desprenden de su «alma de Peter Pan» para escribir sus guiones.