aniversario de las ACTUACIONES

Paco Ibáñez regresa a París a los 40 años de sus históricos recitales

El cartel con el que los estudiantes de la Sorbona anunciaron su recital en 1969.

El cartel con el que los estudiantes de la Sorbona anunciaron su recital en 1969.

NÚRIA MARTORELL
BARCELONA

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Paco Ibáñez lleva muchos años galopando verso a verso por el mundo. Han pasado 40 años de sus míticos recitales en el Olympia (que se tradujo en un disco símbolo de la lucha contra las opresiones) y en la Sorbona de París, donde actuó con motivo del primer aniversario de la toma estudiantil. Un pequeño cartel amarillo ciclostilado por los universitarios y pegado en los árboles, en los cristales de los cafés y en los pasillos de las aulas, lo anunciaba así: Paco Ibáñez, la voz libre de España. Esta noche festejará el aniversario con un concierto en el teatro Châtelet. Y adelanta que recuperará piezas indispensables entonces y ahora, como La mala reputación (la primera que tradujo al castellano de su admirado George Brassens). No en vano, si alguien sigue viviendo fuera del rebaño, parafraseando la letra, es él.

¿La carga política de sus canciones sigue teniendo la misma vigencia? La respuestas del artista es tajante. «Sí, claro. Por eso la rabia de La mala reputación es tan importante, aunque el efecto que produzca no sea el mismo. La sociedad está adormecida, como si le hubieran dado cloroformo. Por eso reivindico la rebeldía. Es insoportable ver a la gente tan conformista».

La canción que abrirá el recital es ya una declaración de principios. «Se trata de una fábula de Iriarte sobre un asno al que solo le dan paja para comer. Le dicen que es porque le gusta, pero él replica enfadado que se la come porque es lo que le dan, pero que le ofrezcan grano y verán. ¿Moraleja? Basta de dejarnos influenciar por una cultura vacía. ¡Démosle grano al pueblo!».

NACIONALIDADES DEL CORAZÓN/ En la actuación incorporará también «otras lenguas de grandes poetas como Ronsard, Cesare Pavese, Celso Emilio Ferreiro, Pierre Pascal y Salvador Espriu». «Soy el embajador de Catalunya», añade, entre risas. «Joan Ollé me pidió que le pusiera música al poema Barques de paper de Salvador Espriu que Sílvia Pérez canta en la obra El jardí dels cinc arbres. Y ahora yo he querido incorporar esta canción a mi repertorio y estrenarla en París», explica el artista. «De hecho, se me escuchará cantar en catalán, vasco, andaluz, gallego, francés, italiano, provenzal, portugués... Todos forman parte de la nacionalidad de mi corazón», subraya. París es para él «la capital del mundo». Y la poesía, «la puerta de la libertad». ¿Cree que Sarkozy se encontrará mañana entre el público? «No tengo ninguna gana de que esté», responde sin entrar más en materia.

Quien sí estuvo en la platea del Olympia en 1969 fue el compositor Jean Wiener, que manifestó tras escucharle: «Quién hubiese imaginado que una multitud increíble fuese a invadir el aforo... Todo por ese gran niño simple, relajado, quien tras ser acogido con un calor tal que solo recuerdo haber visto en honor de Toscanini o Lindberg se puso a cantar acompañado únicamente por su guitarra». Y en su web tiene colgada una foto con su madre en el camerino después del show. ¿Recuerda que le dijo? «Claro. ‘No sé lo que tiene este chico, pero gusta a la gente’».