entrevista con la Escritora

Nélida Piñon: «Tengo la sensación de ser una mujer antigua»

La gran maestra de las letras brasileñas bucea en sus recuerdos y su vocación para entenderse a sí misma en 'Corazón andariego' (Alfaguara)

CLASICISMO BARROCO. NACIÓ EN RÍO DE JANEIRO, 1937. AUTORA DE 'LA REPÚBLICA DE LOS SUEÑOS'

CLASICISMO BARROCO. NACIÓ EN RÍO DE JANEIRO, 1937. AUTORA DE 'LA REPÚBLICA DE LOS SUEÑOS'

ELENA HEVIA
BARCELONA

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Hija de gallegos, heredera de los clásicos que ha sabido sazonar con la calidez y el barroquismo de su elegante portugués, esta brasileña tiene en su haber los premios Príncipe de Asturias y Juan Rulfo y una sabiduría arcaica.

–¿Cómo definiría este libro fragmentario y autobiográfico de difícil clasificación?

–Son unas memorias. Es la historia de la formación de una niña, de una mujer, de una escritora, hija de todas las culturas. Soy hija de ese conocimiento caótico y universal.

–Una niña que a los 8 años ya decía ‘Yo quiero ser escritora’.

–Siempre ha habido un gran atrevimiento en mi delicadeza. Yo afirmaba eso sin saber exactamente el significado de esa proclamación.

–Pero su madre y, especialmente, su padre la quería famosa y escritora.

–Así es, soy el resultado de un deseo familiar.

--Y de la predicción de una pitonisa que la adivinó errante y andariega.

–Ja, ja. He vivido en Brasil, en Estados Unidos, en Galicia, en Catalunya, me muevo permanentemente. Me gusta pensar en mi condición de mujer cosmopolita. –recuerde que cosmopolita viene de cosmos– y que a través de sus raíces gallegas tuvo una formación campesina

–¿Por qué el libro está hecho a retazos?

–Porque así es la memoria. Aunque hagas un esfuerzo por fijar las cosas, nunca te da lo que le pides. Hay huecos en los que quieres entrar y no puedes. Quizá dentro de 20 años, si todavía estoy aquí, pueda ocupar esos espacios.

–Lo que sí regresó es un padre que se fue antes de tiempo.

–El libro es un reconocimiento público a su figura. Mi padre murió cuando yo era muy joven y es algo que le he reprochado durante años hasta el punto de haberlo soterrado en mi vida. Pero no olvido que él me enseñó la sutileza del silencio y a amar los libros. La memoria también juzga y el conocimiento ayuda a recuperar aspectos que no valorarías si no tuvieras la experiencia del presente.

–¿Qué le ha enseñado este ejercicio de memoria ?

–A valorar cada vez más el mundo de los afectos, de la educación, de la herencia cultural, que en mi caso viene de muy lejos y es muy arcaica.

–En su libro se define como la última de los mohicanos.

–Siempre he tenido la sensación de ser una mujer antigua. Vivo en un mundo en el que la gente tiene una gran ignorancia histórica, que no sabe que lo que somos viene de muy lejos, que formamos parte de una secuencia de todas las historias.

–¿Teme la invasión de los bárbaros o ya están entre nosotros?

–Este es es un momento muy delicado, una apoteosis de la frivolidad, la consagración de la trivialización.

–¿En el que la palabra impresa ya no tiene el poder que tenía?

–Para borrar el pasado habría que quemar las bibliotecas, los museos... Y por cierto, aquellos los bárbaros del imperio romano se situaban en el norte, de donde hoy proceden los dueños del poder económico.

–De ahí su querencia mediterránea. Los griegos ya lo sabían todo.

–Es cierto. Siento que vivo entre ellos. Homero está vivo y yo soy una brasileña lista.