NOVELA

El argelino Yasmina Khadra explora en 'Lo que el día debe a la noche' la biculturalidad de su país

RICARD RUIZ GARZÓN

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Yasmina Khadra es uno de los grandes. Ha llegado después, pero le ha bastado un década para demostrar, conEl atentado,Las golondrinas de KabuloLas sirenas de Bagdad, que no tiene nada que envidiar a Orhan Pamuk o Amin Maalouf, por citar a otros autores puente entre los mundos árabe y occidental con los que ahora coincide en librerías. Los hay, como Naguib Mahfuz, que aún le sacan ventaja técnica, pero a Khadra (1955), el novelista árabe más traducido en vida, no le importan los podios. Huyendo de ellos se ha convertido con 54 años en el autor argelino más internacional, un narrador lúcido y vigoroso tan capaz de fascinar a miles de franceses como de enmendarle la plana, siempre con admiración, a la desenfocada mirada colonialista de Albert Camus.

Lejos de sus inicios en el género negro, enfrentado al reto de cambiar de rumbo tras la espectacularidad con la que retrató el auge integrista de Irak, Palestina o Afganistán, el exmilitar musulmán que adoptó el nombre de su mujer –toda una declaración de intenciones– dedicaLo que el día debe a la noche a explorar la biculturalidad de su país, que estuvo 132 años bajo dominación francesa. Para ello, elige a un narrador octogenario que se evoca primero como Younes, hijo de un campesino árabe arruinado en el Orán suburbial; luego como Jonas, adoptado por sus tíos e integrado entre los jóvenespied-noirsde Río Salado; y al fin, como un farmacéutico sin bando aparente al llegar la guerra, dividido a su pesar entre dos mundos que pugnan aún por reconciliarse.

Todo ello, Khadra lo hace a través de una historia de amor eternamente postergada, en la que el honor tiene tanta importancia como el amor a la tierra y las raíces. Más maduro que nunca, aunque aún alterne metáforas soberbias con otras forzadas, Khadra propone así a un boticario que corrige y complementa al Dr. Rieux de Camus, cuyos títulosLa pesteyEl extranjerocita, no por azar, en momentos clave. Regalando al lector la versión árabe de un mundo que también tiene mucho de español, esta obra llega a ser algo más que una extraordinaria novela argelina: nos recuerda que el otro lado del Mediterráneo está tan cerca que hay que empezar a mojarse.

LO QUE EL DÍA DEBE A LA NOCHE EL QUE EL DIA DEU A LA NIT

Yasmina Khadra

Trad.: Wenceslao-Carlos Lozano / Joan Hernàndez. Destino / Edicions 62. 384 / 357 páginas. 19,50 / 21 €