crónica

La alargada sombra de Kurt Cobain

Jordi Casanovas retrata en 'Julia Smells' el fracaso de una estrella del rock y los efectos del éxito fácil

La actriz Mia Esteve, en su papel de Julia Smells.

La actriz Mia Esteve, en su papel de Julia Smells.

CÉSAR LÓPEZ ROSELL
BARCELONA

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En solo tres años ha estrenado siete obras. Jordi Casanovas (Vilafranca del Penedès, 1978) ha dejado de ser un emergente para convertirse en un autor cuyos estrenos se esperan con expectación. Tras la espléndida La revolució, ha debutado en el festival Grec con Julia Smells, un thriller psicológico que aborda la caída de una estrella del rock y la obsesión de una generación por conquistar la fama dejando de lado los principios éticos más elementales.

La obra no puede ser más oportuna. Días después de la muerte de Michael Jackson y con el modelo del éxito rápido que ofrecen apuestas como OT abriéndose paso entre los jóvenes, Casanovas incide en el Espai Lliure en el problema de la sustitución de valores como el esfuerzo por otros que conducen al reconocimiento social por la vía fácil.

El autor se inspira en el ascenso y caída del líder de Nirvana, Kurt Cobain, y en el mito de La señorita Julia de August Strindberg para construir una historia de ficción desprovista de cualquier tentación documental. La obra, escrita en catalán, usa el inglés en las piezas que los intérpretes cantan en directo. Son temas nuevos, basados en el grunge y ligados a un drama que dibuja el perfil de una figura en crisis vital y de ideas.

Julia Smells (Mia Esteve) es una estrella del rock que sorprende en su aparición tanto por la frescura de su estilo como por su actitud. Sin pretenderlo, logra que una legión de fans la idolatre e intente imitarla. Nadie quiere entender que está desquiciada. Ha perdido la ilusión por la música y las relaciones con su entorno son cada vez más agresivas y complicadas. Pero sus seguidores aún siguen esperando más de ella.

Esta insoportable presión le obliga a aislarse en una casa. Allí acuden a una audición para incorporarse a su banda Jan (Rubén Ametllé), frustrado empleado de un párking que busca la gloria a cualquier precio, y su novia Cris (Patricia Bargalló), una admiradora incondicional de la estrella. Poco a poco, los personajes descubren sus cartas, metidos en un duelo de rechazo y seducción.

FALTA LIGAZÓN / Tensión e intriga se suceden en una puesta en escena con un buen reparto distinto al habitual de su propia compañía. Hay cierto embarullamiento y falta la ligazón lograda en anteriores montajes con los actores de FlyHard, pero la obra pone el dedo en la llaga en el problema de una generación marcada por la falta de verdaderos horizontes.