Entrevista con Tomas Alfredson, Director

Tomas Alfredson: "Mi película habla de la inocencia del amor"

El director sueco Tomas Alfredson firma la película de género fantástico más sorprendente y aplaudida de los últimos años.

Tomas Alfredson: "Mi película habla de  la inocencia del amor"_MEDIA_1

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DESIRÉE DE FEZ
BARCELONA

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–El libro de John Ajvide Lindqvist en que se basa Déjame entrar

–Me interesó la combinación de lo irreal y lo humano. Pero lo primero que me introdujo en la novela tiene que ver con lo segundo. Se trata del acoso escolar que sufre Oskar, el niño protagonista. Algunas situaciones del libro tenían relación con episodios de acoso escolar que sufrí en la infancia, y me interesaba hablar de ese problema.

–Otro tema importante en su película es el descubrimiento del amor.

–Sí, medité mucho al respecto porque Déjame entrar es una película de vampiros, y el mito de los vampiros tiene un componente erótico que no quería para mi relato. Me propuse que la historia de Oskar y Eli, la niña vampiro con la que hace amistad, no tuviera esa carga sexual, que fuera más naíf y girara en torno a la inocencia del amor. La clave está cuando Eli pregunta al protagonista: «¿Me querrías aunque no fuera una chica?».

-Déjame entrar plantea temas complejos con una delicadeza asombrosa.

–Supongo que la clave está en mi deseo de presentar una situación y dejar al espectador sacar sus conclusiones, por eso no hay nada sobrexplicado y la historia tiene valor metafórico. Muchos directores deciden monologar, pero yo prefiero mantener un diálogo constante con la audiencia. Me gusta dar libertad al espectador para que juzgue, y en esta película he llevado al límite mi deseo de invitarle a interpretar la película como quiera.

–En su película, la atmósfera es indisociable de historia y personajes.

–La atmósfera fue lo que más me impresionó de la novela, y quise reproducirla con fidelidad. Para ello no sólo he cuidado mucho la imagen. También he sido meticuloso con el sonido de la película, tanto con los sonidos de la naturaleza como con algo tan humano como el parpadear de los ojos. Es una película de silencios, y para recrear el silencio hay que tener muchísimo cuidado. Para componer la atmósfera que me sedujo del libro he sido muy selectivo y minucioso.

–En Déjame entrar

–Desde el primer momento me planteé mucho los límites, me cuestioné continuamente hasta dónde podía llegar en la expresión de ese lazo entre infancia y violencia. Sabía que el protagonista de la historia, como tantos otros niños, estaba expuesto a la violencia. Y era algo que quería mostrar, pero debía hacerlo de una forma muy responsable. Y creo que lo he conseguido. No creo que haya un solo fotograma de la película en el que la utilización de la violencia sea irresponsable.

–¿Fue ese sentido de la responsabilidad lo que le hizo diluir la descripción de Hakan, el adulto que vive con Eli?

–Sí, decidí dejar abierta la relación entre ambos y no dar demasiadas pistas sobre sus respectivos pasados, para poder dar así al espectador cierta libertad para interpretarla. En el libro, Hakan es pedófilo, y eso explica muchas cosas de su relación con Eli. Pero no quise introducir el tema de la pedofilia en mi película porque era muy delicado y difícil de abordar sin caer en lo efectista y escabroso. Ciertamente, era un tema complicadísimo, que implicaba una responsabilidad muy grande. Y preferí centrarme en otras cosas y anteponer lo insinuado a lo explicado.