ESTRENO

Fernando Meirelles retrata la maldad humana en 'A ciegas'

José Saramago se declara contento con el filme, pero critica la simpleza del cine

El cineasta Fernando Meirelles (izquierda) y el escritor José Saramago, ayer en la Casa de América de Madrid.

El cineasta Fernando Meirelles (izquierda) y el escritor José Saramago, ayer en la Casa de América de Madrid.

OLGA PEREDA
MADRID

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¿Qué pasa en épocas de crisis? La respuesta, según el cineasta Fernando Meirelles (El jardinero fiel), es que «surge el lado animal de los hombres». Bajo la filosofía de que la maldad humana existe y mucho, el director brasileño ha llevado a la pantalla Ensayo sobre la ceguera, el libro de José Saramago. El Nobel ha quedado satisfecho con el resultado de un filme que retrata con crudeza lo que ocurriría en el mundo si, de repente, todos nos quedáramos ciegos. Sin embargo, el autor también ha hallado alguna pega al filme, que se estrena el día 13 y cuyo cartel encabeza una perfecta Julianne Moore.

Lo hizo con la boca pequeña, pero Saramago --que visitó ayer Madrid junto al director-- criticó el cine en general por ser sintético y no analítico, como la literatura. El director del filme se defendió e insistió en que las películas requieren otro lenguaje diferente al de las novelas. No es la primera vez que Meirelles se enfrenta a un libro. Ya lo hizo con Ciudad de Dios y El jardinero fiel. En ambos casos, el cineasta gozó de absoluta flexibilidad para adaptar la historia. El guión de A ciegas, sin embargo, es muy respetuoso (cuando no literal) con la novela de Saramago.

A pesar de la crueldad que retrata, Meirelles descartó que la película sea pesimista. «Simplemente es realista», destacó. «Si nos enfadamos por un simple atasco pues imagínese qué puede pasar si uno se queda ciego, vive encerrado y apenas tiene comida», añadió. El cineasta aseguró que A ciegas habla de la ceguera no tanto física sino mental. «Somos ciegos que pueden ver, pero no ven», dice uno de los personajes. «En el mundo actual vemos lo que queremos. Nadie vio, por ejemplo, la que se nos venía encima con la crisis de las hipotecas basura. Todo el mundo pedía dinero a los bancos, pero ese dinero era inexistente».