Moncho: "Era el cantante preferido de las prostitutas"

–De su último bolo en el Liceu pasa a las Cotxeres de Sants, y con un repertorio en catalán. ¡Qué cambio!

--Un Liceu no se hacen todos los días, igual que un primer Palau. Pero participar en Barnasants era como un reto. El contraste es como de la noche al día, pero aquí estoy: recuperando por primera vez las piezas que grabé en los tres únicos discos que tengo en catalán, e incluyendo una sola canción en castellano,Terciopelo, de Joan Baptista Humet, que a raíz del recital de homenaje la he querido incorporar en mi repertorio.

–Este año cumple sus bodas de oro en la profesión. ¿Cómo lo festejará?

--A finales de año quiero montar un superconcierto en el Liceu, con grandes artistas que ya se han brindado a participar.

–Pocos cantantes han tenido rendidos a sus pies a artistas de la talla de Omara Portuondo, pero en usted prevalece la humildad. ¿Es un antidivo?

--Siempre he tenido la gran admiración de todos los profesionales, esto lo puedo decir con la boca llena, y no solo de la música, sino también directores de cine y actores, Son muchos años recorridos. Me subí al escenario siendo muy joven.

–¿Recuerda su primera actuación? ¿Qué edad tenía? ¿Cuánto cobró?

--Tenía 17 años y cobré 240 pesetas. Fue con una formación que se llamaba Ramón Evaristo y Su Orquesta Antillana. Me hacía pasar por cubano y me anunciaban como ¡Moncho Batista, el ciclón cubano...! Hasta que se descubrió el pastel en Igualada. Una señora me preguntó si me gustaban lasmongetes amb botifarraen catalán, y yo le contesté: «Moltíssim, i amb all i oli, més». Entonces me dijo: «Usted no es cubano, es catalán». Y cuando por la noche me anunciaron como Moncho Batista, desde Cuba, empezaron a silbar. Se había enterado todo el pueblo. Para que luego aún hoy me queje de que se crean que soy cubano o venezolano. Supongo que es por mi físico y manera de cantar. ¡Y pensar que mi familia se estableció en el barrio de Gràcia hace 300 años!

–Y grabó un primer disco de rumba, con el Oncle Polla haciéndole palmas. ¿Qué le parece esta disputa por erigirse el padre de la rumba?

–La rumba la inventó precisamente el Oncle Polla, Peret la popularizó y el Pescaílla, al casarse con Lola Flores, se quedó en un segundo plano. Luego llegó a Lleida y a los pueblos donde vivían gitanos, y en las bodas se empezó a bailar rumba catalana.

–En alguna ocasión ha explicado que ha cantado mucho ante prostitutas. ¿Y eso?

–Era el cantante preferido de las prostitutas y de las chicas que trabajaban en las barras americanas. Siempre tenían una historia detrás: que si el novio las había dejado, que si encima estaban embarazadas... Y entonces yo cantaba esas canciones de amor y desamor... Escuchaban mis discos con las gramolas de antes. Luego estuve cantando en Las Vegas Club, de la calle Aribau, 230. Hacía dosshowsdiarios: a la una de la madrugada para la gente que venía del Liceu con sus cochazos y no paraba de beber Dom Pérignon, y otro a las tres y media, para las chicas.

–¿Y cómo logró que el gran Armando Manzanero le regalara el bolerazo Llévatela

–Entonces, él era el único cantautor de boleros. Me escuchó cantar en la sala Bombín de Madrid, hablamos y me dijo que al día siguiente pasara por su hotel a recoger algo. Él se había marchado a México, pero me había dejado una preciosa canción.