NOVELA

Una guerra, siempre la misma

Una aldea de Vietnam del Sur en 1966.

Una aldea de Vietnam del Sur en 1966.

SERGI SÁNCHEZ

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ÁRBOL DE HUMO

Denis Johnson

Traducción: Javier Calvo

Editorial: Mondadori

Páginas: 597

Precio: 25,90 €

ImagínenseApocalypse Now(1979), con su amor por el olor a napalm y su ciego mesianismo, con sus ventiladores de techo rasgando el calor y su jungla húmeda y febril matando inocentes, con su viaje hacia el corazón de las tinieblas convertido en un caos difícil de soportar:Árbol de humoes eso, tal cual.

En la elefantiásica novela del elusivo Denis Johnson reside la voluntad de escribir la ficción definitiva sobre la guerra del Vietnam, pero existe otro objetivo soterrado, más universal: explorar las dudas y contradicciones que experimenta la condición humana en circunstancias extremas. Es Vietnam pero podría ser Irak (país donde se encontraba Johnson cuando le concedieron el National Book Award en 2007 porÁrbol de humo) o podrían ser las calles de la América profunda (las calles donde viven y malviven los desarraigados protagonistas de los relatos deHijo de Jesús): quiere ser, como lo era la obra magna de Coppola, puro arte metafísico, donde comparten espacio narrativo Cioran y la muerte, Kennedy y la locura, los Evangelios y la deformidad moral.

Árbol de humoes una novela bélica que transcurre en Filipinas y Vietnam desde noviembre de 1963 hasta octubre de 1970 (con un epílogo en 1983). La primera frase ("Habían matado al presidente Kennedy a las tres de la madrugada de la noche anterior") y la última ("Todos serán salvados") definen el itinerario ético de un grupo de personajes condenados por la Historia a encontrar su propia redención después de haber perdido la inocencia en una guerra inútil, tan inútil como todas las guerras.

A Denis Johnson se le pueden hacer reproches: la desmesurada ambición que supone intentar encontrar nuevas cosas que decir sobre un conflicto apagado por el fervor de las guerras contemporáneas nos conduce a un territorio de sobras conocido; tanto, que las 600 páginas de la novela no logran compensar el esfuerzo titánico de distinguir a todas las criaturas que la pueblan, o de digerir unos diálogos que no siempre parecen superar el cliché del género o que suenan en exceso pretenciosos, o unas metáforas que chirrían por obvias (para muestra, un botón: la primera escena de la novela, la muerte del mono a manos del soldado novato William Houston jr.).

Más interesante resulta analizarÁrbol de humodesde la poliédrica voz de la catástrofe de las ilusiones de toda una generación, una generación perdida que ha sido y es abono de una América que sigue siendo tan invasiva y colonialista como en el pasado, una América que no ha aprendido de sus errores y que permanece en el limbo de los que se creen imbuidos del poder divino.

En la novela de Johnson ni los patriotas de línea dura acaban de creerse la misión anticomunistaÁrbol de humo: nadie se salva de la musculosa prosa de Johnson, acaso demasiado preocupada por disparar a matar, pero también atenta a la ternura que emana de los personajes, en especial de Skip Sands, el agente secreto de la CIA que se despoja de su ingenuo patriotismo cuando se da cuenta de que su tío está tan loco como lo estaba el coronel Kurtz enApocalypse Now, y de una enfermera canadiense, Kathy, responsable del breve y contundente monólogo interior que cierra esta desequilibrada pero estimulante novela.