meteomanía // Alfred Rodríguez Picó

HURACANES CENSURADOS: Nombres que no pueden utilizarse

Alfred Rodríguez Picó

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Si un huracán provoca grandes daños y numerosas víctimas mortales, el gobierno del país afectado puede pedir que el nombre de ese huracán no se repita. Así se evita que se confunda un huracán conocido históricamente con otro actual. De hecho, el nombre del huracán puede estar al menos 10 años sin volver a aparecer. Un ejemplo muy claro ocurrió en 1989: el 9 de septiembre se formó una tormenta frente a las costas occidentales africanas. Dos días después y a medida que cruzaba el Atlántico se transformó en severa tormenta tropical y el 13 de septiembre se convirtió en el temible huracán Hugo, de categoría 5. Alcanzó el Caribe afectando especialmente Puerto Rico, debilitándose momentáneamente para volver a la carga sobre Carolina del Sur, provocando precipitaciones de 254 litros en 24 horas y vientos superiores a los 250 km/h. Fue el huracán que más daños materiales provocó, con 8.000 millones de dólares cuantificados, aunque tres años después el huracán Andrew lo superó. También causó la muerte de 82 personas. Inmediatamente después del desastre se pidió que no volviera a bautizarse ningún huracán con el nombre de Hugo.

En 1995, y más tarde en el 2001, los huracanes con nombre que empezara por H tenían que haberse llamado Hugo pero fueron reemplazados por Humberto. Hay otros nombres de huracanes devastadores recientes que se han eliminado y que recordamos por el impacto que produjeron: Camille (1969), Andrew (1992), Hortense (1996), Floyd (1999), Ivan, Charley y Frances (2004), Wilma (2005) y, por supuesto, Katrina (2005).

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