Entrevista con Alan Bennett, Escritor

Alan Bennett: "La reina Isabel no tiene 'glamour'"

BEGOÑA ARCE
LONDRES

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La reina de Inglaterra saluda desde carroza con la mano a sus súbditos, pero de reojo lee el libro que lleva medio oculto en su regazo. El presidente de Francia se atraganta en un banquete oficial cuando la soberana le pregunta sobre Genet y el primer ministro es presa del pánico al saber que Isabel II quizás hable de Dickens en el mensaje de Navidad. EnUna lectora nada común(Anagrama / Empúries), Alan Bennett nos cuenta con una gracia irresistible qué pasaría si por un azar, la reina empieza un día a leer. Antiguo académico, dramaturgo, guionista de cine y televisión, actor ocasional, Bennett echa mano de la ironía y de la mejor tradición del humor inglés para exaltar los valores de la lectura, que pueden hacer temblar los sólidos cimientos del palacio de Buckingham.

--En su relato, cuando la reina de Inglaterra empieza a leer se produce una revolución en su vida. ¿Puede tener la lectura ese efecto en cualquiera?

--Creo que sí. El caso de la reina es que, como ella ha tenido una vida muy interesante, pero al mismo tiempo no sabe cómo vive la gente normal, no ha compartido ese tipo de existencia. Los libros hacen saltar por los aires esa barrera y la ponen en contacto con la vida real.

--La lectura la convierte en alguien más humano.

--Sí, empieza a percibir los sentimientos de otra gente, algo que nunca ha tenido muy en cuenta dada su alta posición. De alguna manera ella no sabe que la gente tiene sentimientos. A lo mejor esto es algo más inglés. Creo que la familia real está más aislada que la de España. Su familia real es más abierta y además la reina Sofía es una lectora y es más instruida académicamente. La reina de España es miembro de honor en micollegeen la Universidad de Oxford y una de las benefactoras.

--¿Por qué a la familia real británica no le interesa el arte ni los libros?

--No creo que estén al tanto de todo eso, la verdad. Me parece que están rodeados de consejeros que muy a menudo se equivocan.

--Pero en su novela, a esa gente que rodea a la reina no le gusta nada que empiece a leer.

--No, no le gusta porque el espíritu de ella se va liberando cuando lee y empieza a escapar a su control. Empieza a hacer preguntas, a opinar, a hacer sugerencias sobre otra manera de hacer las cosas y también se muestra menos entusiasta con las formalidades del cargo.

--¿Es un planteamiento verosímil?

--Mi planteamiento es romántico y creo que es tan próximo a la realidad como puede ser la de películaThe Queen, que es perdidamente romántica y no muy auténtica.

--¿Le gustó?

-- Sí, pero Hellen Mirren tiene mucho glamour para ser la reina. La reina Isabel no tiene glamour, es alguien con poca gracia y un poco desaliñada.

--Usted dibuja también unos políticos poco amantes de las letras.

--Esa es la verdad ahora. Solían leer en el pasado. Harold McMilland tenía él mismo una editorial. Y Churchill leía muchos libros, aunque no escribió todos los que firmó con su nombre. Tenía negros que escribían para él, no sé si también tendría negros que leían por él. Pero era un hombre cultivado y eran otros tiempos. La señora Thatcher no era muy leída y Tony Blair tampoco. Eso ha sido una pena, porque si hubiera leído no nos habría metido en lío en que estamos ahora. La idea de la cultura que tiene Tony Blair es música pop, televisión y medios de comunicación de masas. Nada que ver en absoluto con los libros. Y Gordon Brown es más o menos lo mismo, aunque es más serio que Blair.

--Pero siempre que llegan las vacaciones de verano los políticos hablan de los libros que van a leer.

--Sí, les resulta casi una obligación para mostrar que tienen una cierta capacidad intelectual. Cuando les cogen desprevenidos suelen responder cosas comoLa Bibliao quizásHarry Potter. Pero cuando dicen lo que van a leer en vacaciones no hay que creerles.

--¿Qué tipo de libros les recomendaría a los principiantes?

--Hay que empezar con cosas que te gustan. La reina empieza conA la caza del amor, de Nancy Mitford, que es muy divertido. Yo lo leí cuando tenía 24 o 25 años. Pero nunca se debe leer como una obligación o un trabajo, debe ser algo con lo que se disfrute. Yo ahora, si después de leer 10 páginas me doy cuenta de que no estoy disfrutando, dejo el libro. Pero también es cierto que cuanto más lees, más músculo tienes, más capacidad para leer cosas difíciles. Pero en una primera etapa, hay que leer lo que a uno le guste.

--¿Qué tipo de obras prefiere?

--Biografía, memorias, diarios, libros de historia. No leo mucha ficción porque pierdo la paciencia. Muchos relatos son fantasía y, al igual que la reina, no me gusta la fantasía.

--Usted ha escrito para la televisión, el cine, el teatro, ¿en qué género se siente más a gusto?

--Siempre he creído que el más difícil es la prosa. Ya no escribo para televisión, en parte porque la manera de hacer televisión ha cambiado mucho y ahora es más difícil. Me gusta escribir prosa. Solo empecé a escribir prosa hace 10 años y me gusta porque eres completamente libre, eres tu propio dueño para hacer exactamente lo que quieras.

--¿Ha hablado con la reina?

--No, nunca la he visto en persona y prefiero que sea así. No es que sea un mito, pero sí es una figura especial y no quiero conocerla para no sentirme desilusionado. Prefiero pensar en ella como en esa figura respetable, con algunas de las cualidades que yo imagino que tiene.

--¿Cómo explica la fascinación de alguna gente por la monarquía británica?

--Es un fenómeno que va disminuyendo, pero parte de la fascinación se debe a que la reina ha estado en el puesto durante tanto tiempo. Ha estado ahí toda mi vida, desde 1952 cuando llegó al trono. Pero el príncipe Carlos, si llega a ser su sucesor, no provocará la misma fascinación. Va ser mejor rey de lo que imaginamos, porque es un hombre sensato, pero no va tener el carisma de su madre. Ella ha ido cultivado ese carisma durante 50 años.

--¿La reina ha leído su libro?

--Lo dudo, seguramente tiene mejores cosas que hacer. La verdad es que no tengo la menor idea de lo que la reina lee.