ANÁLISIS DE DATOS DE LA CUARENTENA

Así es cómo el confinamiento nos permitirá saber qué playas tienen la mejor calidad de agua

La startup española Sea Water Analytics analiza a través de boyas ‘inteligentes’ la calidad del agua de nuestras playas. El usuario podrá acceder a esta y otras informaciones de interés a través de una app.

La startup española Sea Water Analytics analiza a través de boyas 'inteligentes' la calidad del agua de nuestras playas. El usuario podrá acceder a esta y otras informaciones de interés a través de una app

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Playas / economia

Fran Leal

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El confinamiento al que hemos estado sometidos durante largas semanas también ha abierto un abanico de posibilidades para conocer con mayor certeza cuál es el impacto que tiene la actividad humana en el medio ambiente.

En términos de contaminación, las primeras semanas de cuarentena se vio cómo bajaban los índices de una forma espectacular e, incluso, se ha podido ver animales campando a sus anchas por municipios en los que hacía tiempo que no sabían de ellos. Pero, ¿y en el mar, cuál es nuestra huella? En este sentido, aprovechando el contexto de la crisis sanitaria, la startup española Sea Water Analytics se propuso analizar la calidad del agua de las playas españolas, en una situación que califican como “ideal” para poder medir el estado del mar tras un tiempo sin presencia humana. Esto reportará unos datos de vital importancia para poder comparar a futuro cuando se recobre del todo la actividad humana y la normalidad, con lo que se podrá ver cuál es el impacto real que generamos en las aguas y, así, estar más cerca de los propósitos con los que nació la compañía: frenar el turismo de masas y virar hacia un modelo más sostenible.

Boyas que nos hablan

Esta medición de parámetros la llevan a cabo con un sistema propio de boyas costeras y una tecnología que cuenta con dos pilares fundamentales: “Internet de las cosas (IoT) y analítica de datos, todo ello sustentado por el Cloud Computing”, nos explica Javier Colmenarejo, cofundador junta a Javier Moya de Sea Water Analytics. A través del IoTgeneran datos, a través de la sensorización de las boyas, y los trasladan a la nube. Y una vez allí, “esos datos los enriquecemos con información adicional que afecta a la calidad del agua, principalmente factores ambientales y marinos, para después llevar a cabo procesos de analítica avanzada y desarrollar los modelos de calidad”, expone.

Entre los factores que puede revelar esta solución, Colmenarejo precisa que, “a medio-largo plazo, se puede conocer la evolución de parámetros físico-químicos relacionados directamente con el medio marino”. Estaríamos hablando de aspectos como la temperatura, el oxígeno disuelto, la salinidad o el PH, que afectan “tanto a flora como a fauna”, puntualiza. Además, existen otro tipo de parámetros, como la turbidez, más relacionados con la contaminación derivada de un vertido puntual.

“Lo importante aquí es conocer cuáles son los valores normales de esa agua según la época del año y factores de contorno”, así como los que no lo son, para llevar a cabo un análisis en profundidad de la anomalía. Para ello, “necesitamos una gran base de datos, un ‘dataset’ único por masa de agua que nos permita conocer y determinar la calidad del agua”, sostiene.

Usuarios informados

Más allá de las investigaciones que se deriven de la recopilación y el procesamiento de estos datos, los usuarios de las playas podrán acceder a información completa no solo sobre la calidad del agua, sino también sobre otros temas que suscitan su interés, como el índice de ocupación o el estado de las instalaciones. Todo ello en tiempo real y a través de una aplicación, que nos detalla Colmenarejo: “La app, en formato web híbrida, está disponible por el momento con los valores de las boyas desplegadas en Jávea (Alicante) a lo largo del proyecto piloto”. 

Como decíamos, al acceder a la app, los usuarios tendrán a su disposición ya no solo el índice de calidad del agua, sino también “la medida y evolución temporal de los diferentes parámetros que medimos: temperatura, oxígeno disuelto, salinidad, turbidez, REDOX o sólidos en suspensión”, enumera. Del mismo modo, dispondrán de datos sobre la previsión meteorológica, el estado de la mar, el número de avistamiento de medusas… Pero, además, la app promulga un feedback por parte del usuario. Como asevera Colmenarejo, “recogemos también el sentimiento del ciudadano y turista, mediante una valoración subjetiva de la calidad del agua, con el objetivo de identificar eventos negativos y poder actuar en consecuencia”.

En definitiva, una aplicación que pretende brindar información útil a las personas, a la vez que aporta su granito de arena a la hora de que los ayuntamientos se sumen a la ola del IoT. “Desde el comienzo del proyecto estamos en contacto con diferentes ayuntamientos”, afirma el cofundador de Sea Water Analytics, pues recuerda que son ellos los que tienen las competencias de la calidad del agua en zonas de baño y, en último caso, son los “responsables de generar la confianza en turista y ciudadano de que se toman todas las medidas necesarias para fomentar un turismo sostenible”, concluye.

Efectivamente, estos últimos meses todo ha cambiado drásticamente y tardaremos en vivir en aquella normalidad que tantos añoran. Pero otros, sin embargo, y de la mano de la tecnología, están aprovechando el paréntesis para recopilar y explotar datos en aras de una mayor seguridad y comodidad. Y ahora también en nuestras playas.