'17 CARAS PARA LOS ODS'

"Tenemos que cuidar nuestro planeta, porque nos quedamos sin casa, no es solo un tema económico"

Alfonso San Miguel es catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, ingeniero de Montes y un experto en biodiversidad y ecosistemas. También es nuestro protagonista en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 15, sobre la Vida de ecosistemas terrestres dentro de nuestra serie '17 caras para los ODS'.

Alfonso San Miguel es catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, ingeniero de Montes y un experto en biodiversidad y ecosistemas

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Marta Gracia

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Alfonso San Miguel es catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, ingeniero de Montes y un experto en biodiversidad y ecosistemas. También es nuestro protagonista en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 15, sobre la Vida de ecosistemas terrestres. La meta de este ODS es Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad. Promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, la gestión sostenible de las superficies forestales, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y frenar la pérdida de la diversidad biológica

San Miguel asegura que España está haciendo las cosas razonablemente bien en cuanto a biodiversidad, pero que hacen falta recursos económicos y humanos para cumplir toda la normativa. Reconoce que hay que cuidar el planeta, “porque si no, nos quedamos sin casa”. Y asegura que muchas de las catástrofes que suceden no son por el cambio climático, sino porque el ser humano no está haciendo las cosas suficientemente bien. A pesar de ello, el catedrático se muestra optimista con el futuro.

¿Es posible cumplir con el ODS 15?

El ODS 15 lo que viene a decir es que tenemos un planeta con un crecimiento de la humanidad brutal, cada vez somos más y gastamos más. Nos hemos convertido en una fuerza geológica que está modificando de una forma acelerada el único planeta que tenemos. Nos tenemos que dar cuenta de eso. Hay que intentar conservar nuestro planeta haciendo un uso eficiente de sus recursos. Es posible y es imprescindible. Tenemos que hacerlo todos. Es un problema global y tenemos que afrontarlo entre todos.

¿Somos conscientes de la importancia de la biodiversidad?

Estamos empezando a serlo ahora. Lo que pretende el ODS 15 sobre los ecosistemas y la vida terrestre es hacer una llamada de atención para decirnos que tenemos que ponernos las pilas porque no tenemos otro planeta. Tenemos que cuidarlo porque como no lo hagamos nos quedamos sin casa.

“Estamos perdiendo la biodiversidad en España por el abandono del campo, por la despoblación”

Según cifras de Naciones Unidas, los desastres naturales causados por la perturbación de los ecosistemas cuestan más de 300.000 millones de dólares al año. ¿Qué medidas habría que adoptar para rebajar esta cifra? ¿Sería posible llevarlas a cabo?

Los desastres son una parte importante del problema, pero hay otras que son más importantes que 300.000 millones de dólares y que son más difícil cuantificar, como puede ser la desaparición de los polinizadores en muchos sitios, o el tema de los plásticos en el mar, o la contaminación del agua, la pobreza, o la pérdida de los bosques tropicales. Todo está relacionado con lo que llamamos Cambio Global, pero no todos los desastres naturales se deben al cambio climático. Pensamos que cuando hay una inundación y se mete el agua en el pueblo y lo inunda todo es el cambio climático y no nos damos cuenta de que hemos deforestado las laderas y hemos puesto el pueblo en una rambla. Luego llega el agua y dicen que es el cambio climático. Pues a lo mejor sí lo es, pero es que también estamos haciendo algunas cosas muy mal. 

Hay un cambio climático importante, y parece que buena parte de él es de origen antrópico, por el crecimiento de la población humana y sus consecuencias. Ahora somos 7.300 millones, se prevé que en 2100 seamos unos 9.000. Pero el crecimiento de la población no es igual en todos los países. En España, casi no crece. En África, crece mucho, sobre todo en zonas tropicales. La población mundial está creciendo sobre todo en zonas tropicales, donde los suelos pierden la fertilidad y la estructura muy rápido cuando se deforestan, cuando se produce la agricultura de tumba y quema: queman, cultivan, abandonan y siguen quemando. Es lo que está pasando en toda la Amazonía, en Brasil, en sudeste asiático, en África. 

Consecuencia del avance de la frontera agrícola es la reducción del bosque y su fraccionamiento: como se quema, se emite dióxido de carbono que, unido al de los combustibles fósiles y a otros gases de origen antrópico, hacen que tengamos un efecto invernadero, que estemos provocando artificialmente el incremento de la temperatura de nuestro planeta. Todo está relacionado dentro de lo que llamamos el Cambio Global: el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, por ejemplo. 

¿Dónde se está perdiendo biodiversidad? 

Sobre todo, en las zonas tropicales. En España estamos razonablemente bien, vamos mejorando. Hay muchas llamadas de atención, y consciencia de la pérdida de biodiversidad. España no tiene un incremento grande de población, el bosque no se reduce, está aumentando. Nuestro problema no es de pérdida de bosque, sino casi todo lo contrario: la pérdida de la gente que vivía en el campo y que mantenía lo que llamamos paisajes culturales, como las dehesas. En España la biodiversidad la estamos perdiendo, entre otras cosas, por cambio de usos del suelo, por abandono, por despoblación, del campo. El primer factor de pérdida de biodiversidad en España es la España Vaciada, al contrario de lo que pasa en las zonas tropicales.

En España no hay ecosistemas primarios. Todo está humanizado en mayor o menor medida. La conservación de nuestra biodiversidad está muy ligada a la de la gestión humana que creó y mantuvo esos paisajes culturales que la sustentan. Por ejemplo, la ganadería extensiva. Si se pierde el ganadero extensivo, el que tiene ovejas que se alimentan por pastoreo, o sus sistemas de gestión (por ejemplo, la trashumancia, que está desapareciendo), cambian los procesos básicos que sustentan los ecosistemas y su biodiversidad. Si desaparece el ganadero, lo hacen las ovejas, y con ellas, también los pastos que crean y mantienen;  y con ellos, también las mariposas y los saltamontes que se alimentan de los pastos, y los pájaros que se los comen...

¿Cómo hay que atacar el problema de la biodiversidad?

Hay que atacarlo de manera global, todos tenemos que ser conscientes, todos tenemos que aportar nuestro granito de arena. España y la Unión Europea no pueden, ni lo están haciendo, limitarse a tratar de conservar nuestra biodiversidad y los servicios que nos prestan los ecosistemas. También están intentando contribuir a reducir la pérdida de biodiversidad a escala global.

España, por ejemplo, está participando en un plan de lucha contra el tráfico de especies amenazadas a escala global: el plan TIFIES.

Cada año aumenta el número de hectáreas de bosque que desaparecen, ¿Qué supone para una economía de un país la pérdida continua de sus recursos naturales? ¿Esto influye en los mercados? ¿Se están creando nuevos mercados?

Es nuestro planeta y no lo podemos destruir. El funcionamiento del planeta es global. La dinámica atmosférica depende de sus pulmones, que son los bosques, como los de la Amazonía. Si nos los cargamos, cambia todo. No es sólo una cuestión de economía.

“No todos los desastres naturales son por el cambio climático, el ser humano no está haciendo las cosas suficientemente bien”

Cuando salen líderes de países negando el cambio climático ¿desde organizaciones que lucháis para mantenerlo como lo recibís? 

Hay muchos matices y cada uno defiende su parcela. El presidente del Gobierno de EEUU, Donald Trump, imagino que tendrá presiones para defender su economía, que es muy contaminadora. Es verdad que el cambio climático se produce en buena medida porque hay un incremento grande de gases de efecto invernadero, por la acción humana. Y es necesario, imprescindible, tomar medidas para frenarlo. Y tenemos que hacerlo todos juntos, sobre todo con  EEUU y China, que son las principales potencias mundiales y los países más contaminadores. Ya se sabe mucho sobre ese tema, hay conocimiento científico muy sólido, y es necesario explicarlo con objetividad. No todas las catástrofes naturales que sufrimos se deben al cambio climático.

Tenemos que tener cuidado con la conservación del planeta, de las especies, de los procesos ecológicos, de los servicios de los ecosistemas. Hay un proyecto precioso que promovió en todo el mundo, y también en España, Naciones Unidas: el de Evaluación de los servicios de los ecosistemas. Pretende que seamos conscientes de que llevamos beneficiándonos de los servicios que nos prestan los ecosistemas durante toda la historia de la humanidad. Si queremos seguir haciéndolo, en primer lugar, tenemos que saber cuáles son esos servicios, hacer un listado; luego, tenemos que medir a través de indicadores cómo evolucionan y después poner las medidas para seguir beneficiándonos de ellos.

¿España está haciendo algo para evitar la pérdida de la biodiversidad? ¿Qué impacto (económico o no) tiene esto sobre los animales y las personas? ¿Cuáles son los costes de la pérdida de biodiversidad?

Tenemos muchas obligaciones legales. La Red Natura 2000 es muy importante en España. Más de la cuarta parte de España es Red Natura 2000, una red de espacios protegidos, la mayor del mundo, para conservar especies y hábitats. Luego nosotros, en la legislación española, también hemos ido más allá de lo que nos imponen los convenios internacionales y la Unión Europea. Por ejemplo, nuestra ley del Patrimonio Natural y la Biodiversidad dice que también tenemos que proteger los hábitats de interés comunitario que están fuera de la Red Natura 2000. Eso, por ejemplo, paró el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid. Y luego las Comunidades Autónomas, que son las que tienen competencias de gestión de su territorio, pueden ir más lejos de lo imponen las normativas nacionales, europeas e internacionales. 

Tenemos un país que es un punto caliente de biodiversidad. Somos el país que más contribuye a la biodiversidad de Europa y podemos estar muy orgullosos de ello, pero también somos responsables de cuidarla. Lo primero es cumplir lo que impone la normativa. Y hay tantas cosas por hacer que no tenemos suficiente personal, ni dinero ni tiempo para hacerlo: no damos abasto. Por ejemplo, la Directiva Hábitats establece que cada 6 años tenemos que informar a la Comisión Europea del estado de conservación de todos los Hábitats y de todas las Especies que son de interés comunitario. Hay que saber cuál es su población, cuál es su tendencia y, por ejemplo, la población favorable de referencia de cada una. En el lince, por ejemplo, teníamos unos 80 ejemplares a principios de siglo y ahora tenemos más de 800. Ha mejorado mucho la situación, pero la normativa europea nos obliga dar todos esos datos. ¿Cuántos linces tenemos que tener en España? Los tenemos que contar y tenemos que decidir cuántos debería haber. Pero también están protegidos muchos escarabajos, y mariposas, y sapos, y lagartijas, y plantas. Y con todos hay que hacer lo mismo… Para ello hay que contar con lo que se llama ciencia ciudadana, con el apoyo de las sociedades científicas y con la gente que voluntariamente colabora con ellas. 

Las cosas se están haciendo razonablemente bien. Creo que España va mejor en temas de biodiversidad. Lo que no quiere decir que todo sea maravilloso. Tenemos problemas muy serios. La sociedad es cada vez más consciente de estas cosas. Yo creo que, en general, España está razonablemente bien. Aún así, a escala global estamos en lo que llaman la sexta extinción. Tenemos unas tasas de extinción de especies altísimas en las zonas tropicales, como ya hemos comentado.

¿Estamos a tiempo de conseguir cumplir la Agenda 2030?

La Estrategia de Biodiversidad de la Unión Europea planteó que íbamos a parar la pérdida de biodiversidad en 2010. Cuando España asumió la presidencia de la UE en 2010, nos dimos cuenta de que no la habíamos parado, y dijimos que lo haríamos en 2020. Ahora, estamos en ello y también queremos  garantizar los servicios de los ecosistemas (de abastecimiento de recursos, de regulación y culturales). Y para 2050, además de parar la pérdida de biodiversidad y de prestar atención a los servicios de los ecosistemas europeos vamos a contribuir, en la medida de lo posible, a revertir la pérdida de la biodiversidad global. Vamos poniendo objetivos, pero no llegamos nunca a la meta. Yo creo que al menos vamos avanzando en la buena dirección.