Finanzas éticas: aumenta el ahorro gestionado, pero no quienes las usan

Responsabilidad social, transparencia, inversión en proyectos de impacto social o medioambiental positivo o arraigo local. Todas ellas son algunas de las características que empapan a las entidades de finanzas éticas. 

Pero ¿a qué hacemos alusión cuando hablamos de este tipo de entidades? A pesar de que no existe una definición consensuada, podría destacarse que entre sus pilares diferenciales se encuentran su forma jurídica, la publicación de lo que hacen con el dinero -o transparencia-  o que no presenten conflictos de interés por la presencia de accionistas, entre otras cuestiones. 

Y es que cada vez más voces apuntan a que el sitio en el que metemos el dinero contribuye a configurar la sociedad en la que queremos vivir. De ahí que el ahorro en entidades financieras éticas esté creciendo en los últimos años, pues desde 2007 este se ha multiplicado por 16,5, según el Barómetro de las Finanzas Éticas y Solidarias 2018, elaborado por el Observatorio de las Finanzas Éticas con el apoyo de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo y el Ayuntamiento de Barcelona. 

En este sentido, el ahorro que gestionan las entidades de finanzas éticas superó en 2018 los 2200 millones de euros, lo que supone un incremento del 2,11% respecto al año anterior, según se desprende del citado informe. 

DESCIENDE EL NÚMERO DE CLIENTES DE ESTAS ENTIDADES

Pero estas buenas cifras no van de la mano del número de usuarios que confían en estas entidades financieras. A pesar de los datos ascendentes en lo que respecta al ahorro, el número de personas y entidades o instituciones que recurren a las finanzas éticas ha sufrido un descenso: 226 019 usuarios apostaban en 2018 por ellas, lo que significa que se ha reducido un 2,58% respecto al año anterior. 

Además, la tasa de morosidad de las entidades éticas está situada en el 1,67%, mientras que la del sistema financiero se encuentra en el 5,81%. 

PRÉSTAMOS DE LAS ENTIDADES DE FINANZAS ÉTICAS

No solo el ahorro se ha incrementado, sino también los préstamos concedidos por las entidades de finanzas éticas: ha aumentado un 16,31%, hasta 1 474 292 euros. 

Por sectores, a nivel estatal los más financiados son el medioambiental (energías renovables, industria y tecnología ambiental, alimentación ecológica, gestión de residuos, etcétera), con un 40,64%, seguido por el sector social (vivienda, salud y bienestar, desarrollo comunitario, educación, etcétera), con un 22,84%, y cultural (ocio, arte, comunicación o actividades culturales), con un 14,42%. Mientras que desde el punto de vista internacional, las entidades financieras éticas conceden préstamos a través de microcréditos sobre todo. 

“Las finanzas éticas son las finanzas del sentido común. Por eso estamos en el foco de atención y tenemos un rol que jugar en la transformación del sector financiero”, ha puntualizado Sandra Castañeda, directora de desarrollo de corporativo de Triodos Bank, durante la presentación de dicho Barómetro. 

“Somos conscientes de que va a haber algunos lavados de imagen, y tenemos que estar atentos para que el cambio se dé de forma real. Por ejemplo, la transparencia es vital, ¿cómo puede ser que no sepamos en qué está invirtiendo nuestro banco?”, se cuestiona. La pregunta queda en el aire.