SERIE '17 CARAS PARA LOS ODS'

"La falta de agua es un arma que devasta más que las guerras"

El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 reza así: “Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”. Sobre ello charlamos con Antonio Espinosa de los Monteros, CEO y cofundador de la empresa social Auara.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 reza así: "Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos". Sobre ello charlamos con Antonio Espinosa de los Monteros, CEO y cofundador de la empresa social Auara

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Fran Leal

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En España, por suerte, la disponibilidad de agua potable está asegurada, pero no es así en todos los lugares del planeta. De hecho, entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas se encuentra el de “Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”. Para hablar sobre ello, hemos entrevistado a Antonio Espinosa de los Monteros, CEO y cofundador de Auara. Esta compañía de agua mineral destina el 100 por ciento de sus dividendos a construir proyectos de acceso a agua potable en países en vías de desarrollo. Podríamos resumir, en palabras de Espinosa, que “como empresa social, Auara toma lo mejor de las empresas y su forma de operar, y lo mejor de las ONG que existen por un fin social”.

El agua es vida, pero ¿somos conscientes del valor que tiene?

En sitios como nuestro país, generalmente, no somos conscientes de ello. Tenemos la suerte de que siempre tenemos agua accesible y no tenemos más que abrir un grifo, en nuestra casa, nuestra oficina o una fuente de la calle para saciar nuestra sed. Sin embargo, hay muchos lugares del mundo en que esto no es así. En el mundo, 700 millones de personas no tienen acceso a agua potable, según la ONU. Y cada año, 3,5 millones de personas mueren en el mundo por no tener acceso a agua potable o por enfermedades relacionadas con el agua, según el World Water Council. De este modo, la falta de agua se ha convertido en un arma devastadora que causa más mortalidad que la peor de las guerras.

¿Qué podemos y debemos hacer como ciudadanos para favorecer un uso más razonable y sostenible del recurso?

Para empezar, reducir el gasto indiscriminado en nuestra vida cotidiana: cerrar los grifos mientras nos duchamos, llenar lavadoras y lavavajillas, utilizar la doble descarga de la cisterna… Son pequeños pasos que suman muchas gotas. Pero sobre todo, tener muy presente que el agua es un bien único en el mundo y fundamental para la supervivencia del planeta y sus integrantes. La concienciación aquí es el primer paso para poder generar impacto en los lugares que sufren necesidad.

La información es clave, por eso las campañas de concienciación de organismos públicos e internacionales son fundamentales. Pero diría que también la experiencia. En mi caso, conocer la situación que existe en países en vías de desarrollo nos abrió los ojos de que en esas zonas todo gira en torno a la falta de agua, y es ahí cuando uno se da cuenta de la importancia real que tiene el acceso al agua.

Por otro lado, como empresa, también tenemos muchas responsabilidades. Nosotros tuvimos esto claro, y decidimos buscar la opción más sostenible que existiera, así que (después de investigar bastante y de muchos meses de trabajo) conseguimos en septiembre de 2016 producir por primera vez en Europa botellas fabricadas con plástico totalmente reciclado (rPET). De esta manera, no producimos plástico nuevo, sino que reciclamos el que ya existe para que no se convierta en un residuo y no termine donde no queremos. Se trata de, por fin, cerrar el círculo de la economía circular.

Desde Naciones Unidas, se señala que hay agua dulce para todos, pero que está mal repartida. ¿Qué medidas se pueden tomar desde los países más favorecidos para equilibrar la balanza?

La concienciación de la sociedad, como venimos diciendo, es fundamental y también la cooperación para llevar agua a aquellas comunidades que carecen de ella. La construcción de pozos u otro tipo de proyectos de acceso a agua potable tienen un coste muy bajo y, sin embargo, conlleva un enorme beneficio en esas zonas. Pero lo fundamental no es solo construir infraestructuras, sino que haya una correcta gestión de los proyectos que asegure el funcionamiento a largo plazo. Esa es nuestra obsesión.

No es solo el impacto directo (disponer de agua para beber), sino también el incremento de la higiene (que conlleva una reducción de las enfermedades provocadas por el agua en mal estado o evitar que muchas mujeres y niñas recorran varios kilómetros diarios para recoger agua). El agua es salud, educación, igualdad, progreso...

Las metas que se plantean para este objetivo, de aquí a 2030, pueden parecer ambiciosas. ¿Es posible cumplirlas o tenemos que tomarlas más como una declaración de intenciones?

Desde que se plantearon estos objetivos se han producido avances, y se estima que hoy más del 90 por ciento de la población mundial puede acceder a fuentes de agua potable mejoradas, pero en 2030, a pesar de los esfuerzos de organizaciones privadas y organismos públicos, no se habrá llegado al acceso completo.

La cooperación y el compromiso de la comunidad internacional a todos los niveles sigue siendo fundamental, porque este, además, es un objetivo clave para que se cumplan otros, "desde la seguridad alimentaria y energética, hasta el desarrollo económico o la sostenibilidad ambiental”, como explicaba Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, con motivo del Día Mundial del Agua (22 de marzo).

¿Qué hacéis desde Auara en favor del agua y el Objetiv?

Los beneficios que se generan por la venta de nuestra marca de agua mineral se destinan a proyectos de cooperación relacionados con el agua. Desde nuestros inicios en 2016, hemos desarrollado 37 proyectos en poblaciones en situación de pobreza extrema pertenecientes a 15 países de África, Asia y América Central. De ellos, 32 han tenido como objetivo garantizar el acceso a agua potable de estas comunidades, y cinco se han dedicado a proveer un acceso a sistemas de saneamiento, contribuyendo a mejorar las condiciones de salubridad y a reducir los índices de mortalidad asociada al consumo de agua contaminada, a un saneamiento deficiente o a malas prácticas de higiene.

Mediante la construcción de pozos y tanques de recogida de agua de lluvia, hemos suministrado más de 13,2 millones de litros de agua potable hasta 2018, que han beneficiado de forma directa a cerca de 22.600 personas de estas comunidades, y otras cerca de 2.000 se han beneficiado de la instalación de sistemas de saneamiento. Nuestro objetivo es llegar a las 200.000 personas en los próximos cinco años.