DESARROLLO SOSTENIBLE

Las empresas en España, rezagadas en la adopción de los ODS

La implantación de los ODS en las empresas en España todavía es un asunto incipiente. Para conseguirlo, entre los principales retos a los que se enfrentan se encuentran la desconfianza entre el sector público, privado y la sociedad, el compromiso empresarial y la transformación de los modelos de negocio.

La implantación de los ODS en las empresas en España todavía es un asunto incipiente. Para conseguirlo, entre los retos a los que se enfrentan se encuentran el compromiso empresarial y la desconfianza entre el sector público, privado y la sociedad

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Nora Benito

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La adopción de la economía circular en nuestro país todavía se encuentra en sus inicios. Tan solo el 43,4% de las empresas de nuestro país han adoptado políticas de reciclaje en su filosofía empresarial, mientras que el 33,6% lleva a cabo la reutilización.

Pero ¿qué estamos haciendo para avanzar hacia la consecución de los ODS¿Y qué están haciendo en concreto las empresasPara conseguir caminar hacia su implantación, entre los principales retos a los que nos enfrentamos se encuentran la desconfianza entre el sector público, privado y la sociedad, el compromiso empresarial y la transformación de los modelos de negocio.

“Es nuestra obligación ética dejar un mundo sostenible a otras generaciones”, indica Cristina Gallach, Alta Comisionada para la Agenda 2030, en el debate “España ante la Agenda 2030: retos y avances en la implementación de los ODS”, organizado por ESADE en Madrid y en el que también ha participado Javier Solana, presidente de EADEgeo.

Y es que en España las prioridades en las empresas para la consecución de los ODS está muy por debajo de las empresas globales. Por ejemplo, tan solo el 19% de las empresas en nuestro país tienen presente el ODS 8 -que aboga por el trabajo decente y el crecimiento económico- como una de sus prioridades, frente al 52% de las empresas globales.

“Sin investigación ni nuevo conocimiento los ODS no van a poderse aplicar. La Agenda 2030 no se podrá cumplir si no nos movilizamos todos”, señala Gallach. Y para ello, es necesario un plan de cohesión europea. En este sentido, según la Alta Comisionada para la Agenda 2030, nos enfrentamos a tres grandes retos: la comprensión (cuando los interlocutores entienden la Agenda tienen una reacción natural de enamoramiento), el liderazgo y la movilización.

Según sus palabras, “el avance es muy positivo, el conocimiento de la Agenda cada vez es mayor y nos queda mucho por hacer, pero con los instrumentos, políticas y acciones tenemos muchas piezas en un tablero de 17 colores que nos va a llevar a un futuro mucho mejor”.     

EL PAPEL DE LAS EMPRESAS EN LA ADOPCIÓN DE LOS ODS

En la actualidad, la falta de confianza entre el sector público y privado es palpable para la consecución de los ODS. Según Gallach, las empresas públicas tiene el deber de hacer tres cosas: ser espacios de divulgación, servir como ejemplo en la organización de las empresas y aplicar las "gafas 2030" a los modelos de negocio.

Como factores para el éxito hacia una Europa sostenible, Eva Jané-Llopis, directora de Salud, ODS e Innovación Social de ESADE, apunta hacia el papel de las empresas y sus conductas, así como un cambio en el sistema financiero y en los sistemas fiscales para que los Estados miembros reduzcan los impuestos sobre el trabajo y los aumenten sobre el capital y la contaminación.

Para Eva Jané-Llopis, quien ha presentado las conclusiones del documento “Hacia una Europa sostenible en 2030”, las políticas para la sostenibilidad deben estar interconectadas, con reformas estructurales que fomenten la resiliencia económica, pasando de una economía lineal a una circular, corrigiendo los desequilibrios en el sistema alimentario, promoviendo y regulando el consumo y la producción sostenibles, alineando las políticas energéticas, de edificios y movilidad y asegurando una transición justa que no deje a nadie atrás.

Por su parte, Antoni Ballabriga, director global de Negocio Responsable de BBVA, apuesta por la complicidad entre las empresas para la consecución de los ODS. “Los bancos cada vez estamos más preparados para la transición, vamos en la buena línea”, asegura. Para él, una compañía en solitario no puede hacer mucho, por lo que cada vez se establecen más alianzas. Alinear el modelo de negocio a los ODS, transparencia, engagement y fijar objetivos a largo plazo son algunos de los ingredientes que Ballabriga promueve.   

“Nos falta un tablero de juego concreto, una estrategia de desarrollo sostenible y saber hacia dónde queremos ir”, reivindica Enrique Segovia, director de Conservación de WWF. “Las pymes deben pararse a pensar cuál es su impacto social y ambiental, y para ello necesitamos foros, confianza y acuerdos. La Agenda 2030 nos está diciendo que es inmoral generar dinero si hay un impacto socio-medioambiental de por medio”, concluye Segovia.