Fundación La casa que ahorra

"Una casa que ahorra es aquella que usa de forma inteligente la energía"

Cómo usar mejor los edificios que se construyen y cómo vivir mejor en ellos son algunos de sus objetivos. Hablamos con el gerente de la Fundación La casa que Ahorra, Albert Grau, sobre eficiencia energética, edificios y ahorro.

Cómo usar mejor los edificios que se construyen y cómo vivir mejor en ellos son algunos de sus objetivos. Hablamos con el gerente de la Fundación La casa que Ahorra, Albert Grau, sobre eficiencia energética, edificios y ahorro

la casa que ahorra

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Nora Benito

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Todas las casas calificadas como eficientes energéticamente no tienen que serlo necesariamente: una vivienda etiquetada como 'tipo A' puede ser muy poco eficiente. Albert Grau, gerente de la Fundación La Casa que Ahorra, lo sabe a la perfección y así lo confirma a BYZness.

La vida profesional de este ingeniero industrial siempre ha estado ligada al sector de la edificación. Cómo usar mejor los edificios que se construyen y cómo vivir mejor en ellos son sus mantras, a la par que poner su granito de ‘roca’ contra el cambio climático. Conversamos con él sobre eficiencia energética, edificios y ahorro.  

¿Qué es La Casa que ahorra?

Es una fundación que se creó hace 10 años por diferentes empresas que tienen en su ADN el compromiso medioambiental y la eficiencia energética como grandes valores. Estas empresas son inicialmente fabricantes de materiales para la construcción y estamos dedicados a la eficiencia energética. Intentamos transmitir que otro modelo de construir es posible.

¿Y cómo es una casa que ahorra?

Es una vivienda que usa de forma inteligente la energía. Una casa que ahorra es aquella que consigue que el uso de la energía sea óptimo y que la gastemos de manera inteligente, lo que quiere decir que necesitamos la energía para aquellas cosas que no podemos conseguir de una manera distinta que no sea consumiéndola, por ejemplo, para cocinar o para iluminarnos por la noche. No tiene mucho sentido que tengamos que consumir energía para calentarnos o refrigerarnos porque una vivienda pierda o gane calor de manera ilógica a través de su piel. Por ello, una casa que ahorra necesita poca energía para vivir, pero también tiene que ser lo suficientemente inteligente como para que esta pueda tener un origen renovable.

¿Cómo podemos saber si una casa es eficiente energéticamente?

Esto es complicado. Existe la certificación energética, pero este sistema de clasificación de etiquetado de las viviendas no está suficientemente bien desarrollado para decirnos cómo gastan energía. Está en discusión desde el momento en que se aprobó, pero sí que es cierto que a la hora de medir supone una manera de comparar. Mide una cosa que quizá no debería -en lugar de cuantificar los consumos energéticos mide las emisiones-, con lo cual puede haber ciertas ‘malas interpretaciones’. Por ejemplo, una vivienda 'tipo A' (que sería el paradigma), puede ser muy poco eficiente, porque quizá no genera emisiones C02, pero es un desastre desde el punto de vista de que no aísla nada, las ventanas cierran mal o tiene infiltraciones de aire. Como la energía no es contaminante es clase A. Esto no es eficiencia energética, sino usar una energía que no contamina. Para mí una vivienda tipo A ofrece las condiciones de salud, confort y bienestar sin usar energía.

Estamos hablando mucho de eficiencia energética, pero ¿qué es exactamente?

Es usar la energía de manera inteligente, es decir, si hablamos de eficiencia energética en la edificación es tener unas viviendas que te dan confort, calidad de vida y salud con la mínima energía necesaria.

¿Cómo podemos convertir nuestra casa en un hogar eficiente?

No hay una receta estándar y cada vivienda necesita su análisis específico, pero empezaría dirigiéndome a un técnico especialista. Sí que es cierto que hay tres cosas sobre las cuales no debes equivocarte: la envolvente -buen aislamiento y buenas carpinterías-, las infiltraciones y el uso de equipos de producción eficientes.

¿Es rentable comprar una casa eficiente?

Si vas a comprar una vivienda nueva, tendría que ser ya eficiente, con un valor 'tipo B' (aunque puede serlo más). No hay ninguna vivienda nueva que no sea eficiente desde el punto de vista energético. Otra cosa es que la vivienda sea de segunda mano y tengas que llevar a cabo una rehabilitación para convertirla en eficiente desde el punto de vista energético.

Esto se amortiza…

Depende siempre de lo que hayas invertido, pero en no más de 10 años.

¿Cuánto podemos llegar a ahorrar con una vivienda eficiente?

Depende de la zona climática, pero hoy en día, si se aplicara con rigor el código técnico de la edificación, podríamos estar hablando de un ahorro de casi 1.500 euros al año en una vivienda de unos 100 metros cuadrados en Burgos, por ejemplo. Y si vamos a Andalucía estaríamos hablando de entre 700 y 800 euros al año solamente en temas de calefacción, aire acondicionado y agua caliente.

¿El ahorro es lo que más importa?

Está demostrado que la gente, más que buscar el ahorro, termina valorando la calidad y el confort que consigue cuando tiene unas condiciones adecuadas en su vivienda. Por eso son importantes algunos factores a la hora de rehabilitar una casa: las mejoras de las condiciones acústicas, envolver las viviendas con materiales que no sean peligrosos y tener en cuenta siempre los criterios de eficiencia energética.