Fondos Europeos

Nuestra industria no puede perder este tren

Es el momento de poner en marcha un plan para cambiar nuestro modelo productivo con la ayuda del fondo Next Generation EU y con la apuesta decidida a la reindustrialización de nuestro país

Imagen de archivo de un polígono industrial en Valencia

Imagen de archivo de un polígono industrial en Valencia / Miguel Lorenzo

Begoña Cristeto

Begoña Cristeto

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Llevamos muchos años hablando de la necesidad de impulsar un sector industrial potente en España, que implique un cambio en nuestro modelo productivo y que sitúe a la industria como uno de los principales motores de nuestra economía. Es el momento de ponerlo en marcha con la ayuda del fondo Next Generation EU y con la apuesta decidida a la reindustrialización de nuestro país.

En el escenario post Covid-19, la industria va a tener que afrontar, como muchos otros sectores, un momento complejo. Debe superar los impactos provocados por la crisis sanitaria, que se ha manifestado con toda su crudeza en la paralización de la actividad, la rotura de las cadenas de suministro globales y la drástica caída de la demanda a nivel mundial, todo ello, sin renunciar a la agenda marcada antes de la crisis, de obligatoria transformación hacia una industria más digital, sostenible y eficiente energéticamente.

El Plan Europeo de Recuperación es, seguramente, la mayor oportunidad que tiene nuestra industria para consolidarse e impulsar definitivamente su transformación. Para ello deberá apoyarse en las cuatro palancas clave en las que debemos anclar la modernización del tejido productivo y lograr un crecimiento social y sostenible que nos sitúe en la vanguardia para competir en los mercados internacionales: la sostenibilidad, unos costes energéticos competitivos, la digitalización y la consolidación de las cadenas de suministro.

Sostenibilidad y digitalización son los grandes retos de la industria española, siendo el primero un imperativo a integrar en las fábricas y en todos los procesos productivos. Esto implica que tiene que ser capaz de satisfacer sus necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas, garantizando el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medio ambiente y bienestar social. La industria está llamada a apostar por la eficiencia energética, las energías renovables, el reciclaje, la optimización de recursos, la reducción de emisiones o el tratamiento del agua y la economía circular, sin comprometer la rentabilidad industrial.

De ahí la importancia de disponer de unos costes energéticos competitivos, alzándose como una de las principales palancas para el impulso del sector. Los fondos europeos son una oportunidad de desarrollar nuevas tecnologías competitivas para el futuro en torno, entre otros, al impulso de la cadena de valor del hidrogeno verde y a las energías renovables

La digitalización es, sin duda, otra de las palancas clave para la transformación de nuestro tejido empresarial, tal y como refleja la cuantía de los fondos europeos que el Gobierno ha comprometido en un primer momento a este eje. Por ello, es más necesaria que nunca una buena estrategia de transformación industrial que sepa aprovechar las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías a nuestro alcance, impulsadas por el Big Data, la Inteligencia Artificial, Internet of Things, Ciberseguridad, simulación industrial, la robótica colaborativa o la automatización de procesos, para acelerar la reformulación completa de los modelos de negocio y los modelos operativos de nuestras empresas

Los fondos europeos de recuperación representan una oportunidad excepcional para impulsar el desarrollo de los sectores industriales y fortalecer sus cadenas de suministro, pero también, para que las empresas que componen la industria se beneficien de los instrumentos que las distintas Administraciones van a poner en marcha para canalizar dichos fondos, afianzando sus planes estratégicos y acelerando su transformación digital. 

Industria y Energía, dispondrán este año de 11.166 millones de euros de presupuesto de los cuales 5.623 millones corresponden a ayudas a fondo perdido, dotados por el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. Mientras que las políticas de Investigación, Desarrollo, Innovación y Digitalización dispondrán a su vez de un total de 11.485 millones de euros, de los que 4.752 millones provendrán del mismo mecanismo europeo.

Es el momento de definir e identificar proyectos que encajen con los grandes ejes del plan de recuperación, de valorar alternativas de colaboración público-privada, de buscar socios para configurar cadenas de valor que involucren a todos, o la mayor parte de los eslabones, con especial foco en las Pymes, y de centrarnos en una mejora de nuestra competitividad, apoyo decidido a la innovación y a la transformación del sector.

La oportunidad es incuestionable al igual que los retos a los que se enfrentan nuestras empresas y la propia Administración, pero ni España ni nuestra industria pueden perder este tren.